Videocolumna | La justicia que no llega
Las autoridades han vuelto la vista al costado ante las cifras de las personas desaparecidas, que han dejado un hueco entre sus familias
La tragedia que viven los familiares de los desaparecidos no empezó recientemente. Hace algunos años, el entonces gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quitó apoyos a las madres buscadoras y después, en un acto de redención, donó guantes y palas.
Este desdén es la norma en torno a los desaparecidos en México. Desde las autoridades, hasta buena parte de los encargados de la seguridad en el país, han volteado al costado al ver las cifras de las personas que han dejado un hueco entre sus familias.
Esta semana, Jalisco fue foco público por el hallazgo de un centro de exterminio del crimen organizado en Teuchitlán, un pueblo a poco más de una hora de Guadalajara, la capital estatal.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos