Naciones Unidas debate para reforzar el combate contra el antisemitismo
El organismo multilateral celebra una reunión extraordinaria dedicada a la violencia creciente contra los judíos
El odio contra el pueblo judío no es nuevo, y a lo largo de los últimos 2.000 años de historia de la humanidad tuvo consecuencias terribles. El ataque terrorista en París es el último ejemplo de que la violencia antisemita continúa. Para hacer frente a la hostilidad creciente contra los judíos, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró hoy una sesión histórica dedicada al antisemitismo.
La reunión fue convocada en noviembre, a petición de 36 países tras los ataques antisemitas en Bélgica. El atentado terrorista en París, donde murieron cuatro judíos tras ser captados como rehenes en un supermercado kosher, dio más relevancia al evento, que tenía como objetivo incentivar una mayor cooperación al combatir el antisemitismo y reforzar las legislaciones para proteger las instituciones judías y los lugares de culto.
La violencia y la discriminación contra los judíos sucede en todo el mundo, como denuncian repetidamente Naciones Unidas y los diferentes participantes en el debate. Internet hace, además, que ese lenguaje de odio se extienda con más rapidez, de forma anónima y en múltiples lenguas. La ONU considera por eso que hacer frente al antisemitismo en todas sus formas es “crítico” para evitar el fracaso moral y social que hizo posible el Holocausto.
La ONU considera que hacer frente al antisemitismo en todas sus formas es “crítico” para evitar el fracaso moral y social que hizo posible el Holocausto
Ban Ki-moon, su secretario general, insistió en la apertura de la sesión que la misión cardinal del organismo es prevenir que vuelvan a repetirse “los horrores” de la Segunda Guerra Mundial. Alvaro Mendonc e Moura, presidente de la Asamblea General, recordó que hay múltiples instrumentos internacionales para luchar contra este tipo de intolerancia. “Tenemos la responsabilidad de aprender de las atrocidades del Holocausto y prevenir que vuelvan a suceder”.
El filósofo francés Bernard-Henri Lévy fue el encargado de marcar el debate. Recordó que la ONU fue creada hace siete décadas para “impedir que despertaran los terribles espíritus” que llevaron al exterminio Nazi. “Hay que enfrentar cara a cara este mal”, repitió, aunque admitió que no se puede luchar “contra lo que no se entiende”. “Incluso si a los palestinos se les reconociera su Estado, no se disiparía este odio”, advirtió.
Levy pidió, en el discurso de inauguración, que abandonen los antiguos clichés que llevaron al peor genocidio llevado a cabo en la historia. “Esos argumentos ya no funcionan”, recalcó. El ministro canadiense Steven Blaney señaló en su intervención que el Holocausto “no es solo un reconocimiento histórico”. Habló así de “tolerancia cero”. “Los que amenazan la existencia del pueblo judío son una amenaza para todos nosotros”, enfatizó.
Harlem Désir, secretario de Estado francés para Asuntos Europeos, leyó todos los nombres de los fallecidos en el ataque terrorista de París. “Cada vez que se ataca a un judío se ataca a los valores universales de las Naciones Unidas”, advirtió, a la vez que relató las medidas que se están adoptando en Francia para proteger a los ciudadanos de origen judíos. “Combatir el antisemitismo es combatir el odio y la impunidad”, concluyó.
La embajadora Samantha Power alertó de que cuando los derechos de los integrantes de un grupo religioso son atacados, “los de otras religiones no van muy rezagadas”
Los eventos de París, como indicó el presidente de la Asamblea General, pusieron de manifiesto las grandes divisiones que viven las comunidades. En este sentido, el ministro de Estado alemán para Europa, Michael Roth, dijo que en 2015 “nadie debería vivir con temor por su origen étnico, religioso o sexual”. Los eventos de París, añadió, demuestran que se deben adoptar medidas decisivas para hacer frente al “veneno” que mata la tolerancia.
EE UU consideraba crítico que Naciones Unidas reconozca y hable alto ante los crecientes casos de intolerancia, discriminación y violencia contra los judíos. La embajadora Samantha Power alertó de que cuando los derechos de los integrantes de un grupo religioso son atacados, “los de otras religiones no van muy rezagadas”. “La lucha del antisemitismo no se puede dejar solo en manos de los judíos”, concluyó, por eso pidió que se ataquen los factores que alimentan actos como el de París.
El representante del grupo de países que integran la Liga Árabe participó en el debate y condenó en su intervención cualquier ataque contra cualquier creencia religiosa. “No se puede abordar uno de ellos sin tratar los otros”, señaló, a la que emplazó ante el resto de participantes a que se haga frente al problema atacando a las fuentes del extremismo. “Queremos promover el diálogo y luchar contra las concepciones falsas y erróneas”, afirmó.
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