El embajador de Colombia en Ghana, acusado de retener a sus hijos en África, desoye la petición de renuncia de la Cancillería
El diplomático alega que ya dio las explicaciones al Ministerio, que señala que tiene semanas para salir del cargo o lo expulsará. La Defensoría del Pueblo pide activar los protocolos de género para resolver el caso


Daniel Garcés Carabalí, el embajador de Colombia en Ghana, señalado por su expareja de cometer violencia vicaria y de retener a sus hijos de manera irregular en África, sigue sin presentar su renuncia, a pesar de que la canciller Laura Sarabia se la solicitó hace casi dos semanas. Él se niega. “Soy el representante del presidente de la República en Ghana. Si él llega a considerar que debo renunciar, renuncio, pero no he cometido ninguna falta en el ejercicio de mi cargo. Estoy defendiendo los derechos de mis hijos”, dice a este diario. Pero la disputa entre los dos padres llevó a un reciente y duro pronunciamiento de la Defensoría del Pueblo, que ha pedido activar los protocolos de género a las instituciones que deben atender el caso.
“A partir de la atención directa del caso y conocimiento del contexto de los hechos, se identifica desde la Defensoría del Pueblo, la existencia de un presunto caso de violencia vicaria, en el que además se está utilizando la justicia como medio de intimidación por parte del señor Daniel Garcés Carabalí contra Beatriz Josefina Niño”, dice el oficio que la entidad protectora de los derechos humanos ha enviado al viceministerio de Justicia, la Personería Delegada para la Familia, y la Secretaría Distrital de Integración Social. El Ministerio de Relaciones Exteriores ha confirmado este viernes que el embajador tiene 30 días calendario para presentar su dimisión, contados desde la solicitud formal de Sarabia. Si no renuncia para entonces, la última semana de marzo, será declarado insubsistente.
El caso, que se hizo público en febrero, va más allá de un divorcio con niños de por medio. Beatriz Niño, su expareja, ha vivido en Bogotá con ellos desde su separación en 2021, con custodia compartida con Garcés. En abril de 2023, ya siendo embajador, él tramitó pasaportes diplomáticos para sus hijos, con la finalidad de que pudieran visitarlo. “También le ofrecí pasaporte diplomático a Beatriz, pero no quiso”, cuenta vía telefónica. “Era un pedido de restauración familiar. Estaba en proceso de recuperar la familia”.

En diciembre de 2024, cuenta, le pidió a su exesposa que autorizara la salida del país para que los dos menores de edad lo pudieran visitar para las vísperas de Año Nuevo. Ella accedió. El permiso tiene fecha del 9 de diciembre y se extiende hasta el 25 de enero de 2025. Un mes y medio después, no han regresado. Garcés argumenta que, cuando se reencontró con sus hijos, se quejaron de algunos comportamientos de su madre y le pidieron quedarse con él un tiempo más. “¿Cómo me voy a negar a la voluntad de mis propios hijos?”, dice vía telefónica. Ella, por su parte, niega que tuviera un problema con sus hijos.
En enero el embajador viajó solo a Colombia. “Viajé porque habíamos quedado en vernos para resolver lo de la custodia, pero ella se negó a que nos viéramos en Bogotá”. La mujer coincide en que rechazó el encuentro, pero explica que el motivo fueron las condiciones que puso Garcés. “Le dije que nos viéramos en la oficina de mi abogado, pero él contestó que nos teníamos que encontrar por el centro de Bogotá, y que tenía que ser solos”, afirma.
Poco después, el 17 de enero, el embajador le comunicó su intención de que los niños permanecieran un año en Ghana. “Si han vivido cuatro años con la mamá, ¿Cuál es el problema que ahora estén con su papá?”, alega. Sin embargo, ese mismo día, según la versión que reposa en los documentos, ella le asegura que prefiere tratar ese asunto en persona, cuando los tres volvieran a Colombia en la fecha acordada [25 de enero]. Ese mismo día, sin esperar la negociación con Beatriz, la asistente ejecutiva de la Embajada, Afi Sefakor Mensa, solicitó cupos de admisión para los menores en un colegio en Accra. La funcionaria, a través de su correo oficial de la Cancillería, ayudó a gestionar el proceso de matrícula de los dos menores, a pesar de no tener el permiso de permanencia de su madre en ese país.
