Los primeros inquilinos del programa estrella de vivienda de Ayuso: alquileres no tan baratos en pisos mal acabados
Los beneficiarios del Plan Vive se han encontrado con goteras, fallos eléctricos o suelos desnivelados en los inmuebles, por los que pagan unos precios semejantes a los de mercado
Adrián L. y Cristina A. han llegado con la mudanza y con un aparato de medición en el bolsillo a su nuevo piso en alquiler en la primera urbanización entregada en el municipio de Alcorcón por el Plan Vive, el programa estrella de “alquiler asequible” del gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso. Adrián pone el nivel en el suelo y muestra cómo la burbuja –que debería quedar en la mitad– se mueve hacia la izquierda y cómo la herramienta ni siquiera queda completamente apoyada; si la presiona con el dedo en uno de sus extremos, demuestra que el suelo está desnivelado. Luego, señala a la lavadora, una de las patas es mas corta que la otra: las han dejado así para que el electrodoméstico no quede torcido. Después, invita a que uno mismo lo compruebe: al poner el pie en ciertas zonas del nuevo piso de 66 metros cuadrados nota que hay “huecos” bajo el laminado. Como si el hormigón que está debajo estuviera irregular y se hubiera tapado con prisas con el laminado sin dejarlo recto.
Cristina saca el móvil, abre la app Convive y muestra que el desnivel del suelo es apenas una de las 15 “incidencias” de su piso que han reportado a Sogeviso, la empresa que gestiona los alquileres de la urbanización construida a través de una alianza público privada. No son los únicos: EL PAÍS ha verificado el piso de otro residente, que tiene 11 incidencias reportadas en la app; ha podido ver fotos, vídeos y mensajes de un chat vecinal donde se comparten todos los problemas; y ha tenido acceso a un acta redactada por los inquilinos donde se mencionan los fallos tanto en los pisos como en las zonas comunes. Entre el listado de quejas, hay filtraciones y goteras en algunos bloques, fallos en las conexiones eléctricas, en el sistema de aerotermia de algunos pisos o para calentar el agua.
De puertas para afuera, también hay cosas pendientes. El espacio de coworking que les prometieron es una pequeña habitación en la que están apiñados dos escritorios y una mesa redonda para reuniones, pero no hay internet ni puerta y el coworking da al aire libre. El gimnasio tampoco tiene puerta y apenas pusieron tres máquinas el 4 de abril, poco antes de que llegara la alcaldesa de Alcorcón a hacer una visita a la urbanización.
“Las incidencias notificadas por los inquilinos son las habituales en un final de obra de unos inmuebles recién construidos, tal y como notifica Sogeviso, la gestora de los alquileres”, responde la Consejería de Vivienda sobre estas denuncias. Agrega que la constructora está en contacto con Sogeviso “para detectar cualquier problema y resolverlo”.
Estos problemas podrían parecer poca cosa de no ser porque esta no es cualquier urbanización. Estas son las primeras 140 viviendas entregadas en el marco del Plan Vive, una colaboración público-privada, en la que la Administración cede suelo a una empresa para que construya pisos y los explote en concesión durante 50 años en régimen de alquiler a jóvenes y familias de rentas bajas a precios, dicen, hasta un 40% más baratos que en el mercado. La presidenta de la Comunidad las había prometido desde 2019, cuando anunció que haría 25.000; aunque luego, poco a poco, rebajó la promesa hasta 6.500. El mes pasado, se anunció la adjudicación de 2.000 más.
El 15 de marzo fue el día de la foto. El consejero de Vivienda y Transporte, Jorge Rodrigo, entregó las llaves de la urbanización ubicada en el número 2 de la calle Ocho de Marzo y se refirió al proyecto como “el plan asequible más ambicioso de Europa”. Adrián y Cristina fueron una de las familias que se habían animado a optar por una plaza en octubre. La consiguieron –pese al caos de esa jornada que terminó en una filtración de datos por un fallo informático– y vivirán allí de alquiler durante siete años, con opción de prórroga a tres años más. El 5 de abril fue su primera noche en el piso, tras un accidentado comienzo. Aunque recibieron las llaves en marzo, cuando conectaron la vitrocerámica, hubo un golpe de corriente que los dejó sin luz por una semana. Pese a que pagaron el alquiler del 15 al 31 de marzo, no pudieron vivir en el apartamento hasta arreglar todos los problemas con los suministros ni darse de alta en los servicios. “Es nuestra primera vivienda juntos”, dicen con ilusión. Luego, suspiran: “Aunque pensábamos que iba a ser barato”. La joven pareja cuenta que vieron una publicidad que anunciaba que pagarían 580 euros por ese piso de 66 metros cuadrados y dos habitaciones. “Luego nos dijeron que por el IPC, subía a 602. Hasta ahí, bien”, admite Adrián. Un piso similar se encuentra entre 750 y 900 euros al mes en Idealista.
