La penúltima ‘fake news’ de Bolsonaro
El candidato ultraconservador ningunea el último debate con una entrevista postiza en una cadena de televisión amiga
La maquinaria de fake news de Jair Bolsonaro alcanzó este jueves su clímax con la primera entrevista que el favorito en las presidenciales brasileñas concedió tras recibir el alta hospitalaria. Bolsonaro se aprovechó de una televisión amiga, propiedad de un obispo evangélico, para tratar de humanizar su retrógrado perfil a tres días de que los brasileños acudan a las urnas, mientras no deja de crecer en las encuestas. Lo hizo a la misma hora en que, en la principal cadena de televisión, el resto de sus rivales se batía en un tedioso último debate.
Bolsonaro, erigido en una mezcla de Donald Trump y Rodrigo Duterte, mostró su lado más contenido para diseccionar sus intenciones, una suerte de Make Brazil great again, con continuos ataques al Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó el país durante 13 de los últimos 15 años –con Lula y Dilma Rousseff- y a cuyo candidato, Fernando Haddad –designado por Lula desde la cárcel– tachó de “fantoche”.
Gracias a una serie de preguntas amables y tímidas repreguntas, Bolsonaro hizo amago de abordar las grandes polémicas que han rodeado su campaña, como su abultado historial de insultos machistas, homófobos y racistas y salidas de tono. “¿Dónde hay vídeo de eso?”, preguntó. Alegó que buena parte de esas frases son paparruchas de imitadores que se distribuyen por redes sociales; es decir, fake news (creadas, dio a entender, por el PT). En realidad, hay vídeos y testimonios de sobra de sus momentos más zafios.
Lejos de tener que responder por ellos, solo admitió uno, el cual está tan probado que Bolsonaro tuvo que pagar una multa por él: en 2003, le dijo en televisión a una diputada: “A ti no te violaría porque no te lo mereces”. Este jueves, lejos de retirar lo dicho, lo justificó: “Es que esa mujer estaba defendiendo a un violador”.
Lo más destacado de la condescendiente entrevista no fue el contenido, sino la puesta en escena. Pese a estar grabada, la charla fue interrumpida en dos ocasiones con la aparición de un supuesto médico –negro, porque también había que alivianar su manifiesto racismo- que recordó a Bolsonaro que no podía hablar mucho tiempo seguido para no agotarse. El aspirante presidencial recibió el alta médica el pasado sábado después de permanecer tres semanas en el hospital tras la puñalada que recibió de un lunático durante su gira como candidato.
No solo la retórica de Bolsonaro recuerda a la de Trump. El manejo de las redes sociales, en muchos casos a través de noticias falsas que han permeado entre la gente, es equiparable al que alzó a la presidencia al hoy presidente de Estados Unidos. Un tema que se trató brevemente durante la entrevista. “Yo no tengo control de los millones de personas que me siguen. Quizá una u otra persona acaben saliéndose del camino pero nosotros no publicamos fake news”, aseguró Bolsonaro.
La entrevista constató la importancia que el favorito en las encuestas le da a la televisión, en un país donde el 44,8% decidirá su voto influenciado por lo que ve en la pantalla, según una reciente encuesta. Sabedor de ello, Bolsonaro, como Trump con Fox, trata de hacer de TV Record, su televisión. La cándida conversación de este jueves fue una evidencia. En el tramo que coincidieron, la entrevista con Bolsonaro logró la mitad de la audiencia que el último debate presidencial. TV Record, la segunda cadena más importante del país, es propiedad del magnate de la comunicación y obispo evangélico Edir Macedo, máximo representante de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que cuenta con un templo faraónico en Sao Paulo para 10.000 fieles.
Sobre la serie de manifestaciones que el sábado pasado llevaron a cientos de miles a las calles de todo el país, en protesta por su estilo racista, homófobo y machista, Bolsonaro zanjó: “Ese movimiento está compuesto por artistas, por artistas de sertanejo [cantantes de un tipo de country brasileño asociado a las regiones más pobres de Brasil], que portan la cultura brasileña, sino unos que llevan años mamando de las ayudas de empresas que contribuyen a la cultura”.
Pese a las críticas, Bolsonaro no ha dejado de crecer en las encuestas. Según la última, publicada por Datafolha pocos antes de la entrevista y el último debate, lograría el 35% de intención de voto, por el 21% de Haddad, con quien, de este modo, se disputaría la presidencia en segunda vuelta. Para Bolsonaro, su auge en las encuestas responde a que los brasileños se han dado cuenta “de quiénes son” los que le critican. “Dicen que soy tan, tan malo. No es verdad”. No hubo resistencia por parte del entrevistador.
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