Sin noticias de la supuesta muerte de dos médicos cubanos en Somalia: “La rabia es muy grande”
Una milicia radical islamista anunció que los hombres, secuestrados hace cinco años en Kenia, fallecieron por un ataque de drones estadounidenses. El Gobierno de Cuba no ha podido confirmarlo
El pasado 17 de febrero, la milicia radical islamista Al-Shabaab, afiliada a la red Al Qaeda, compartió en su canal de Telegram la noticia de que dos médicos cubanos secuestrados hace casi cinco años en Kenia habían fallecido un par de días antes, luego de un ataque de drones estadounidenses en la ciudad somalí de Jilib, donde realizaban “servicios comunitarios”. Más de una semana después, los Gobiernos de Cuba, Kenia y Somalia no han podido confirmar la información, y en todo este tiempo tampoco han podido garantizar el rescate de los doctores, que salieron de su país como parte de una misión médica internacional.
Según el mensaje difundido por la milicia, el bombardeo de aviones no tripulados comenzó a las 12.10 horas, “matando instantáneamente a Assel Herrera y Landy Rodríguez”. Los médicos habían sido enviados a Kenia en 2018 como parte de una brigada médica conformada por un centenar de trabajadores del sector de la salud. La nota de la milicia denuncia que el ataque demuestra “la naturaleza desesperada de las operaciones” del Comando de Estados Unidos para África (Africom) en Somalia, donde el Gobierno estadounidense mantiene un despliegue militar desde la primera década de los 2000, “así como la incompetencia de los cruzados estadounidenses y su defectuoso aparato de inteligencia que ha llevado al asesinato de los dos rehenes”.
Al comunicado, Al-Shabaab adjunta dos fotos del cuerpo de una de las víctimas, que algunos creen que coincide con el de Herrera, pero hasta el momento no hay confirmación oficial. A petición del Gobierno federal de Somalia, Africom emitió un comunicado donde admitía que llevó a cabo el ataque aéreo de “autodefensa colectiva”, y que informarán más detalles sobre el suceso tras las evaluaciones que están realizando.
La noticia ha acaparado titulares en todo el mundo, y ha dejado consternadas a las familias de Herrera y Rodríguez, quienes mantenían la esperanza en su rescate, luego de múltiples promesas y negociaciones entre los Gobiernos de Cuba y Kenia tras la desaparición de los médicos.
Indignación en la familia y los compañeros
“Hay una fuerte indignación en general, tanto en la familia, como en los amigos y los compañeros”, dijo a EL PAÍS el doctor Wilson Nieves, quien creció junto a Herrera en el poblado de Delicias, en la provincia oriental de Las Tunas, donde estudiaron juntos desde el nivel primario y luego la carrera de Medicina. “Lo he vivido con mucho dolor, con mucha pena. Lo he pensado a diario. Le he mandado felicitaciones en Messenger en su cumpleaños, por si lo podía leer o no. Era una persona que era solo bondad. La rabia es muy grande”.
Nieves contó además que, aunque en estos años el Gobierno cubano le construyó “una casa muy bonita” a los familiares de Herrera en Delicias, esto no compensa ninguna pérdida. “Hay una hija huérfana, una viuda, y unos padres que llorarán eternamente la pérdida de un hijo. Los vecinos y la familia están destrozados. No es un dolor que se quita con que te construyan una casa nueva”.
El convoy donde viajan Herrera, especialista en medicina general, y Rodríguez, cirujano, fue interceptado tras un tiroteo el 12 de abril de 2019 en la ciudad de keniana de Mandera, cerca de la frontera con Somalia. Los cubanos, que se dirigían a su trabajo, fueron secuestrados y se cree que en este tiempo estuvieron brindando atención sanitaria a miembros del grupo terrorista. Pese a que en casi cinco años se ha sabido muy poco de ellos, en más de una ocasión, el Gobierno de Kenia aseguró que tenía “constancia de que estaban vivos”. En 2019, Al-Shabab puso sobre la mesa la posibilidad de un rescate por 1,5 millones de dólares, pero Kenia se negó a pagar dicha suma.
La noticia de su muerte generó indignación en Cuba, especialmente después de que el mandatario Miguel Díaz-Canel expresara sus condolencias en X -antes Twitter-, y asegurara que Cuba “no pierde las esperanzas de hallarlos con vida”. Algunos comentarios a la publicación dicen que “los dejaron solos”, que en cinco años no hicieron “absolutamente nada” y que el Gobierno cubano “manda a su pueblo a morir a otros países”.
La Cancillería cubana, el ministerio de Salud Pública y el ministro de Salud, José Angel Portal Miranda, han insistido en que las autoridades se mantienen en comunicación permanente con sus contrapartes kenianas y somalíes y que se informará al pueblo de Cuba una vez tengan información del incidente. El presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, viajó el martes a Kenia como Enviado Especial de Alto Nivel y se reunió con el presidente William Ruto para esclarecer la noticia. El Pentágono estadounidense, por su parte, aseguró que iniciaría una investigación que pueda arrojar luces sobre el incidente.
