‘Las hijas de Felipe’, una mirada pop al Barroco que se convierte en otro triunfo del ‘podcast’ en vivo

Carmen Urbita y Ana Garriga, madrileña y salmantina de 34 años, tienen en común que están doctoradas en Literatura Barroca en la universidad de Brown. También su pasión por Santa Teresa de Jesús. Las mujeres del Barroco son su especialidad y juntas crearon hace tres años Las hijas de Felipe, un podcast producido por Podium Podcast (parte del grupo Prisa, editora de este periódico) en torno a los cotilleos, las anécdotas y la reivindicación con múltiples tintes sociales de una parte poco explorada de la historia. Su intención, según sus propias palabras, es “arrebatar esos siglos XVI y XVII de esos rincones oscuros y olvidados; de ese listado de figuras históricas, generalmente masculinas, que la gente se vio obligada a memorizar en el instituto o para la Selectividad”.

Consideran a su audiencia “devota y muy proactiva”, que está continuamente reaccionando a sus propuestas. Lo ejemplifica Urbita con un caso concreto: “Una vez, comenté que Felipe II pedía por carta a sus hijas [de las que el podcast toma su nombre] que se asomaran a las ventanas del Alcázar para ver las obras de El Escorial, para que le contaran cómo están evolucionando. Yo dije que me parecía imposible ver algo así desde ese punto. Pero una seguidora nos sacó de dudas. Empleó una herramienta digital que calcula la distancia y la orografía para saber si la vista humana alcanzaba a visualizarlo”, recuerda todavía sorprendida.

Una pequeña parte de esa comprometida masa de seguidores se encontró el primer domingo de junio en persona con ellas en su Sarao barroco. En plena Gran Vía madrileña, en el Palacio de la Prensa, y con grandes recursos visuales, se vieron las caras con sus oyentes y amigos en una experiencia que buscaban que resultara más inmediata de lo habitual.

El suyo es uno más de los podcasts que han visto en los encuentros en vivo una forma muy eficaz de ampliar su universo. El Deforme Semanal Ideal Total (Radio Primavera Sound), de Lucía Lijtmaer e Isa Calderón, explotó realmente cuando sus creadoras comenzaron a grabar con público y sus seguidores podían acudir de forma regular al teatro a ver (y no solo escuchar) el proyecto sonoro. Lo han hecho, en permanente gira, en lugares como el Teatro del Barrio, el Colisuem y el Lope de Vega, todos ellos en Madrid, el Teatre Victòria de Barcelona y el Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Y el gran éxito de Estirando el chicle (Podium Podcast) culminó el año pasado, cuando Carolina Iglesias y Victoria Martín congregaron a miles de personas en el Wizink Center de Madrid, abriendo una interesante línea de negocio.

En el caso de Urbita y Garriga, ya habían grabado algunos de los episodios de Las hijas de Felipe en vivo, durante su participación en algún festival especializado en contenidos sonoros al que habían sido invitadas. Pero, esta vez, decidieron que el contenido no quedara registrado, que solo pudieran disfrutarlo en directo quienes habían acudido al recinto físico. Las publicaciones en redes sociales de los asistentes son la única referencia que queda de este episodio especial, algo que ambas consideran “muy barroco en sí mismo”, explican poco después.

Tras doctorarse en la universidad estadounidense, las dos han regresado a Madrid este año. De ahí que decidieran montar ese Sarao barroco y convocar una entrega en vivo, para encontrarse con esa comunidad de oyentes española que ha estado siguiéndolas a miles de kilómetros de distancia durante varias temporadas.

“Para nosotras, este encuentro tenía mucha carga simbólica. Hay algo muy válido y emocionante al reclamar estas figuras históricas tan remotas y trasladarlas al presente”, comenta Garriga. “Y fue una forma de dar las gracias en persona a todas esas amigas que nos ayudaron al principio, la que diseñó la carátula o la que compuso la sintonía. También se convirtió en un regalo para nosotras mismas después de tanto tiempo de vivir aisladas”, recuerda su compañera de micrófono.

Están acostumbradas a guionizar sus episodios y, cuando los lanzan en vivo, suelen mantener el ritmo habitual de sus grabaciones. Pero esta vez quisieron que fuera algo especial, “muy autorreferencial y panorámico, sin estar ceñido a un personaje o un tema concreto”, comentan.

Además del interés compartido por Santa Teresa, a lo largo de los capítulos se descubren la una con la otra sus referentes personales, retroalimentándose entre las dos. Es algo que también ocurre con su audiencia. “Desde el primer momento comenzamos a recibir mensajes con sugerencias de personajes históricos que podían aparecer en el podcast. O preguntas a partir de uno de los capítulos que dan para otra entrega distinta”, apunta Urbita. Por eso, el directo, que quieren seguir cultivando en el futuro, supone un aliciente extra en los múltiples proyectos paralelos que este podcast está generando. “Cuando haces una referencia a alguien que quieres reivindicar y ves desde el escenario cómo la gente se sonríe y asiente en su asiento es un momento casi mágico”.

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