Renuncia Alberto Otárola, primer ministro de Perú, cuestionado por un caso de acoso
El político, mano derecha de la presidenta Dina Boluarte, se ve obligado a dimitir tras conocerse que ofreció trabajo a una mujer a la que hostigó a través de mensajes
El primer ministro de Perú ha presentado este martes su renuncia inmediata. Alberto Otárola, la mano derecha de Dina Boluarte, ha caído 48 horas después de que se conociera que ofreció trabajo a una mujer a la que después acosó a través de mensajes y persiguió con declaraciones amorosas. La presidenta, que cuenta con muy baja popularidad, no ha querido sostenerlo en el cargo. Otárola ha asegurado que es inocente y que todo se trata de una campaña orquestada en su contra. Lo ha hecho después de aterrizar en Lima en un avión procedente de Canadá, donde tuvo que interrumpir su participación en una convención minera.
“El país ha sido testigo de un complot, de una conspiración, de una operación mediática, planificada durante meses en la que participaron diversos personajes que actúan desde las sombras y tienen intereses subalternos. Han pretendido falsamente hacerle creer a la población que había intervenido en la contratación de una o varias personas en el Estado, cuando ello es una patraña”, dijo el abogado en una conferencia de prensa, tras reunirse con la mandataria Dina Boluarte en Palacio. Poco después, Otárola culpó al expresidente Martín Vizcarra del audio difundido en un programa dominical, donde le pide su hoja de vida y llama “amor” a Yaziré Pinedo Vásquez, una trabajadora que en el verano del 2023 se vio beneficiada con dos contratos con el Estado por 53.000 soles (14.324 mil dólares).
“No tengo ninguna duda de que el señor Martín Vizcarra está detrás de todo esto. Él y su equipo de gente corrupta”, dijo contrariado. Vizcarra sucedió a Pedro Pablo Kuczynski en Palacio y gobernó el Perú entre el 2018 y 2020. Fue vacado por presuntos delitos de corrupción. Además, su imagen quedó manchada por el Vacunagate, escándalo internacional que destapó el tráfico de vacunas contra la covid-19 en el Perú durante la primera ola. Vizcarra se inoculó la vacuna contra el virus en secreto. En las últimas horas, Pinedo, quien reconoció haber tenido una breve relación sentimental con Otárola, aseguró que el audio en cuestión fue manipulado y que dicha conversación sucedió en enero de 2021, cuando Otárola no ostentaba ningún cargo público.
Fue la misma Pinedo quien denunció que detrás del supuesto complot estaba Nicanor Boluarte, el hermano de la mandataria, cuestionado en los últimos meses por favorecer a allegados suyos con contratos con el Estado. Otárola, sin embargo, lo libró de la trama. “Me sorprendió que nombraran al señor Nicanor Boluarte. Estoy seguro que él no está en esta confabulación”, dijo acaso, como el último gesto de lealtad con la presidenta.
En la víspera, la suerte de Alberto Otárola estaba sentenciada: nueve de las once bancadas del Congreso lo emplazaron a renunciar. Además, un grupo de legisladores presentó tres denuncias constitucionales en su contra. Una de ellas propone que sea inhabilitado por 10 años para ejercer cualquier cargo público. El rosario de delitos: tráfico de influencias, colusión y negociación incompatible.
La salida de Alberto Otárola se supo horas antes de su conferencia a través del canciller Javier González Olaechea. “Lo único que les puedo transmitir, después de haber estado con la presidenta desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde, es que va a haber un relanzamiento de las políticas generales del Gobierno [...] para que la presentación y sustentación de la confianza del próximo gabinete no sea un trámite, sino una segunda oportunidad y un segundo oxígeno con perspectivas al 2024″, sostuvo. Ello fue tomado como una traición por el premier saliente: “ese mensaje lo debió hacer yo y no un canciller desubicado y majadero”.
Precisamente, el ministro de Relaciones Exteriores es una de las posibilidades que baraja Boluarte para liderar el nuevo gabinete. Otra de las opciones más sólidas es el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Eduardo Arana, quien goza de la aprobación de Fuerza Popular -agrupación con gran poder en la Cámara- por haber avalado el indulto a Alberto Fujimori, pero que no está libre de polvo y paja: es investigado por presunto tráfico de influencias en el caso Los Cuellos Blancos del Puerto, un escándalo de corrupción entre jueces del extinto Consejo Nacional de la Magistratura.
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