El sueño sigue vivo
El día que EEUU celebra el nacimiento de Martin Luther King, el presidente Barack Obama jura su segundo mandato al frente de la Casa Blanca
De las escalintas del monumento a Lincoln a las del Capitolio de Estados Unidos, uno enfrente de otro en el Mall de la capital de la nación. Del discurso de Martin Luther King, a los pies de la estatua del presidente que liberó a Estados Unidos de la esclavitud, al sueño realizado cincuenta años después. “Tengo un sueño”, proclamó el reverendo King. Barack Obama ha probado que el sueño es posible y está vivo.
Por capricho del calendario, la segunda toma de posesión de Obama fue empujada al lunes 21 de enero, día declarado fiesta nacional en EE UU para conmemorar el nacimiento del asesinado defensor de los derechos civiles (MLK) y que se celebra siempre el tercer lunes de enero. Obama juró ayer su cargo sobre dos biblias, una encima de la otra. Debajo, el libro sagrado que pertenció a Lincoln. Encima, el de King. “Sigo sin creérmelo, estoy muy conmovido”, declaró al concluir la ceremonia el congresista negro John Lewis, azotado en los disturbios de Selma (Alabama, 1964) por la policía montada a caballo. Las cámaras de televisión recogieron entonces un momento en el que Lewis imploraba al presidente Johnson que interviniera en Alabama.
“Ciento cincuenta años después de la Proclamación de Liberación de los esclavos y 50 años después de la marcha en Washington, celebramos el espíritu de nuestros antepasados”, afirmó la activista y periodista Myrlie Evers-Williams, encargada de presentar a Obama. Evers, la primera mujer y la primera afroamericana encargada de leer la invocación presidencial, es la viuda de un activista por los derechos civiles de los negros que fue asesinado a las puertas de su casa en Jackson, Misisipi, en 1963. Cincuenta años después, Washington perteneció ayer a quienes entonces no imaginaron que un presidente negro ocuparía la Casa Blanca, construida en parte por esclavos.
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