El problema, sin embargo, vino con los extra mensuales. El contrato les suma 110 euros de gastos de comunidad y 38 euros del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Así, el mes de alquiler sale, al final, por unos 750 euros. Pero, además, por contrato, también tuvieron que pagar un depósito de fianza y otro más de garantía. Y, a eso, sumaron darse de alta en los servicios de agua y electricidad, que fueron casi 250 euros adicionales. “Es lo que hay”, suspiran. En los últimos cinco años, el precio del metro cuadrado en alquiler en Alcorcón ha subido un 27%, de acuerdo con los datos de Idealista. Y eso que el municipio es uno de los planes B a la capital. En Alcorcón, el metro cuadrado en alquiler está en 11,8 euros y en Madrid, de media, a 18,9 euros, de acuerdo con la misma plataforma.
Miguel también hace cuentas con su esposa. Por un piso de 80 metros cuadrados y tres habitaciones paga 772,6 euros al mes de alquiler, pero debe sumar mensualmente los 139,10 euros de gastos de comunidad y los 48,94 euros de IBI. Es decir, paga al final 960,64, un 24% más del valor inicial. Como Adrián y Cristina, tiene problemas con la nivelación del suelo, para que le salga agua caliente en la mañana debe dejar correr el agua por 15 minutos y tuvo fallos con la calefacción al entrar. El sábado en la mañana, se encontró con que el ascensor no funcionaba. “No tuvimos la opción de ver el piso antes de firmar el contrato. Lo firmamos, porque si no lo hacíamos en el plazo, le daban el piso a alguien más. Después de entrar, nos dijeron que teníamos tres días para reportar ‘desperfectos visuales’ y nos mostraron la opción de incidencias en la app”, cuenta Miguel, mientras se dirige al parking, para denunciar otro fallo en seguridad. Las vallas que encierran la urbanización van después de la puerta de seguridad del parking y son tan bajas que, denuncia Miguel, pueden ser burladas por ladrones. Del parking, además, hay acceso directo al ascensor y los pisos, por lo que cualquiera podría escabullirse.
Contrato en mano, Miguel muestra cómo se repercute el precio de la comunidad sin mayor explicación. “Gastos generales de la Comunidad. Serán repercutidos, de acuerdo con la concesión, un máximo del 18% de los valores en renta máximos [...] que a día de hoy ascienden a 139,10 euros mensuales. Dicha cantidad será regularizada a finales de año”, se puede leer. Miguel critica que cobraron el máximo posible y que, cuando piden acceso a las cuentas de las zonas comunes, les responden que las pidan directamente ante la Comunidad de Madrid. El inquilino se pregunta si es justo pagar 139,10 euros por un gimnasio con tres máquinas, una apretujada zona de coworking y una piscina de tamaño infantil. Por fortuna, el parque infantil, la cancha de baloncesto y la conserjería funcionan.
Los inquilinos consultados también cuestionan que se les cobre el IBI, cuando lo paga, por lo general, el propietario. Si bien lo han pactado con la firma del contrato, ahora el Ayuntamiento de Alcorcón evalúa elevar una propuesta al pleno para pedir que no se les repercuta este impuesto. “Tenemos obligaciones de propietario y derechos de inquilinos”, resopla Miguel.
Aunque el Plan Vive, estrictamente, es competencia de la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento municipal fue el que cedió los terrenos hace 15 años. Por tanto, ha estado al tanto del desarrollo del proyecto.
Por lo pronto, el Plan Vive avanza. Próximamente se entregará la segunda urbanización de Alcorcón y este 9 de abril, se abrirá convocatoria para optar por una de las 488 viviendas del Plan Vive en el barrio de Tempranales en San Sebastián de los Reyes. El piso de un dormitorio (con parking y trastero) costará mínimo 714 euros al mes, más gastos de comunidad e IBI, y el de tres dormitorios, al menos 1.125 euros al mes solo en alquiler. Para acceder a uno de estos pisos, por ejemplo, una familia de una o dos personas debe ganar al año, al menos 15.750 euros al año.
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