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El informe de los abusos sexuales en la Iglesia portuguesa: al menos 4.815 víctimas desde 1950

La cúpula eclesiástica asiste a la presentación del informe de la comisión independiente, que observó que el 77% de los agresores fueron clérigos

Miembros de la jerarquía católica portuguesa este lunes durante la presentación del estudio sobre los abusos sexuales en la Iglesia lusa.
Miembros de la jerarquía católica portuguesa este lunes durante la presentación del estudio sobre los abusos sexuales en la Iglesia lusa.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)
Tereixa Constenla

EL PAÍS puso en marcha en 2018 una investigación de la pederastia en la Iglesia española y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce algún caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en América Latina, la dirección es: abusosamerica@elpais.es.

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El primer acto de expiación pública de la Iglesia portuguesa por los casos de pederastia cometidos en su seno se ha desplegado la mañana de este lunes en Lisboa. En la primera fila del auditorio de la Fundación Calouste Gulbenkian, representantes de la Conferencia Episcopal, encabezada por su presidente, el obispo José Ornelas, escucharon una sucesión de cifras y testimonios que prueban los infiernos vividos por muchos portugueses. Al menos 4.815 menores sufrieron abusos sexuales en instituciones o durante actividades vinculadas a la Iglesia católica entre 1950 y 2022. La cifra es una estimación de la comisión independiente que ha investigado la pederastia a partir de los 512 testimonios recogidos y validados durante un año. Y es, reiteró su presidente, el psiquiatra Pedro Strecht, un cálculo minimalista de lo que habrá sido la realidad. No obstante, la comisión independiente no ha aportado datos sobre el número de acusados ni los nombres de los obispos que silenciaron o encubrieron muchos de los casos.

Los datos enumerados permiten dibujar el mapa de los abusos sexuales sufridos en uno de los países europeos con un catolicismo arraigado durante décadas. Y hay algunas diferencias respecto a lo ocurrido en otros donde ya se ha estudiado el fenómeno: el perfil de los abusadores (cuya cifra total no se concretó) y la edad media de las víctimas que dan el paso para relatar lo que sufrieron. El 77% de los agresores eran clérigos y la edad media actual de las víctimas es de 52 años, “la más baja de los países europeos donde hay datos”, según Strecht.

Los principales datos estadísticos señalan que la edad media del inicio de los abusos fue de 11,2 años y que el 57,2% los sufrió en más de una ocasión. Casi un tercio padecieron las agresiones durante más de un año. Después del seminario (23%) como el lugar más habitual de los abusos, se situaron la iglesia (18,8%), el confesionario (14,3%) y la casa parroquial (12,9%). El silencio sobre lo sufrido es abrumador: apenas la mitad de las víctimas relataron lo que habían vivido y solo un 4% lo denunció ante los tribunales. De hecho el 43% habló por primera vez de su experiencia ante la comisión independiente. “Los efectos del trauma perduran hasta ahora”, resaltó el psiquiatra.

Pedro Strecht, presidente de la comisión independiente que investigó los abusos sexuales en la Iglesia de Portugal, durante la presentación de su informe en Lisboa.
Pedro Strecht, presidente de la comisión independiente que investigó los abusos sexuales en la Iglesia de Portugal, durante la presentación de su informe en Lisboa. Horacio Villalobos (Corbis via Getty Images)

Solo 25 casos fueron enviados a la Fiscalía por considerar que el delito no había prescrito. La mayoría de los abusadores fueron hombres (96%), mientras que entre las víctimas hay más equiparación (52% niños y 48% niñas). La socióloga Ana Nunes de Almeida, miembro de la comisión, destacó que las agresiones más frecuentes fueron “las más invasivas” (la manipulación de órganos sexuales, la masturbación y la penetración).

Pero más allá de las cifras sobrecogen las palabras. Sin identificar a las personas, a lo largo de la mañana se leyeron relatos de víctimas como M., que tenía 12 años cuando fue agredido sexualmente por el sacerdote que les impartía clase de Religión y Moral durante un campamento en el verano de 2000. “Sé que está vivo, aunque no sigue en aquella escuela”, contó la víctima ante la comisión.

Los efectos del trauma perduran hasta ahora
Pedro Strecht, presidente de la comisión independiente

La jerarquía católica portuguesa tuvo que escuchar la voz de las víctimas y afrontar su propio papel de encubrimiento en algunas situaciones. La apertura de los archivos diocesanos a una comisión de investigación histórica, formada por un equipo de cuatro universidades, permitió descubrir la existencia de casos como el del sacerdote F. que había sido condenado por abusar de dos menores en el país europeo al que había emigrado su familia y que, cuando regresó a Portugal, recibió un destino eclesiástico como si nada hubiera ocurrido a pesar de que el obispo extranjero había avisado a su colega luso. La divulgación de la nueva actividad del padre F., fruto de un azar periodístico, acabaría llegando al Vaticano en 2022.

