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Los ritos religiosos toman ventaja frente a los animalistas en su guerra por la crueldad de los sacrificios

El abogado general opina que debe permitirse su muerte sin aturdimiento por motivos religiosos

Tártaros de Crimea preparan el sacrificio ritual durante una festividad musulmana, el 31 de julio.
Tártaros de Crimea preparan el sacrificio ritual durante una festividad musulmana, el 31 de julio.ALEXEY PAVLISHAK (Reuters)
Álvaro Sánchez

Un furioso choque entre religión e ideología tiene lugar en Bélgica con el modo en que se sacrifica a los animales como epicentro. La región de Flandes desató las iras de las comunidades judía y musulmana el año pasado al prohibir los sacrificios sin aturdimiento previo para salvaguardar el bienestar del ganado. Varias asociaciones judías y musulmanas expresaron públicamente su disgusto y recurrieron a los tribunales para invalidar el decreto. El debate es complejo: ¿debe pesar más la tradición religiosa o los derechos animales? El Constitucional belga, dubitativo, decidió preguntar a la justicia europea al respecto. Este jueves ha tenido su primera respuesta por parte del abogado general de la UE: da la razón a las organizaciones religiosas al estimar que las leyes europeas contemplan la excepción por motivos de credo en la obligación del sacrificio con aturdimiento.

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El letrado irlandés Gerard Hogan admite en sus conclusiones que “los Tratados imponen tanto a la Unión como a los Estados miembros tomar plenamente en consideración las exigencias del bienestar de los animales, que son seres sensibles”. Y recuerda que también obligan a matar a los animales “previo aturdimiento”. Pero estima que la Carta de Derechos Fundamentales de la UE recoge que a ese deber se superpone otro superior. Una excepción que garantiza “el derecho de quienes profesan ciertas religiones a preservar determinados ritos religiosos esenciales y a consumir carne procedente de animales que se hayan sacrificado siguiendo estos ritos prescritos por la religión”.

Para las cada vez más pujantes organizaciones animalistas, el consuelo es que la decisión no es definitiva, aunque el Tribunal de Justicia de la UE suele seguir en su sentencia la opinión del abogado general en el 80% de los casos. Los expertos respaldan la tesis de los defensores de los animales: la Federación de Veterinarios de Europa ve inaceptable el sacrificio sin aturdimiento por el estrés que genera el proceso al animal y el riesgo de prolongar su agonía varios minutos hasta que finalmente pierde la consciencia.

La controversia tiene connotaciones políticas. Las formaciones Verdes han crecido con fuerza en Bélgica y en buena parte de Europa en los últimos años, y junto a su batalla por reducir las emisiones contaminantes, incorporan cada vez más en su ideario un potente mensaje de defensa de los animales. Un improbable aliado, con el que no quieren compartir trinchera, les ha surgido en la extrema derecha, partidaria de la prohibición de los sacrificios por motivos muy diferentes, más vinculados a cuestiones identitarias lindantes con la xenofobia.

El ritual de sacrificio de ambas confesiones cuenta con particularidades propias, pero tienen en común que no utilizan una pistola aturdidora, una descarga eléctrica o gas para hacer perder la consciencia al animal. En la tradición musulmana, el matarife da un corte seco al cuello mirando hacia La Meca mientras se invoca a Alá. La matanza ritual judía implica un corte profundo y uniforme en la garganta con un cuchillo afilado. Ambos métodos son considerados brutales por parte de las asociaciones animalistas por realizarse con el animal despierto.

El abogado general no oculta que el sistema es cruel: “En efecto, ese método de sacrificio no consigue eliminar el dolor, la angustia y el sufrimiento del animal tan eficazmente como el método del sacrificio previo aturdimiento”. Pero “pese al sufrimiento evitable”, interpreta que las normas europeas anteponen el respeto a la libertad religiosa y el compromiso “con una sociedad tolerante y plural”. Y concluye que “no contemplan la eliminación o la cuasieliminación por los Estados miembros de la práctica del sacrificio ritual”, por lo que no les autoriza a prohibir el sacrificio de los animales conforme lo prescriben los ritos religiosos.

Si la Corte de Luxemburgo coincide en su diagnóstico, Flandes tendrá que dar marcha atrás en su legislación, y lo mismo podría sucederles a otros países de la UE. Suecia, Dinamarca y Eslovenia están entre las que no aceptan ninguna excepción. Igual que Noruega e Islandia, aunque estos no forman parte del club comunitario. Otros, como Holanda y Alemania, han optado por soluciones intermedias: solo autorizan este tipo de sacrificios para cubrir las necesidades de la comunidad local, no para su exportación. La gran mayoría de países, entre ellos España, elige conceder la excepción religiosa.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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