Julio, el mes en el que más hombres cometen asesinatos machistas
El verano es el periodo de más riesgo para las mujeres que viven situaciones de violencia: los meses de junio, julio y agosto concentran casi el 30% de todos los crímenes desde que existen registros, en 2003
Julio es el mes que acumula más mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde que existen registros oficiales: 135 desde 2003. Si se tiene en cuenta el periodo estival, esos mismos datos arrojan que junio, julio y agosto concentran casi el 30% de todos los crímenes machistas. Diferentes especialistas lo relacionan con el periodo vacacional y con un momento de mayor libertad y autonomía de las mujeres que, con o sin hijos a su cargo, toman más decisiones sobre qué actividades, viajes o personas ocupan su tiempo, una elección que encaja con la naturaleza de la violencia machista y del agresor: la pérdida del control y querer recuperarlo.
La delegada contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, señala que los periodos de descanso laboral favorecen “las agresiones fatales”, y recuerda que enero, donde todavía se celebran festividades navideñas, es el cuarto mes con mayor concentración de asesinatos: “Cuanto más rato pasen juntos los miembros de la pareja, más oportunidades hay de que el agresor atente contra la seguridad e integridad de la víctima”.
El Ministerio de Igualdad condenaba este lunes los cinco nuevos asesinatos machistas registrados. En lo que va de mes de julio, son siete las mujeres asesinadas en crímenes confirmados como violencia machista, lo que supone que una de cada tres víctimas mortales de violencia machista en lo que va de año ha sido asesinada estos 15 días. Los datos son alarmantes. En las últimas 72 horas han sido detenidos cinco varones como presuntos asesinos de sus parejas y exparejas en Buñol (Valencia), Salou (Tarragona), Sabadell (Barcelona) —en este caso, el hombre asesinó a su expareja delante de sus hijas pequeñas—, Madrid, y Alicante, donde el agresor se suicidó este lunes después de matar con un arma de fuego a su mujer de 33 años.
A estas concatenaciones de crímenes se las conoce como clúster, son la sucesión de tres a cinco feminicidios en periodos de entre dos y cinco días. Ha habido varios en los últimos años, y no todos ellos en periodo vacacional. En febrero de 2017 cinco mujeres fueron asesinadas en cuatro días; en septiembre de 2018 fueron tres mujeres y dos menores en 48 horas; en mayo de 2021 hubo cinco víctimas en poco más de 72 horas; y en diciembre de 2022 hubo seis asesinatos en cinco días, y tres de ellos ocurrieron en 24 horas. Los últimos, sin embargo, han ocurrido de forma mucho más concentrada.
El del último fin de semana de junio tuvo, en apenas un día, seis asesinatos: tres en Las Pedroñeras (Cuenca), uno en Fuengirola (Málaga) y dos en Zafarraya (Granada); desde el viernes y hasta este pasado domingo, cinco hombres han asesinado a sus parejas o exparejas en Buñol, Sabadell, Salou, Madrid y Alicante; y en medio de ambos clústeres, se produjeron tres asesinatos más, en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), en Villena (Alicante) y en Antequera (Málaga).
La violencia se perpetra a cualquier hora, cualquier día y en cualquier parte. Hay, sin embargo, circunstancias concretas y diferencias que tienen que ver con multitud de factores, entre ellos, la edad, el lugar donde se reside o los contextos socioculturales. Pero no hay un patrón concreto para que cada cierto tiempo se den, tampoco existe una explicación científica única y cerrada, ni un motivo concreto. Tampoco responden a un patrón las víctimas y los agresores: las relaciones entre ambos estaban en distintos puntos, con hijos y sin hijos, de distintas nacionalidades o situaciones laborales o económicas. Lo que sí existe, sin embargo, es lo que se llaman disparadores o facilitadores de la violencia. Es decir, cierta casuística que, según los estudios de las últimas décadas, hacen más probables episodios de violencia extrema.
Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal Forense de la Universidad de Granada, sostiene que entre esas circunstancias que facilitan el riesgo la principal es la modificación de las pautas de la relación de pareja, tanto si hay convivencia como si no la hay. “Cuando hay convivencia, la violencia se ve interrumpida por acciones cotidianas como salir de casa para ir a trabajar, pero en periodo vacacional, esa continuidad de la violencia facilita que la intensidad sea creciente y que pueda llegar al homicidio”, apunta el también exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género. “Los agresores quieren imponer su criterio en todo, pero inciden en las cuestiones que entienden que atentan más contra su autoridad, aquello que suponga una interferencia en su manera de entender la relación: salir con gente, entrar, volver a salir de casa... actividades que se incrementan en el periodo vacacional”, explica.
¿Qué ocurre cuando no hay convivencia? “Cuando son exmujeres las que son asesinadas, hay que analizar el grado de control que ejercían los agresores tras la separación, intentan saber qué hace o con quién sale. Ellos, en la mayoría de casos, creen que van a recuperarla. Cuando le pierden la pista porque sale más, o a sitios diferentes, ellos perciben que han perdido el control y que no van a poder recuperarla. Entonces se dispara la violencia, que puede llevar a que cometan el homicidio”, explica Lorente, que señala que la franja horaria en la que más asesinatos de media se cometen es de las 20 horas a las dos de la madrugada.
En cuanto a la estacionalidad, Victoria Rosell, magistrada de la Audiencia Provincial de Las Palmas y exdelegada del Gobierno Contra la Violencia de Género, hay cuestiones que no comparte: “Los análisis que incluyen el factor climatológico, porque se desvinculan del machismo, que es el factor más relevante para los asesinatos machistas. No lo vamos a atribuir al calor del verano y al frío del invierno”. Aunque en los últimos años diversos estudios han analizado cómo tras episodios climáticos como las olas de calor se produce un aumento de la violencia machista, no ha habido hasta ahora el suficiente análisis como para sentar hipótesis concluyentes. Rosell relaciona esos picos con los momentos de mayor libertad o autonomía de las mujeres. “Es en esos meses en los que la mujer toma un mayor número de decisiones cuando el agresor se rebela y las agrede de forma más grave”.
La importancia de la denuncia
La delegada contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza, deja claro que “el sistema de protección funciona, protege y salva vidas, con independencia de que haya cosas que mejorar”. Explica que en la mayoría de los asesinatos machistas no hay denuncia, por lo que las autoridades no tienen constancia la situación de violencia en la que vive la víctima: “El no poner en conocimiento del sistema de protección la situación de violencia es un factor de riesgo”.
Aun así, reconoce la existencia de una minoría de casos que acaban en asesinato en los que sí se había notificado la violencia machista. Aunque, también matiza, en muchos de ellos el procedimiento de denuncia fue interrumpido por diversos motivos: “Porque la víctima se echó para atrás y dijo que no había sido para tanto o que no necesitaba protección”. Por ello, reconoce la necesidad de trabajar en herramientas para paliar cuestiones como estas. Considera fundamental sensibilizar al entorno que rodea a la víctima para que su familia, sus amistades, su sistema sanitario y su entorno laboral la respalden y la fortalezcan.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, convocó este lunes ante la sede del Ministerio un minuto de silencio. “Vamos a buscar la complicidad de los agentes sociales, de los agentes económicos, de toda la sociedad en definitiva, porque de lo que se trata es de aislar a los asesinos, aislar a estas personas que solamente buscan dañar a sus parejas o exparejas”, aseveró. Además, urgió a renovar y reforzar el Pacto de Estado contra la Violencia de Género: “Yo confío en que todas las fuerzas políticas, salvo Vox, se pongan de acuerdo para avanzar en nuevas medidas”.
En lo que va de año, hay ya confirmadas oficialmente 26 mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas. Desde que arrancó la estadística oficial, en 2003, son 1.270.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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