Lily Allen vs. Peta: la cantante denuncia amenazas de muerte tras la polémica por contar que devolvió a su perra
La artista ha abierto una discusión pública en redes sociales con la ONG animalista, que le envió un peluche y un mensaje: “Este es el único animal que puedes llevar a tu casa”. Ella se defiende asegurando que cuando su mascota se comió su pasaporte fue la gota que colmó el vaso
A la cantante y compositora Lily Allen tener un perro le ha salido caro. La historia se remonta al pasado 22 de agosto, cuando la artista contaba en su podcast, Kiss Me?, cómo su nueva mascota “arruinó su vida” por haberse comido su pasaporte y el de sus hijos, por lo que no pudieron volar a Inglaterra, donde se encuentra su padre, cuando tenían planeado. La artista, finalmente, tomó la decisión de devolver a la perra a la protectora donde la adoptó. Desde entonces, Allen, de 39 años, ha tenido que enfrentarse al duro escrutinio de las redes sociales, donde afirma que ha recibido incluso amenazas de muerte tras la polémica generada al haberse deshecho de su mascota. “La gente ha estado reaccionando furiosamente a una combinación distorsionada de citas falsas diseñadas para hacerlos enfadar y, como resultado, he recibido algunos mensajes realmente aborrecibles, incluidas amenazas de muerte. Algunos de los comentarios más repugnantes han estado en todos mis canales de redes sociales”, ha explicado la artista a través de un mensaje en sus redes sociales para atajar la explosión de críticas. Aun así, según ha podido confirmar el medio estadounidense TMZ este martes, la perra se encuentra sana y salva.
En su carta, publicada el 25 de agosto en su X (anteriormente Twitter), la artista explica cómo los problemas de comportamiento de su mascota la llevaron a tomar la difícil decisión. Según dice, que se comiera los pasaportes fue la gota que colmó el vaso: “No podíamos satisfacer las necesidades de Mary [nombre del can] y su felicidad y bienestar fueron fundamentales para que tomáramos esa decisión, por difícil que fuera”. Según cuenta, el can padecía una ansiedad por separación severa y tenía problemas conductuales que afectaban a su familia. “No podía quedarse sola más de 10 minutos, hacía 3 paseos largos al día, 2 con nosotros y 1 con un paseador de perros local y varios perros más. Trabajamos con el refugio del que la rescatamos y nos derivaron a un especialista en comportamiento y un entrenador profesional”, se explica. Una serie de esfuerzos que no sirvieron para evitar la reubicación. Además, la artista confiesa: “He tenido perros rescatados de manera bastante constante a lo largo de mi vida desde que tenía 4 años, soy bastante buena para determinar las necesidades de los perros, nunca me han acusado de maltratar a un animal y he encontrado toda esta semana muy angustiante”.
Lilly Allen también afirma en su mensaje que sus seguidores han sido víctimas de noticias distorsionadas, y que no habían escuchado su podcast, sino “que habían estado leyendo el Daily Mail”. “Por favor dejen de actuar en base a artículos de clickbait cuando no han hecho su debida diligencia”, advierte a sus seguidores en el mismo tuit. La artista termina su mensaje señalando directamente a Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales), organización animalista que la ha criticado duramente desde que empezó la polémica: “También tienes la culpa Peta, por echar leña al fuego. Muy responsable por tu parte”, escribe irónicamente en otro mensaje.
Tras conocer la historia, la ONG mandó a casa de la artista un perro de peluche junto a una carta: “Este es el único animal que puedes llevar a tu casa”. Parte del contenido de la carta, firmada por su vicepresidenta, Elisa Allen, ha sido publicada en la página web oficial de Peta: “Si bien puedes conseguir nuevos pasaportes y reprogramar tus vuelos, Mary puede pasar muchos meses en el refugio esperando una nueva familia, si es que tiene la suerte de encontrar una”, crítica, además de añadir que los perros “nunca deberían ser tratados como accesorios que se pueden descartar cuando se vuelven inconvenientes”.
Desde entonces, la guerra no ha cesado. Ambas partes han abierto una discusión pública en X, donde ella acumula casi cinco millones de seguidores. Peta acusa a la artista de “haber abandonado a una pobre perrita”, mientras que ella rebate que la organización “no para de perpetuar mentiras”. “Te reíste cuando hablaste de haber abandonado a Mary y de haber arruinado la vida de esta pobre perrita. Ella pensó que tenía un hogar amoroso para siempre antes de que la echaras y la llamaras ‘esa perrita de mierda’ que ‘arruinó mi vida’. ¡Qué vergüenza! No mereces ni siquiera el perro de juguete que te enviamos”, contesta la organización al mensaje incriminatorio de la artista en su X. “La gente se ríe cuando habla de cosas dolorosas todo el tiempo, es bastante normal”, se defiende Allen. “¿Por qué perpetúas mentiras? ¿Qué clase de organización benéfica de bienestar animal intenta avergonzar a alguien por querer mejorar el bienestar de un animal? Tu publicación es peligrosa”, responde Allen. “Como alguien con un alto perfil y un altavoz, lo que dices importa”, volvió a responderle Peta este lunes.
Los seguidores de ambos han querido aportar su posición desde que se publicaron los primeros reproches. “¡Bien dicho, Peta! Un perro es para toda la vida, no solo para clickbait e Instagram”, dice un internauta que recibe una rápida respuesta de Lily Allen: “Literalmente acaban de utilizar un perro para clickbait e Instagram”. Otros se han posicionado del lado de la cantante: “Lily, lamento que existan los imbéciles. No puedo imaginarme tener que lidiar con la cantidad de tonterías que haces”. “Por eso nadie toma en serio a Peta. Ningún animal resultó herido y, de hecho, es BUENO que un animal encuentre un nuevo hogar si su dueño no puede cuidarlo...”, dice otra.
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