Damián Tabarovsky, el ensayista total que inventa repensando
En los textos de no ficción del escritor argentino, también en sus novelas, las preguntas y su intento de darles respuesta están presentes como ‘leitmotiv’
Un ensayo siempre invita a ser leído lápiz en mano, para subrayar frases significativas y referencias bibliográficas. En el caso de los textos de Damián Tabarovsky (Buenos Aires, 1967) —ni siquiera digo “ensayos”, pues también incluyo ahí sus obras de ficción— es necesario tener, además, un cuaderno a mano para anotar las numerosas preguntas que plantea y la gran cantidad de obras que menciona y a las que nos gustaría asomarnos.
Tabarovsky es escritor, crítico literario, traductor y editor y se doctoró en sociología en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Su libro más reciente se titula Lo que sobra (Consonni, 2023) y en los cuatro textos que lo integran (titulados Lo que sobra, La guerra civil solapada, Vanguardismo académico y Sin embargo) Tabarovsky dialoga tanto con sus autores de cabecera como con sus lecturas recientes, de ahí que por sus páginas entren y salgan Marx, Carlo Ginzburg, Flaubert, Mariane Moore, Foucault o contemporáneos suyos como Héctor Libertella y Silvia Schwarzböck.
En la literatura de Tabarovsky las preguntas y su intento de darles respuesta están presentes como un leitmotiv (“Arropado debajo del casco de la moto pareciera que no tuviera rostro. ¿Lo tiene? ¿Tiene voz? ¿Alguien lo escucha? ¿Qué deberíamos escuchar? ¿El suplicio del inmigrante explotado? ¿El del trabajador flexibilizado?”, se pregunta el narrador de su novela El momento de la verdad). Estas preguntas le imprimen un ritmo propio a sus textos que roza lo musical, ya se trate de ensayos como su celebrado Literatura de izquierda (2004), libro en el que reflexiona sobre las tensiones actuales entre literatura, mercado y academia, o en novelas como Autobiografía médica (2007), El amo bueno (2016) o la ya mencionada El momento de la verdad (2022).
Entre estas preguntas, cuyo valor retórico es innegable, destaca una que podría encontrarse en la cima de todas las demás: “¿Cómo seguir escribiendo hoy?”. Tabarovsky elige hacerlo desde la incertidumbre acerca del futuro o más bien del presente de la literatura. Esta cuestión es el motor o quizá más bien el combustible de todos sus textos, algo que comparte con su compatriota y colega César Aira, que forma parte de la constelación de escritores con los que Tabarovsky dialoga en sus obras y en su vida real. Otro de los gestos que comparten ambos es la frecuente evocación de la clase media en sus textos, en contra de una literatura de vanguardia tradicional que se dirigiría ante todo a los márgenes.
De entre las cuestiones que plantea, una se sitúa por encima de las demás: “¿Cómo seguir escribiendo hoy?
En el caso de la colección de ensayos incluidos en Lo que sobra, Tabarovsky nos ofrece dos planos de lectura: el del cuerpo del texto y el de las notas al pie. No se trata de unas breves notas donde se limite a incluir la procedencia de una cita: en este caso sus anotaciones son tan extensas que podrían calificarse como microensayos . Estos, a su vez, contienen en su interior otras notas (“nota dentro de la nota”) y cuyas notas, en ocasiones, contienen otras (“nota dentro de la nota de la nota”). Así, los lectores hemos de elegir si queremos dejarnos llevar por el modo personalísimo de pensar —y, por tanto, de escribir— de Tabarovsky, tan afín a la digresión y a la asociación libre, o si preferimos dejar para una segunda lectura las anotaciones, igualmente enjundiosas. En estos ensayos, Tabarovsky entra de lleno en polémicas desde el principio, tomando posición sin vacilación alguna. El ensayo Vanguardismo académico comienza así: “Buena parte de la literatura contemporánea es el entretenimiento inteligente del presente. Nada es más fácil que escribir una novela inteligente: es el vanguardismo académico que se enseña en cualquier universidad, en cualquier taller literario”. Ante afirmaciones como esta, el lector necesita seguir leyendo, ya sea porque se muestra totalmente de acuerdo con la afirmación o por la razón opuesta. De este modo entrará en la retórica tabarovskiana, marcada por las mencionadas digresiones, citas, preguntas, declaraciones irónicas, contradicción de ideas y otros procedimientos dialécticos que harán de la lectura una experiencia cuando menos estimulante, pues de la literatura de Tabarovsky no se sale como se entró: además de intervenir en los debates actuales, su escritura incluye siempre un pensamiento crítico sobre el estado de la lengua
Otra característica de sus textos, ya sean ficciones o ensayos, es su brevedad —la mayoría oscilan en torno a las 120 páginas—, sin que eso le impida abrir frentes temáticos muy diversos. En Lo que sobra, por ejemplo, el autor nos invita a pensar el nonsense de Edward Lear y Lewis Carroll como crítica al capitalismo, a repensar la relación entre consumo, masas y progresismo y a plantearnos la pregunta de si la novedad pervive en la repetición, entre otras muchas cuestiones.
La poética de Tabarovsky es de índole metaliteraria, es decir, muestra abiertamente sus costuras y procedimientos. (“Pensar, es pensar en contra. En contra de nosotros mismos, de nuestro texto; permite polemizar con él, polemizar contra nuestra propia escritura”, afirma en Lo que sobra). Uno de sus logros es que, tanto en sus ensayos como en sus novelas, el autor no renuncia a su discurso de estilo filosófico, en el que no escatima en citas y comentarios de los pensadores a los que sigue, si bien sus citas no se limitan a ser “el limón que se le pone al pescado”, tal como él mismo define el uso de “gotitas” de pensamiento filosófico en cierta literatura actual creada bajo las premisas del vanguardismo académico. Por todo esto, la distinción tradicional entre ensayo y novela no es relevante a la hora de leer a Tabarovsky, pues cualquiera de sus textos resulta eficaz como antídoto contra esa literatura que funciona como mero entretenimiento inteligente.
Lo que sobra
Consonni, 2023
108 páginas, 16,50 euros
El momento de la verdad
Mardulce, 2022
88 páginas, 11 euros
El amo bueno
Mardulce, 2016
112 páginas, 12 euros
Literatura de izquierda
Periférica, 2010
176 páginas
14 euros
Autobiografía médica
Caballo de Troya, 2007
128 páginas, 15,90 euros
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