El Congreso le da la espalda a las marchas de Petro y hunde la reforma laboral sin siquiera discutirla

El Congreso de Colombia ha hundido en la tarde de este martes la reforma laboral propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro. En el primer día de discusión, la Comisión Séptima del Senado se negó a debatir y archivó por mayoría absoluta el proyecto de ley que buscaba transformar las condiciones de millones de trabajadores en Colombia. La ponencia negativa sumó ocho votos por el sí y seis por el no. Los senadores del centro, la derecha y la extrema derecha tomaron esta decisión mientras cientos de miles de ciudadanos marchaban en defensa de la reforma en las calles de las principales ciudades del país. A pocos metros del edificio del Congreso, en la Plaza de Bolívar del centro de Bogotá, miles de ciudadanos protestaron en contra de los ocho senadores que hundieron el proyecto y en apoyo al Gobierno. El Congreso le dio así la espalda a las movilizaciones multitudinarias que exigían el debate y la aprobación de una de las principales promesas de campaña de Petro.

Esta es la peor derrota política en el Legislativo para el presidente de la República desde hace un año, cuando la misma comisión hundió la reforma a la salud. La negativa contra la laboral, anunciada la semana anterior por los ocho senadores, motivó a Petro a proponer una consulta popular para que sea la ciudadanía la que decida si está o no de acuerdo con los principales puntos de la propuesta, así como de la reforma a la salud. Aunque todavía no ha hecho oficial la convocatoria, ni están definidas las preguntas que se incluirán en el mecanismo de participación ciudadana, el presidente y su ministro del Interior, Armando Benedetti, han decidido usar la consulta como el comienzo de la campaña al Congreso y la Presidencia de 2026. Durante su discurso en la plaza de Bolívar, Petro insistió en que la consulta será la alternativa para que sus reformas se hagan realidad. “Llegó el momento del pueblo de decidir. Estamos haciendo vivir la Constitución del 91. Arranca la consulta popular. La movilización es permanente y creciente”, dijo Petro en su discurso al terminar las marchas. El presidente necesita un poco más de 13 millones y medio de votos (en un país de 52 millones de habitantes) para que la consulta sea aprobada. De lo contrario, no tendrá validez.

La reforma laboral, que hace seis meses aprobó la Cámara de Representantes, proponía aumentar las horas que los empleadores pagan con recargo nocturno, incrementar el sobreprecio del trabajo en festivos y dominicales del 75% al 100%, ampliar la licencia de paternidad y las licencias para mujeres con ciclos menstruales incapacitantes, mejorar el contrato laboral para los aprendices del SENA y regular el trabajo de plataformas digitales, entre otras medidas. Pese a los beneficios evidentes para los trabajadores formales, la oposición política y los gremios han argumentado que incentivaría la informalidad laboral, que afecta a más del 50% de la población en Colombia, y aumentaría el desempleo al incrementar los costos para las empresas.

La sesión en la Comisión Séptima transcurrió con normalidad y sin grandes discusiones. Solo al final, cuando terminó la votación, hubo insultos y desencuentros entre los congresistas. Por orden de la presidencia del Senado, la Policía impidió el ingreso de personas ajenas a los senadores. A las 10 de la mañana, la senadora conservadora Nadia Blel Scaff, presidente de la Comisión Séptima y fuerte opositora de Petro, dio inicio a la sesión y confirmó su voto contra el proyecto. “Desde la mesa directiva, garantizaremos una discusión libre, con autonomía y sin presiones. Este es un debate que se ha construido con argumentos, tras meses de audiencias y mesas técnicas. No permitiremos que la fuerza sin argumentos pretenda sustituir el respeto por la institucionalidad y la democracia”, dijo Blel. Días antes, había explicado los motivos de su voto: “Consideramos que la reforma es inconveniente para Colombia. Esta es una decisión de carácter técnico, no político. Esta reforma no fomenta el empleo, ni combate la informalidad y no concilia entre el bienestar de los trabajadores y la productividad del país”.

A Blel le siguieron los demás senadores que habían anunciado su voto contra el proyecto: Honorio Henríquez y Alirio Barrera, del uribista y opositor Centro Democrático; Esperanza Andrade, del Partido Conservador; Berenice Bedoya, de la Alianza Social Independiente (ASI); Miguel Ángel Pinto, del Partido Liberal; Ana Paola Agudelo, del cristiano Mira, y Lorena Ríos, del también religioso Colombia Justa Libres. Todos cuestionaron las presiones del presidente y las amenazas que recibieron desde que firmaron la ponencia de archivo. Bedoya rechazó los ataques del Gobierno: “No actúo y no cederé ante las intimidaciones. No actúo ante presión, actúo ante realidades”, dijo. Agudelo insistió: “Me he sentido hostigada por el lenguaje burlesco, peyorativo y destructivo en contra de mis creencias”. Otra crítica recurrente de los senadores fueron los presuntos vicios en el trámite de la reforma. El senador Pinto insistió en sus críticas a que haya discutido el proyecto en las comisiones séptimas y no en las primeras. “El proyecto es inconstitucional porque se está tramitando por vía ordinaria cuando debe ser por vía estatutaria”.

En defensa de la reforma participaron los tres senadores del oficialista Pacto Histórico: Wilson Arias, Martha Peralta y Ferney Silva, y Omar Restrepo, de Comunes. Silva recordó que el proyecto buscaba recuperar los derechos laborales que se eliminaron durante el Gobierno del derechista Ávaro Uribe Vélez. “Lo único que busca es devolver y restablecer los derechos perdidos de los trabajadores en Colombia”. Peralta insistió: “En el Gobierno de Uribe hubo promesas incumplidas. Les duele porque creen que entre más se precariza al empleado más crece la economía, y no es así”. Arias se sumó: “No echen paja. Dar derechos laborales al pueblo no aumenta el desempleo, aumenta la calidad de vida del pueblo”. Además de los senadores, estuvieron presentes el ministro de trabajo, Antonio Sanguino, y el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán. Fabián Díaz, de la Alianza Verde, y Norma Hurtado, del partido de La U, explicaron sus argumentos para discutir una ponencia de la reforma alternativa, una salida intermedia que el Senado también rechazó.