Sánchez consolida su liderazgo por delante de la ‘marca PSOE’
La intención de voto a los socialista ha descendido nueve puntos del 31,7% a 22,5% pero la evaluación del secretario general ha mejorado
El PSOE va camino de homologarse a los partidos políticos en los que los votantes se identifican con el líder. No era así desde hace mucho tiempo en el partido hasta que Pedro Sánchez prácticamente lo ha conseguido, según el estudio elaborado por Metroscopia en el primer aniversario del socialista como secretario general socialista. Los datos indican que en este primer año la intención de voto ha descendido nueve puntos —del 31,7% a 22,5%— pero el dato no es completo si no se registra la llegada a la realidad política de Podemos y Ciudadanos. Sin embargo, entre quienes no le van a votar, la opinión sobre el líder socialista ha mejorado al pasar de un -17 a un -6 con lo que su valoración está por encima de la que registra la “marca PSOE”.
Un año ha transcurrido desde que Pedro Sánchez fuera elegido secretario general del PSOE, primero en elecciones primarias, y, después, avalado por un congreso federal. Desde entonces, su valoración ante la sociedad española ha ido al alza pero, sobre todo, ha alcanzado un alto nivel de aceptación en el potencial electorado socialista, según el estudio realizado por Metroscopia. Su saldo evaluativo —aprobación menos desaprobación— es del 92%. Poco a poco ha ganado posiciones por encima de su propio partido. Aunque en este estudio no se hace un retrato específico de la situación del PSOE, sí se refleja la percepción de desunión que este partido inspira, al menos para el 56% de los consultados.
La carrera de Pedro Sánchez por el liderazgo del partido, con miras siempre a ser el candidato electoral, se sustanció formalmente el 13 de julio del pasado año al ganar las primarias frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Esas elecciones internas, en las que participaron todos los militantes socialistas, tuvieron su colofón con la celebración de un congreso, los días 26 y 27 de julio, con el que Sánchez comenzó su andadura al frente del partido.
Los investigadores de Metroscopia estiman que el liderazgo de Sánchez “goza de un respaldo mayoritario” entre los futuros votantes socialistas, pero “la marca PSOE muestra un perfil algo menos sólido entre sus votantes, sobre todo, en lo relativo a la situación interna del partido”. En el momento actual, y hasta las próximas elecciones de finales de año, no es previsible que haya movimientos internos de disidencia, según el testimonio de los barones territoriales. Estos ponen como cita de autoridad para avalar la tesis de la paz interna la afirmación de Susana Díaz, presidenta de Andalucía, de que Sánchez es “un gran candidato” y que el objetivo es ganar las elecciones.
Mejor imagen externa
Fuera de su casa, en la percepción social, los parámetros contemplados en este estudio son muy favorables al secretario general del PSOE. Entre quienes no le van a votar la opinión ha mejorado, al pasar de un -17 a un -6. Esta valoración negativa en el conjunto de la sociedad la obtienen también otros líderes políticos aunque con niveles de rechazo muy superiores. La excepción hasta ahora es Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, que en los barómetros de Metroscopia roza la aprobación a pesar de que muchos no le vayan a votar.
La larga mala racha del PSOE en cuanto al aprecio ciudadano a sus líderes parece haberse roto con Sánchez tras una identificación sustancial entre los votantes y su secretario general. Este fenómeno es habitual en la mayoría de los partidos pero no pasaba en el PSOE. Entre los suyos, desde noviembre de 2014, cuando Metroscopia le hizo la primera evaluación tres meses después de ser elegido, hasta julio de 2015, el saldo evaluativo entre los votantes socialistas ha pasado de un +40 a un +92.
Este ascenso del apoyo del votante socialista al candidato va en paralelo al descenso que ha experimentado en intención de voto el PSOE en un año. No es extraño y es lo que también aqueja al PP. Ambos están seriamente afectados por la aparición de Podemos y Ciudadanos. En agosto del año pasado el PSOE tenía un voto estimado del 31,7% y ahora está en el 22,5%. No obstante, el objetivo de PP y PSOE de llegar al 30% está lejos de alcanzarse.
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