Euskadi reitera su rechazo a pagar compensaciones económicas a La Rioja

La Rioja atiende ya a los pacientes de las localidades vecinas de Álava, hay un acuerdo transitorio de por medio, pero las posiciones siguen alejadas, al menos en lo que a la arena pública se refiere. El consejero de Sanidad, Rafael Bengoa, acudió ayer al Parlamento por primera vez desde que el pasado día 7 se firmara el acuerdo por el que Logroño acepta levantar el veto a los pacientes vascos y el Gobierno de Vitoria pone más de su parte en forma de contraprestaciones sanitarias por las que Osakidetza atenderá cada año a 300 riojanos.

Ambos servicios de salud trabajan para calcular los flujos de pacientes y su coste para comprobar si persiste un desequilibrio entre lo que aporta una comunidad y otra. Sin embargo, el escollo principal sigue estando muy presente: “No cerramos puertas a ninguna contraprestación sanitaria, a las económicas ya se las hemos cerrado”, sintetizó Bengoa en su comparecencia en la Comisión de Sanidad.

Apenas hace 10 días, el presidente riojano, Pedro Sanz, del PP, insistía en la necesidad de que su comunidad reciba una contraprestación económica por la atención a pacientes alaveses. Pese a la aparente cerrazón en el plano económico, el parlamentario de Aralar Dani Maeztu sostuvo que “no queda tan claro” que la vía de la compensación económica quede descartada.

Tampoco la descarta el propio acuerdo transitorio alcanzado, que recoge la visión vasca del conflicto y condiciona un hipotético pago a que se realice a través de los fondos establecidos para ello.

El consejero alerta del “show nacional” que se creará si Sanz retoma el veto

Bengoa aprovechó para lanzar un aviso a Sanz, quien no tuvo reparo hace días en insistir en que, si no se alcanza un acuerdo definitivo antes del 29 de febrero, su Gobierno retomará el veto sanitario. “Si se vuelve a utilizar a los pacientes de Rioja Alavesa y se les vuelve a rechazar, el show nacional que se va a montar políticamente va a ser espectacular”, advirtió el titular de Sanidad.

Bengoa atribuyó la postura del presidente de la comunidad vecina, quien tras la firma del acuerdo volvió a cargar contra el Ejecutivo vasco, a “viejas rencillas y fantasmas vecinales”.

Aunque Euskadi trabaja con La Rioja para calcular los costes —también lo hace con el resto de comunidades vecinas y Aralar sugirió que haga lo propio con Francia—, la mirada de la consejería vasca está en Madrid. Bengoa explicó que espera al nombramiento del nuevo ministro de Sanidad para plantear la necesidad de elevar al Consejo Interterritorial de Salud los problemas de atención sanitaria de la zonas limítrofes y su financiación.

El propio Bengoa alertó semanas atrás de un posible “efecto dominó” que extendiera el conflicto a otras comunidades, efecto que, según sus palabras, ya se ha producido. “El efecto dominó ya se está dando” porque hay “más tensión de la que había antes”, dijo.

¿Tiene recorrido la propuesta vasca en el Consejo Interterritorial? Sanz ya avanzó su escepticismo y su rechazo a esta vía. Pese a la abrumadora mayoría del PP en ese Consejo, donde se sientan el Gobierno central y las autonomías, Sanz no lo tiene todo a su favor, ya que el conflicto sanitario ha incomodado a muchos dirigentes de su partido.

De hecho, ayer mismo la portavoz del PP en materia sanitaria, Laura Garrido, volvió a desmarcarse en la Cámara de las formas con que el presidente riojano ha reivindicado su postura.

La contradicción fue señalada por la peneuvista Nerea Antia: quien “ha roto la cohesión nacional es precisamente el PP”.

Al margen de estos movimientos, Osakidetza plantea ahora reforzar el Hospital de Leza y descarta construir una nueva infraestructura. El PNV criticó la “tardanza” del Ejecutivo en solucionar el problema y el PP afeó que el consejero no lograra que un Ministerio de Sanidad socialista actuara antes.