Sobre esta irregularidad, Daniel Garcés se defiende y dice que “simplemente le pedí que mandara un correo, pero eso no es una intervención, sino una petición mía porque en ese momento había que mandar la confirmación ahí mismo. Yo andaba en alguna reunión, pero eso no tiene nada de malo”. Defiende, de hecho, que él fue quien buscó el colegio con sus hijos, pero que el mensaje enviado desde un email oficial se trató de una orden como jefe. “Fue una petición mía como jefe de que me confirmara los cupos del colegio de mis hijos. Pero este no es el centro del debate”.
Efectivamente, al día siguiente de ese aviso, el 18 de enero, la madre envió una carta al colegio advirtiendo que sus hijos estaban de turismo en Ghana, por lo que no se podían matricular. “La permanencia de mis hijos en Ghana obedece exclusivamente a un permiso temporal otorgado a su padre, conforme a la legislación de Colombia (...) designado por la autoridad competente como “turismo” y que vence el 25 de enero del presente año”, dice. Por su parte, Felipe Alzate, el abogado de Niño, cuestiona que el embajador haya utilizado correos del cuerpo diplomático en ese país para intervenir en el ingreso de los niños al colegio.
Aunque la institución educativa accedió a detener el proceso de inscripción por solicitud de la madre, el embajador insistió. Hoy los dos niños estudian en Accra. El diplomático señala que le bastó con presentar un documento de una Comisaría de Familia de Colombia, fechado el 21 de enero. “Los niños están estudiando porque yo presenté un documento que acredita que tengo su custodia temporal, y les permite residir conmigo”, se defiende. Se trata de un fallo provisional de la Comisaría 11 de Familia de Suba, en Bogotá, en el que otorga una medida de protección temporal. Es una respuesta a una denuncia que interpuso el embajador, en la que señala que sus hijos eran víctimas de violencia intrafamiliar bajo el cuidado de la madre. Aunque el comisario de familia prohíbe a Niño hacer “escándalos en cualquier lugar público o privado” y el “hostigamiento o acoso de manera presencial o virtual” contra sus hijos, no se establece ninguna decisión sobre la custodia. Tampoco zanja la denuncia de violencia.
De hecho, la misma Comisaría emitió una medida similar el 18 de febrero, un mes después, pero a favor de la madre, quien denunció a Garcés de violencia intrafamiliar y vicaria. En este documento se ordenan idénticas mismas medidas de protección, ahora en sentido inverso. Alzate, el abogado de Niño, explica que “en ninguno de esos documentos se toman decisiones sobre el proceso de tenencia de los menores, por lo que el embajador no puede asumir que eso le da la custodia”. Garcés se defiende: “No hay una definición de la custodia porque no hay ni acuerdo, ni orden judicial, pero la medida de protección transitoria garantiza que los niños permanezcan en el domicilio de su padre”. Revisados los documentos, en ninguna parte de la orden se menciona quién tiene la tenencia y el cuidado.
La embajada que lidera Garcés representa a los 40 colombianos en ese país. Su reciente apertura en 2023 fue una de las principales apuestas de la vicepresidenta Francia Márquez cuando llegó a su cargo para buscar alianzas estratégicas en ese continente. El embajador, oriundo de Timbiquí (Cauca), ha militado en el Proceso de Comunidades Negras, una organización social en la que se han forjado varios de los más visibles liderazgos afrocolombianos, incluyendo el de Márquez. Garcés es un viejo conocido de la vicepresidenta, quien por ahora no se ha pronunciado públicamente sobre este caso.
“Esta no es mi versión, sino la realidad”, dice el diplomático al hablar del caso. Y cuenta que, el jueves pasado, denunció penalmente a su expareja por falsa denuncia, injuria y calumnia. “También voy a demandar a todas las compañías de los medios de comunicación que han deteriorado mi nombre. Lo que han hecho los periodistas conmigo es una manera de asesinar”.
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