Neige Sinno y Julián Herbert: una infancia rota ante la página vacía
La francesa y el mexicano conversan en la FIL sobre la necesidad de imaginar un lector cuando se escribe de lo personal
La luz invernal de la ciudad comienza a pintar de amarillo las terrazas tapatías. Julián Herbert ha llegado puntual a la cita, le da un abrazo a Neige Sinno: “Me da gusto conocerte, me gustó mucho tu libro”, le dice. Sinno devuelve la cortesía haciendo referencia a la obra del mexicano. Los dos autores coinciden en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para conversar sobre la experiencia de crear obras literarias desde la tragedia personal.
A la francesa Neige Sinno (Vars, 47 años) y a Julián Herbert (Acapulco, 53 años) les une algo más que la escritura, ambos han vivido una infancia marcada por la violencia y ambos la han narrado en sus libros.
Sinno presenta en esta feria Triste Tigre (Anagrama 2024), su libro más reciente, en donde cuenta los abusos y la violencia que vivió a manos de la expareja de su madre. Herbert, por su parte, autor de la también autobiográfica Canción de tumba, presentará Overol, apuntes sobre narrativa mexicana reciente (Random House, 2024), una recopilación de ensayos.
¿Cómo se escribe sobre la tragedia de un niño que fue abusado y violentado por las personas que debían cuidarle y amarle? Y ¿cómo se escribe cuando ese niño es el propio autor? Sinno responde: “Yo quería ser Marguerite Duras o Pierre Michon, nunca pensé que iba a trabajar la experiencia personal. Durante muchos años no quería hacerlo. Este camino me lo abrieron muchos escritores”. Herbert remata la frase diciendo: “Y es el lenguaje literario el que te dice cuál es ese camino que debes tomar”. A lo largo de 30 minutos, el autor de Canción de tumba y la escritora francesa intercambian sonrisas y camaradería, cavilan sobre el quehacer literario, sobre dejar el “yo” para poder escribir, sobre las palabras y sus significados. Para Sinno la palabra violín nunca le va a dejar de resonar en la mente como una palabra violenta. A Herbert eso le gustó del libro de Sinno. Los dos coinciden en que para escribir esta no ficción debieron imaginar a un lector, eso no pasa cuando se escribe ficción, dicen ambos. Herbert habla sobre el budismo y el pensamiento de no poder volver a casa si no te has ido. Y quizá esa es la premisa de estos libros, unos niños que se marcharon de casa y unos adultos que han ido lejos para volver al origen y contar su historia.