El empuje del Vaticano ha sido determinante para la apertura de archivos eclesiásticos con información confidencial, aunque esto solo fue posible tras una carta enviada desde la Santa Sede a mediados de 2022. El respaldo del Papa Francisco a la labor de la comisión independiente también quedó patente esta mañana con la presencia en el acto de Lisboa de Hans Zollner, uno de los especialistas nombrados por el Pontífice para estudiar la pederastia en la Iglesia. Además, estuvieron presentes los autores del informe sobre la Iglesia alemana y el abogado Javier Cremades, que está al frente del bufete que realiza una auditoría sobre lo ocurrido en España a petición de la Conferencia Episcopal Española.

Es una herida abierta que nos duele y nos avergüenza
José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal de Portugal

En la versión entregada por la comisión lusa a la jerarquía católica se incluye el listado de religiosos abusadores que todavía están en activo. “Hubo en el pasado una cultura de encubrimiento, y no deja de haber ese deseo en algunos, pero si estamos hoy aquí es porque hay un afán para hacer el camino contrario”, indicó el exministro de Justicia. Una idea que recogió el presidente de los obispos lusos, José Ornelas: “Hemos visto y escuchado cosas que no podemos ignorar. Es una situación dramática, que no será fácil de superar”.

En una conferencia de prensa por la tarde, el obispo Ornelas aseguró que la Iglesia no tolerará “ni abusos ni abusadores” y rogó el perdón a las víctimas, como ya hizo varias veces en 2022, reconociendo que la cifra estimada no recogerá toda la realidad. “Pedimos perdón a todas las víctimas, a las que dieron su testimonio de forma valiente y a las que todavía conviven con un dolor íntimo en su corazón, sin compartirlo con nadie. Sus vidas fueron atravesadas por la perversidad donde no debería estar”, manifestó el presidente de la Conferencia Episcopal, que en su reunión de marzo decidirá las medidas que adopta tras el informe. “Es una herida abierta que nos duele y nos avergüenza”, dijo.

La comisión independiente fue creada en noviembre de 2021 por decisión de la cúpula católica. Y aunque no ha tenido la misma acogida en todos los obispos, ha realizado su trabajo sin interferencias, que era una de las condiciones exigidas por su presidente, Pedro Strecht, para realizar el estudio. Strecht escogió a cinco personalidades de distintos ámbitos (el exministro de Justicia Álvaro Laborinho Lúcio, el psiquiatra Daniel Sampaio, la socióloga Ana Nunes de Almeida, la trabajadora social Filipa Tavares y la cineasta Catarina Vasconcelos) para elaborar el informe durante un año. Al concluirlo, elogió a los obispos portugueses por su “apertura” y animó a otras instituciones a seguir su ejemplo para combatir la violencia sexual contra los menores.

Entre las recomendaciones que incluyen en su informe plantean que se amplíe el plazo legal para denunciar los abusos hasta que la víctima cumpla 30 años, que se preste apoyo psicológico a los afectados y que la Iglesia pida perdón con un memorial (el arquitecto Álvaro Siza ha realizado una propuesta para esto). También han solicitado que se prosiga investigando y que se cree otra comisión para determinar qué tipo de compensaciones se deben facilitar.

España, a la espera de su propio informe oficial

Los obispos españoles encargaron hace un año una auditoría al bufete Cremades & Calvo-Sotelo para “llegar hasta el fondo” del problema de la pederastia eclesial. Iniciativa que siempre se había negado a poner en marcha, aludiendo que en España solo eran “casos aislados”. El despacho tan solo ha entrevistado a algo más de un centenar de víctimas, según afirma un portavoz. La fecha de publicación de los resultados aún no se conoce, aunque la entidad estima que estos verán la luz antes de junio, informa Julio Núñez.

Por otro lado, el Congreso de los Diputados confío el pasado marzo al Defensor del Pueblo realizar una investigación sobre el asunto. El titular del organismo, el socialista Ángel Gabilondo, creó dos equipos de especialistas que, de momento, ya han recopilado 400 testimonios. No obstante, aún no ha explicado cuándo entregará el informe que le encargó la Cámara Baja y si, con los datos que obtenga, elaborará un estudio demoscópico, esencial para conocer el alcance real del problema en el pasado, como ya se ha hecho en otros países como Francia.

En España, a falta de cifras oficiales, EL PAÍS creó una base de datos que se actualiza periódicamente con los casos que ya han salido a la luz, bien a través de sentencias o en medios de comunicación. Hasta ahora hay 910 acusados y 1.741 víctimas. Del mismo modo, este diario ha entregado en el último año a la Conferencia Episcopal Española, al Vaticano y al Defensor del Pueblo, tres informes con 500 clérigos señalados de cometer abusos

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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