Misiones cubanas en Kenia
Kenia comenzó a recibir médicos cubanos desde 2017, como parte del programa de Cobertura Sanitaria Universal, donde más de cien médicos de la isla fueron enviados a ese país y 50 kenianos llegaron a Cuba a recibir capacitación. En aquel momento, el personal de Salud del país africano estaba en huelga en demanda de mejoras salariales. La presencia de los médicos cubanos trajo tensiones en el sector. El Comité de Salud de la Asamblea Nacional aseguró que cada médico cubano cobraba un salario mensual de unos 4.257 dólares (de los cuales 851 corresponden al salario del médico, y 3.406 dólares pasan a manos del Gobierno), mientras que los kenianos recibían entre 1.600 y 2.300 dólares, según la Comisión de Salarios y Remuneración de Kenia.
En 2021, ambos países firmaron nuevos acuerdos de colaboración médica, pero en 2023 el Gobierno de Kenia dijo que no renovaría el acuerdo de seis años bajo el cual el país africano contrata a los médicos cubanos. “Hemos decidido no renovar el acuerdo con los médicos cubanos porque quiero creer que nuestros propios médicos están comprometidos con la causa”, dijo a la prensa local la ministra de Salud, Nakhumicha Wafula.
La posible muerte de los dos médicos enviados a Kenia ha avivado además el debate sobre las misiones médicas cubanas, los contingentes de personal de la Salud que el Gobierno de la Isla envía a países de todo el mundo, y que en algún momento representó el mayor aporte a la economía del país, incluso por encima del turismo. En 2021, el diario oficialista Granma aseguró que unos 450.000 profesionales cubanos de la Salud han prestado servicio en 160 países del mundo. El doctor Jorge Delgado Bustillo, director de la Unidad Central de Cooperación Médica, dijo que en seis décadas de colaboración sus galenos han atendido a 1.988 millones de personas, “casi un tercio de la humanidad”, y han realizado además más de 14,5 millones de operaciones quirúrgicas, más e 4,4 millones de partos y han salvado 8,7 millones de vidas.
No obstante, en más de una ocasión las misiones médicas cubanas han sido blanco de críticas. La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha denunciado la situación de los profesionales cubanos en misiones en el extranjero en tres ocasiones. En 2023 Tomoya Obokata, relator especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, aseguró en un documento que, aunque reconoce “el valor de la cooperación cubana”, también sigue recibiendo acusaciones de actos que califican como “trabajo forzoso”. Con esto se refiere a las condiciones de trabajo de los cubanos, que han sido denunciadas por más de un profesional de la Salud, y que incluyen la falta de libertad de expresión y asociación, la libertad de circulación en los lugares donde permanecen, la confiscación de pasaportes, las amenazas, los abusos cometidos por empleadores, la falta de contratos laborales o la polémica alrededor del Artículo 176 del nuevo Código Penal cubano, que prevé sanciones de ocho años de prisión para quienes abandonen dichas “misiones” o no regresen al país al finalizarlas, una medida que mantiene a familias separadas.
Además, el relator hace especial énfasis en el tema de los salarios al personal cubano, uno de los aspectos más criticados de las misiones médicas, que “serían considerados inadecuados, porque no permiten sostener una vida digna, y suelen estar por debajo del salario medio de las personas trabajadoras en los respectivos países de destino”, dice Obokata. La denuncia insiste en que la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos S.A. tiene un acuerdo con la provincia de Calabria, en Italia, donde está estipulado que el importe salarial total por médico es de 4.700 euros, pero 3.500 euros son transferidos del Gobierno de Calabria a la comercializadora estatal cubana. Asimismo, en países como Arabia Saudí, Ghana y Seychelles, los médicos deben transferir el 50% de todos los pagos y retribuciones al Gobierno de Cuba.
Desde hace años, los profesionales de la Salud han denunciado los malos pagos que reciben por sus servicios. El pasado mes, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) de México acusó al Gobierno de Cuba de quedarse con el 94,4% del salario de los médicos que permanecieron en ese país durante la pandemia. Según el Observatorio Cubano de Auditoría Social (OCAC), entre 2009 y 2022, el Gobierno obtuvo casi 70.000 millones de dólares provenientes del pago al personal de las brigadas médicas.
“Los médicos sufren estas situaciones y peores”, dijo Javier Larrondo, presidente de la ONG Prisoners Defenders, que trabajó junto a Naciones Unidas en las denuncias sobre la situación de los profesionales en misiones médicas. “Al Gobierno de Cuba no le importa el estado de sus médicos, sino su rendimiento económico. De 7.000 a 11.000 millones de dólares al año de beneficio contable, mientras en la Sanidad Pública de Cuba el presupuesto total es de unos 65 millones dólares”. Aún así, muchos son los cubanos que eligen irse a misiones médicas antes que permanecer en un país con condiciones de trabajo cada vez más decadentes, con salarios que apenas alcanzan para llegar a fin de mes.
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