Ir al contenido
_
_
_
_

La entrada en vigor de los aranceles de Trump al aluminio y el acero añade caos a los mercados

Canadá y México son los principales damnificados por una medida que dinamita el espacio comercial común norteamericano

Trabajadores en una fábrica de piezas metalmecánicas en Apodaca, el 11 de marzo de 2025.Foto: Daniel Becerril (REUTERS) | Vídeo: EPV

Si algo ha quedado claro en los 50 días que Donald Trump lleva en el poder es que sus amenazas ―especialmente, en materia arancelaria― no siempre se cumplen. La de imponer gravámenes del 25% a las importaciones de aluminio y acero entró en vigor, esta vez sí, pasada la medianoche de este martes, hora de Washington. No está claro, visto lo visto, por cuánto tiempo, ni si las negociaciones contrarreloj de sus vecinos y principales socios comerciales, México y Canadá, lograrán, como han logrado varias veces estas semanas, revertirlos. O, al menos, aplazar una medida que afectarán alrededor de 150.000 millones de dólares en productos de consumo importados, según Bloomberg.

Esa entrada en vigor llegó al final de una caótica jornada ―otra― en la Casa Blanca. El martes había empezado con la promesa de que el presidente estadounidense pensaba doblar los aranceles al aluminio y al acero anunciados, pero solo para Canadá, como represalia al anuncio del día anterior de que la provincia de Ontario había decidido aumentar en un 25% el precio de la electricidad que vende a los Estados de Míchigan, Minnesota y Nueva York. La agresiva medida de Trump desembocó en una marcha atrás de Ontario, y también en la confirmación de que se volvía al plan inicial, y que Canadá solo se enfrentaría a un gravamen del 25%, el mismo porcentaje que resto de países.

Pero Canadá no es cualquier país. No solo por los robustos lazos económicos y sociales que le unen a Estados Unidos y que ahora ven romperse entre las aspiraciones de anexión del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que quiere convertir al vecino en el Estado número 51 de la Unión, sino también porque Canadá es el mayor exportador de acero y aluminio a Estados Unidos. Los cinco principales proveedores de acero a Estados Unidos fueron en enero el vecino del norte (11.200 millones de dólares), seguido de Brasil, México, Corea del Sur y Alemania. En cuanto al aluminio, la lista la encabeza de nuevo Canadá, y después vienen, por ese orden, Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China a una considerable distancia.

Las idas y venidas arancelarias de Trump provocaron el lunes el desplome de los mercados ante el temor a una recesión en Estados Unidos provocada por la agresiva y volátil política comercial de la Casa Blanca. Fue la peor jornada de lo que va de año para las Bolsas, también por la incapacidad del presidente estadounidense de descartar con claridad en dos ocasiones ―en una entrevista en Fox News y a la pregunta de una reportera a bordo del avión presidencial― la posibilidad de que el país se estuviese asomando a esa temida recesión.

El martes empezó con el tímido amago de mejora con el que abrió la sesión Wall Street, que registró el lunes una caída del 2,7% en el índice S&P 500, el más representativo de Estados Unidos. Si bien en los primeros compases de la sesión, este marcaba ganancias, las represalias sobre Canadá dieron la vuelta al mercado. Incluso la marcha atrás de Trump no logró alterar el ánimo de los inversores. El Nasdaq, muy volcado en tecnología, intentó durante la mañana escapar de los números rojos, pero cerró la jornada con una ligera pérdida del 0,18%. El más tradicional Dow Jones, por su parte, se dejó un 1,1% y el S&P 500, un 0,76%.

Todos los ojos estarán este miércoles de nuevo puestos en el comportamiento de los mercados, ahora que los aranceles al acero y el aluminio, que Trump firmó mediante decreto el 13 de febrero, han entrado en vigor. No son las únicas tarifas de la furia aislacionista de la nueva Administración estadounidense que ya están en marcha: la guerra comercial con China escaló hace un par de semanas con la imposición de un 10% a las importaciones del gigante asiático, que respondió con gravámenes recíprocos.

Ecos del pasado

La amenaza arancelaria de EE UU sobre las exportaciones de acero y aluminio no es nueva para México y Canadá. En junio de 2018, durante su primer mandato, el republicano impuso un arancel de entre el 10% y el 25% a estos insumos. Aunque dichas tarifas solo estuvieron vigentes durante un año y luego se eliminaron, en julio pasado la Administración Biden volvió a poner en el punto de mira estos insumos estratégicos ante un incremento inusual de envíos y la presunción de que el país latinoamericano estaba siendo utilizado por China como vía de acceso a Estados Unidos. En ese entonces, el Gobierno estadounidense endureció los requisitos de intercambio comercial al exigir a las empresas que si querían evitar el cobro de un impuesto debían demostrar que el acero exportado se fundía y vertía en América del Norte.

Ahora, la polémica medida se sustenta en el déficit comercial de Estados Unidos en este sector. Sin embargo, en el caso de México esta justificación no aplica, ya que el balance es superavitario a favor de EE UU, en más de 6.800 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales. Con estas cifras, el secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, ha defendido que la imposición de aranceles “es injusta”. Para intentar frenar esta granada, Economía comenzó a aplicar desde hace semanas sus propias tarifas al acero chino e inició investigaciones comerciales para determinar si las barras de aluminio y el acero laminado procedentes de China se están vendiendo a precios de dumping por debajo del precio de mercado en el país.

A las acciones a contrarreloj emprendidas por el Gobierno mexicano se sumó el rechazo unánime de la industria siderúrgica mexicana, que ha esgrimido que este muro arancelario pondrá en riesgo al 75% de las exportaciones de acero mexicano, valuadas en 2.100 millones de dólares así como las inversiones y el empleo de miles de personas del sector. “De no lograr la exclusión del acero mexicano de esta medida, será necesario aplicar represalias recíprocas sobre productos siderúrgicos estadounidenses”, solicitaron en un escrito.

El carácter errático e intempestivo de Trump complica los pronósticos, no obstante, el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) ha calculado que las exportaciones afectadas por estas nuevas tarifas rebasarán los 29.000 millones de dólares. En su análisis, indican que la imposición de aranceles a los productos contemplados impactará a un 4,7% del total de las exportaciones mexicanas, debido a que se incorporan bienes esenciales para el sector automotriz, para los productos electrónicos y electrodomésticos. “La inclusión de partes y accesorios de vehículos en estas medidas impactan de manera directa al sector automotriz, uno de los principales sectores exportadores del país”, refiere en su documento la asociación.

Entre los productos más afectados por estos impuestos están las láminas de acero, ampliamente utilizadas en la construcción y la industria automotriz. También los tubos de acero, necesarios para la industria petrolera y de construcción. También se prevé un encarecimiento sobre los pedidos de estructuras metálicas y barras de acero, insumos usados en la fabricación de maquinaria y componentes industriales. El Estado de Nuevo León exporta un 36% del total de acero y aluminio al mercado estadounidense, seguido de Coahuila con el 13%, Baja California con el 8,6% y Tamaulipas con el 7,9%. Del otro lado del Río Bravo, la demanda del acero mexicano se centra en Texas, Illinois y California.

Si en la primera Administración de Trump se concedieron exclusiones a los principales proveedores de acero y aluminio, incluidos sus socios comerciales Canadá y México, esta vez no hubo excepciones. No obstante, representantes del sector siderúrgico mexicano aún tienen la esperanza de que así como se logró eludir el arancel generalizado del 25% en días pasados, el Gobierno mexicano pueda negociar posteriormente, y bajo el amparo del TMEC, un trato diferenciado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_