Mena disimula los recortes atacando la “cultura de la subvención”
Empresa ve mala gestión en la RMI, el servicio de empleo y las ayudas a autónomos
Francesc Xavier Mena comenzó a dar pistas ayer, en el Parlament, sobre a qué se refiere cuando repite que hay que combatir la “cultura de la subvención”. El consejero de Empresa y Empleo considera que no se han gestionado correctamente programas como el de la renta mínima de inserción (RMI), el Servicio de Empleo de Cataluña (SOC) y el programa de fomento del trabajo autónomo, y propugna un nuevo modelo, que en muchos casos no ha concretado todavía. “No queremos adormecer la economía con subvenciones, la queremos dinamizar con créditos y avales”, resumió ayer Mena durante su comparecencia en el Parlament, en la que defendió el presupuesto de su departamento, que asciende a 1.119 millones de euros, siete millones menos que en el ejercicio anterior.
Una de los sectores que servirán como campo de pruebas para el despliegue de esta lucha contra la “cultura de la subvención” es el de la eficiencia energética. El Instituto Catalán de la Energía (ICAEN) verá reducido su presupuesto un 67% y solo podrá gestionar 12,5 millones este año, cuando en 2011 tuvo a su disposición 38,2 millones. El recorte repercutirá básicamente en las subvenciones que se otorgaban a familias, empresas o administraciones locales, destinadas a la renovación de electrodomésticos, a la aplicación de planes de ahorro energético o al fomento de las energías renovables. Fuentes de Empresa justificaron ayer que el recorte se debe a la disminución de las aportaciones que recibe del Estado.
Pero hay ámbitos que ya han notado la ofensiva de Mena. Uno de sus primeros objetivos fue la RMI, una ayuda de 423 euros que se concede a las personas sin otro recurso económico. Mena, considerando que la prestación se había desprestigiado y sus beneficiarios se acomodaban y perdían la motivación de buscar un empleo, decidió iniciar una renovación masiva de los expedientes. También lo hizo ante el desbordamiento que atisbaba, ya que en los últimos tres años se había triplicado el número de beneficiarios, pasando de 12.500 en 2008 a 34.000 a mediados de 2011. Para dar cobertura a todos los expedientes, la Generalitat tuvo que aumentar de 130 a 170 millones de euros la dotación a este programa. Pero en 2012, de nuevo con el argumento de atacar la cultura de la subvención, sufrirá un notable tijeretazo, ya que los presupuestos solo prevén una dotación de 100 millones, para asegurar la prestación a 18.000 beneficiarios. El año pasado se cerró con 24.765 ayudas en vigor. “Nuestro objetivo es atenderles, no solo pagarles una subvención”, explicó ayer el consejero.
El Servicio de Empleo de Cataluña también está en fase de reestructuración, aunque Mena ayer no dio detalles. Aseguró que había habido “mala gestión” y que se concedían subvenciones a entidades que organizaban cursos de formación alejados de las necesidades del mercado laboral. No dijo cuáles. La misión de reforma del SOC se tradujo en que no se convocaron cursos formativos durante cerca de un año, a pesar de que la Generalitat contaba con la financiación proveniente del Estado.
Un camino parecido parece que emprenderá el programa de fomento del trabajo autónomo, que ha quedado suspendido indefinidamente por la inexistencia de presupuesto. Mena criticó que las subvenciones que otorgaba el programa (entre 3.000 y 4.000 euros) a emprendedores se concedían según un criterio de entrada de proyectos y no por su viabilidad. “Era a ver quién llegaba antes”, terció Mena, quien advirtió de la existencia de “gestorías especializadas” en tramitar este tipo de subvenciones.
Los grupos de la oposición censuraron los números presentados por Mena y lo acusaron de no tener políticas de creación de empleo. ICV consideró que los presupuestos “llevan a una recesión económica” y el PSC recordó al consejero su compromiso electoral de reducir el paro a la mitad durante esta legislatura.
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