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Empresarios de Oaxaca: “Estamos hartos de que el Gobierno no nos escuche”

La patronal y diferentes organizaciones oaxaqueñas hacen una huelga para pedir que cesen los bloqueos de los maestros

Elena Reina
Los empresarios y comerciantes de Oaxaca cuelgan carteles.
Los empresarios y comerciantes de Oaxaca cuelgan carteles.SAÚL RUIZ

Uno de los hoteles más codiciados de Oaxaca se encuentra a oscuras. El hotel Marqués del Valle no es capaz de llenar más de tres habitaciones este lunes, de las 95 que tiene. Los bloqueos de carreteras que mantienen los maestros contrarios a la reforma educativa han mermado el turismo en una región que prácticamente vive de él. La patronal oaxaqueña ha exigido a las autoridades estatales y federales que pongan fin al conflicto con un paro de 24 horas este lunes. Y con la huelga de unos por las protestas sindicales de otros, han frenado la actividad de una capital que lleva meses sin levantar cabeza.

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Los comercios del centro de Oaxaca han amanecido cerrados, excepto las grandes cadenas. Pero no se puede hablar de un paro masivo. La manifestación convocada por los líderes empresariales locales y a la que se han sumado otros grupos de trabajadores no ha cortado ni una sola calle. "No queremos ser contradictorios. No vamos a enfrentar un bloqueo con otro bloqueo", explica Benjamín Hernández, presidente del Centro Empresarial del Estado. Por las aceras circulaban en fila, vestidos todos de blanco y sin levantar mucho la voz, bajo el lema: "Estamos hartos".

Aunque la convocatoria ha sido organizada y difundida por los empresarios locales, se ha extendido a todos aquellos vecinos que están cansados de los cortes de las carreteras principales. "Yo soy jubilada, pero no entiendo por qué hay días que no puedo llevar a mi madre al doctor, por qué hay amigos que no pueden ir a sus trabajos. Es injusto", cuenta Rosa María Gómez.

Uno de los carteles de la huelga de comercios en Oaxaca.
Uno de los carteles de la huelga de comercios en Oaxaca.SAÚL RUIZ

Los maestros agrupados en la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), llevan desde el 15 de mayo cortando carreteras para protestar por la reforma educativa del Gobierno. La medida, aprobada en 2013 y enfrentada por una facción del sindicato desde incluso antes, incluye limitaciones a los "privilegios laborales que mantuvieron durante décadas", según los defensores de la norma; y una "privatización y merma de los derechos" de los maestros, según sus detractores.

Gilberto Luis Martínez, líder de la organización de transportistas de Oaxaca reconoce el "mérito de los maestros para enfrentarse al Gobierno", pero ya no puede más: "A muchos ya no nos alcanza para el combustible. Estamos moviendo sólo un 15% de los tráilers y porque para pasar llevamos un cartel que dice que apoyamos a la CNTE. No estamos en contra de los profesores, pero necesitamos llevar el sustento a nuestras casas", cuenta.

La patronal oaxaqueña estima que las fiestas más populares de la Guelaguetza (del 25 de julio al 1 de agosto) no lograron atraer más que a un 30% de los turistas de otros años. "Los comerciantes y hosteleros han perdido más de 250 millones de pesos [unos 13 millones y medio de dólares]", explica Hernández. "A los turistas ya no les interesa tanto nuestra tierra, no tienen seguro si van a pasar por los bloqueos y asocian este movimiento sindical con algo violento", añade el presidente de los empresarios locales.

Los maestros de la CNTE observan las protestas de la patronal con desconfianza: "Aprovechan para exigir apoyos millonarios al Gobierno, con el argumento de las pérdidas que no pueden sustentar con cifras". "Todos estos que hoy están protestando, viven gracias a los miles de maestros y sus familias que consumen en sus tiendas. De ellos comen", cuenta enfurecida Catalina García Bolaños, que cruza por la acera de enfrente. Cuando la ven con un cartel opositor al de la marcha empresarial, rompen su aparente tranquilidad y la comienzan a atacar con insultos.

Lo que realmente ha hecho que se pare la capital este lunes ha sido el paro del transporte público. La mayoría de autobuses han dejado de dar su servicio habitual y los chóferes de los taxis colectivos se han frotado las manos. A primera hora de la mañana había colas en las paradas de buses para subirse a un coche compartido.

Los trabajadores de las empresas turísticas que se han sumado al paro reconocen que el día está igual que siempre. "Hace meses que no tenemos suficientes personas para armar un grupo completo", explica el líder de la asociación Alianza de Transportistas Turísticos de Oaxaca (ATTO). Y reconoce que no han hecho una huelga total: "Si viene un grupo que quiere irse de viaje, los llevaremos".

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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