La ejecutiva socialista quiere prorrogar a la actual dirección en el Congreso

Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido aclamado por su partido y recibido por miles de socialistas en decenas de lugares de toda España al grito de “presidente, presidente”, pero ahora todo son cautelas respecto a su protagonismo. El aparato del PSOE tiene que adoptar en los próximos días decisiones sobre la representación del partido y del grupo parlamentario en la vida institucional sin primar al que ha sido su candidato electoral.

Se trata de que Rubalcaba no resulte favorecido con respecto a otras personas que puedan aspirar a la secretaría general del PSOE en el congreso del mes de febrero, aunque todavía nadie haya dado un paso al frente. Tampoco él.

Esta es la razón por la cual la ejecutiva federal del PSOE abrirá hoy el debate sobre quién representará al Grupo Parlamentario Socialista, que se constituirá el próximo 13 de diciembre con todos los demás; quiénes lo compondrán y quién se subirá a la tribuna de oradores a dar la réplica a Mariano Rajoy en el debate de investidura. La propuesta inicial consiste en que Rubalcaba sea el presidente del grupo Socialista —hasta ahora ese puesto lo ocupaba José Luis Rodríguez Zapatero, que ya no es diputado— y continúe la actual dirección del Grupo Parlamentario, con José Antonio Alonso y Eduardo Madina como portavoz y secretario general, respectivamente. Y con ellos, los adjuntos Carmen Sánchez, Mariví Monteserín y Daniel Fernández (PSC). Todos de forma interina, ya que corresponderá a la ejecutiva elegida en el 38º congreso nombrar a la dirección del Congreso y del Senado.

El PSOE necesita un interlocutor para negociar sus puestos en las Mesas del Congreso y del Senado, recuerdan en la ejecutiva

En este esquema, el presidente del grupo, Alfredo Pérez Rubalcaba, será quien lleve la voz de los socialistas a la tribuna de oradores para dar réplica a Mariano Rajoy en el debate de investidura. Para la mayoría de los barones consultados, esta propuesta es razonable, pero en el aparato se ponen todo tipo de cautelas para que “nada se dé por cerrado hasta que se escuche la opinión de los miembros de la ejecutiva”. Estos interlocutores aluden a la hipótesis, bastante improbable, de que algunos ejecutivos cercanos a Carme Chacón y, sobre todo, alejados de Rubalcaba, puedan poner objeciones a que el excandidato electoral sea el presidente del grupo parlamentario, aunque solo sea durante algo más de dos meses. Por eso se hará la propuesta; si alguien tiene objeciones hoy será el momento de decirlo. No parece que nadie pueda oponerse a que él sea el portavoz en el debate de investidura, porque sería como decir “a los siete millones de votantes del PSOE que se han equivocado”, señaló un dirigente del PSC consultado por este periódico.

Preocupa más que alguien recele de que el candidato sea el presidente del Grupo Socialista. Desde el aparato se considera que es la forma más natural de asumir la representación del grupo en el debate de investidura, y además todos los socialistas saben que es una solución provisional. Tanta cautela viene por la exigencia de neutralidad del aparato ante los candidatos que puedan surgir. Pero los huecos institucionales hay que llenarlos, y Zapatero, secretario general del PSOE, al no ser diputado no puede ostentar la representación en el ámbito parlamentario. El PSOE necesita un interlocutor para negociar sus puestos en las Mesas del Congreso y del Senado, recuerdan en la ejecutiva. Además, el futuro Gobierno preguntará nada más constituirse quién es el interlocutor del primer partido de la oposición. Puede ser que algún hecho de gravedad, por la situación económica o de otra índole, mueva a Rajoy a reclamar la opinión del PSOE.

Mientras tanto, el PSOE vivirá su proceso de elección interna. “En breve Rubalcaba y Chacón darán el paso”, aseguran interlocutores que les apoyan respectivamente. Pero ellos no emiten señales directas.