Olga Cantillo, primera presidenta de la Bolsa Latinoamericana: “Las cuotas sirven para acelerar el cambio y que haya mujeres tomando decisiones”
La ejecutiva panameña aboga por regulaciones que impulsen un cambio a favor de las mujeres, pero también que las empresas asuman su responsabilidad “por convicción y no solo por cumplimiento normativo”


Cuando la ejecutiva panameña Olga Cantillo se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia de la Bolsa Latinoamericana de Valores (Latinex), sabía que entre sus metas estaba abrir nuevos espacios para las mujeres en un mundo, el empresarial, cuyos puestos en la toma de decisiones están dominados por hombres. Las estadísticas se lo demostraban: ellas ocupan menos del 14% de las posiciones de dirección de empresas que cotizan en bolsa en América Latina. El análisis de la igualdad de género en los directorios corporativos latinoamericanos, realizado con el apoyo de ONU Mujeres, muestra que de las empresas que cotizan en bolsa en los nueve países latinoamericanos analizados, el 4% de los cargos de presidente y CEO los ocupan mujeres. “En América Latina, las mujeres representan un mayor porcentaje de graduados universitarios y en estudios superiores, pero esto no se traduce en una participación equitativa en cargos de liderazgo. El problema no es la falta de preparación, sino las barreras estructurales que enfrentamos”, afirma Cantillo.
La ejecutiva hace referencia a la maternidad, las responsabilidades familiares, los cuidados, o la falta de políticas que fomenten la corresponsabilidad entre hombres y mujeres. “En países donde la licencia de paternidad es equitativa, las mujeres no son las únicas en asumir el impacto de la crianza, lo que les permite mantenerse competitivas en sus carreras. Por lo que, para cerrar esta brecha, es clave fomentar medidas que permitan una mejor conciliación entre la vida profesional y personal, asegurando que las oportunidades de crecimiento no dependan del género”, propone Cantillo. Ella misma ha podido superar esos obstáculos y desarrollar una carrera brillante dentro del mundo de las finanzas, y en 2021 fue la primera mujer en presidir la Federación Iberoamericana de Bolsas.
¿Qué implica para una mujer abrirse paso en un mundo dominado por hombres? Cantillo responde con firmeza, poniendo por ejemplo su entereza. “No soy fácil de intimidar y no permito que esas esporádicas situaciones me desvíen de mis objetivos”, afirma la ejecutiva. “Con el tiempo, cuando ven que me siento junto a ellos en la mesa para aportar, colaborar y agregar valor, la dinámica cambia. Ha sido gratificante comprobar que muchos colegas reconocen la importancia de la diversidad en la toma de decisiones y valoran la contribución de las mujeres en estos espacios. Sin embargo, lo que más me ha ayudado a superar esas barreras ha sido la preparación. Tener claridad en mis argumentos, conocimiento en mi área y confianza en mis capacidades”, agrega.
Para Cantillo, la lucha por la igualdad de las mujeres pasa por mejoras salariales. La brecha de género en este sentido persiste como una barrera significativa para la igualdad en América Latina y el Caribe. Cantillo cita un informe de la CEPAL que muestra que las mujeres en la región ganan, en promedio, un 17% menos que los hombres por trabajos de igual valor. “A pesar de los avances, la implementación de legislaciones en algunos países siguen enfrentando desafíos importantes. Como ejemplo claro, uno de ellos es la informalidad laboral, que afecta a un alto porcentaje de mujeres, dejándolas fuera de las regulaciones salariales, de protección laboral y de seguridad social. Además, la segregación ocupacional las concentra en sectores de menor remuneración, con poca representación en áreas estratégicas como tecnología y finanzas. Los estereotipos de género siguen influyendo en la asignación de roles, limitándolas a puestos administrativos y de mandos medios”, explica.
Es por este tipo de obstáculos que Cantillo aboga por la implementación de cuotas en los sectores públicos y empresariales para acelerar la incorporación de las mujeres en cargos de toma de decisiones en el mundo empresarial de América Latina. Cantillo las defiende como un mecanismo que permite romper las diferencias entre mujeres y hombres. “En un mundo ideal, la equidad de género en los directorios empresariales se lograría de manera natural, fomentando buenas prácticas y promoviendo el talento sin distinción. Sin embargo, la realidad nos dice todo lo contrario. Según el último informe del Foro Económico Mundial, alcanzar la paridad en los órganos directivos tomará más de 130 años si seguimos avanzando al ritmo actual. No podemos esperar tanto. Las cuotas son una herramienta para acelerar el cambio e incorporar a las mujeres en cargos de toma de decisiones”, asegura.
Según el último informe del Foro Económico Mundial, alcanzar la paridad en los órganos directivos tomará más de 130 años si seguimos avanzando al ritmo actual. No podemos esperar tanto.
En una región donde más del 20% de las empresas que cotizan en Bolsa tienen órganos directivos formados solo por hombres, Cantillo está de acuerdo en que se legisle para garantizar mayor igualdad de género en el sector privado. “Si realmente queremos avanzar hacia la equidad, se necesitan regulaciones que impulsen el cambio, pero también es fundamental que las empresas asuman esta responsabilidad por convicción y no solo por cumplimiento normativo. La equidad de género debe ser vista como un valor empresarial, una estrategia que fortalece la toma de decisiones y mejora el desempeño organizacional. Además, diversos estudios han demostrado que las empresas con mayor diversidad en sus equipos de liderazgo son más rentables y competitivas”, afirma.
Desde su experiencia como exitosa ejecutiva, Cantillo recomienda a las mujeres esforzarse en la preparación para poder romper los techos que aún les impiden crecer en la esfera pública. “Como decía Séneca: “La suerte es cuando la preparación se encuentra con la oportunidad”, dice antes de recomendar: “Manténganse actualizadas, sigan educándose y ampliando sus conocimientos. Tengan una voz que sume a la toma de decisiones. Atrévanse a tomar riesgos, no esperen el momento perfecto. Construyan redes de apoyo y busquen mentoras. Y, sobre todo, multipliquen el impacto: eduquen a sus hijos sin sesgos, fomentándoles que hombres y mujeres deben tener las mismas condiciones para poder contar con las mismas oportunidades”, dice esta panameña que rompió el llamado techo de cristal.
Sobre la firma
