Ashley Olsen, madre en secreto de su primer hijo, Otto
Quien fuera, junto a su hermana Mary-Kate, estrella juvenil de los años noventa en ‘Padres forzosos’, tuvo al bebé “hace unos meses” junto a su marido, Louis Eisner, con quien se casó en diciembre
De Mary-Kate y Ashley Olsen muchos recordarán una imagen: la de ambas siendo la misma persona. Las dos niñas fueron, en realidad, una sola, Michelle Tanner, la más pequeña de los protagonistas de Padres Forzosos. La serie, ambientada en San Francisco, contaba las aventuras de Danny Tanner y sus tres hijas, D. J., Stephanie y la menor y muy querida Michelle, interpretada por ambas Olsen. Pero aquellas niñas crecieron y hoy son mujeres adultas de 37 años. Ashley acaba de ser madre de su primer hijo. Así lo han confirmado los medios TMZ y People, que han hecho público que la intérprete y también diseñadora de la firma The Row ha tenido un niño, de nombre Otto, junto a su marido, el artista Louis Eisner, de 34 años, con quien mantiene una relación desde hace seis años y con quien se casó a finales del pasado mes de diciembre. El bebé nació “hace unos meses”, tal y como confirman dichos medios, aunque no se ha sabido de su existencia hasta ahora.
Los representantes de la exactriz no han confirmado la información, pero ambos medios aseguran que fuentes fiables y muy cercanas a la pareja sí lo han hecho. Según TMZ, además, el pequeño nació en Nueva York “hace unos meses”. La pareja se casó en una ceremonia íntima el pasado 28 de diciembre, en una casa que el novio posee en la lujosa zona de Bel-Air (Los Ángeles). A la fiesta, con apenas 50 invitados, acudieron también Mary-Kate, gemela de la novia, y su hermana menor, la también actriz Elizabeth Olsen, de 34 años. Por el momento no se han visto imágenes de ese discreto enlace.
Curiosamente, Olsen y Eisner se conocieron en el colegio, pero no fue hasta muchos años después que retomaron su amistad y que empezaron su noviazgo. Se les empezó a ver juntos en público en 2017, y en septiembre de 2021 confirmaron su relación con un posado en una alfombra roja, en concreto en la gala benéfica de la Young Eisner Scholars, una organización benéfica que fundó el padre del artista, el abogado Eric Eisner, con la que ayuda a jóvenes con talento y de escasos recursos económicos a acceder a centros académicos de alto nivel. La madre de Eisner, Lisa, es diseñadora de joyas, pero antes fue fotógrafa y trabajó como editora para la revista Vogue.
Desde aquella gala ha sido difícil captar en público a la pareja, que vive en Nueva York, donde ella tiene la sede de su exitosa firma The Row, que fundó hace más de 15 años con su hermana, y donde ha nacido su hijo. Ambos visitan con frecuencia Los Ángeles, donde nacieron y se criaron. Su discreción quedó clara en su boda y también con el nacimiento del pequeño, del que no han trascendido tampoco imágenes. Igual ocurre con Mary-Kate. En noviembre de 2015 se casó con Olivier Sarkozy, banquero y hermano pequeño del expresidente francés Nicolas Sarkozy. Ella tenía 29 años y él 46, y para entonces llevaban tres años saliendo. La pareja se divorció en la primavera de 2020.
Pese a su pulcro silencio durante las últimas décadas, sus escasas apariciones públicas y su rechazo a las entrevistas y las redes sociales, las hermanas Olsen siguen siendo estrellas de la cultura pop. Fue desde el estreno de Padres forzosos en 1987, cuando apenas tenían nueve meses, cuando saltaron a la fama y a las televisiones de todo el mundo, para después hacerlo, ya cada una en su papel y con su personalidad, en una veintena de películas infantiles y juveniles. Con apenas 18 años tenían una fortuna de más de 130 millones de dólares; la persecución por parte de la prensa amarilla fue incesante. “Éramos como dos monitos de feria”, llegó a confesar Mary-Kate en una entrevista en 2010. En 2022, la documentalista indio-británica Sara Meerza realizó un documental llamado The Twins (Las gemelas) sobre ellas, en el que buceaba en los motivos por los que habían llegado a ser una sensación de tal calibre entre miles de jóvenes de los ochenta y los noventa, y cómo habían logrado crear ese aura de inalcanzable misticismo. Un misticismo que, años después de dejar la pantalla, siguen manteniendo.
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