El hombre de Connecticut que incendió su casa para escapar tras 20 años cautivo por sus tutores
El supuesto caso de maltrato ha encendido alarmas sobre los vacíos de la protección a los menores en Estados Unidos

El 17 de febrero, los bomberos y policías acudieron a un domicilio en Waterbury, Connecticut, para atender el reporte de un incendio en un domicilio. Al llegar a la escena, la historia dio un giro: un hombre, sin identificar aún ante el público, había iniciado el fuego para lograr escapar de la habitación donde había permanecido recluido en contra de su voluntad durante 20 años.
El video de la cámara policial de los primeros oficiales en llegar a la escena, revelado este miércoles, muestra a una mujer pidiendo a los agentes que rescaten a su hijastro, aún dentro del domicilio. Segundos después, los servicios de emergencia salen cargando a una persona hasta la ambulancia.
De acuerdo con el relato del hombre, cuando tenía 11 años su padre y su madrastra comenzaron a encerrarlo por horas en una habitación, con agua y alimento limitados y sin acceso a un baño. La escuela a la que asistía se percató de las irregularidades en su comportamiento y lo reportaron a las autoridades cuando los tutores decidieron sacarlo de la matrícula. La policía visitó el domicilio en dos ocasiones tras estas alertas, sin registrar nada inusual en la casa.
Cuando el niño cumplió 15 años, fue recluido por completo en la habitación, según describe. Consiguió educarse por medio de una radio y con acceso a un diccionario. En 2024, su padre falleció y dejó un encendedor en una de sus chamarras, lo que el joven usó para prender el incendio que lo liberaría. Los oficiales que atendieron la emergencia señalaron que el sujeto medía 1,75 metros y pesaba solo 32 kilos.
Kimberly Sullivan, la madrastra, mantiene su inocencia y su equipo legal ha negado todos los cargos. Su siguiente audiencia legal está programada para el 26 de marzo, pero el caso ya ha levantado polémica al poner el foco en los vacíos del sistema de protección de menores en Estados Unidos. La investigación se ha centrado en revisar los registros previos de la víctima para poner en claro si hubo más señales de alerta y por qué fueron ignoradas.
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