Una calle, un destino
El director argentino, que acaba de estrenar su primer largometraje, rodado en FNAC de Callao, deja que las calles de La Latina le transporten hasta el barrio bonaerense de San Telmo
1. Cava Baja. Antes de venir a España a vivir, conocí a un español en un avión de camino a Venezuela. Cuando decidí trasladarme me puse en contacto con él, a pesar de que solo nos conocíamos de un momento. Vivía en la Cava Baja, que me recordaba muchísimo a San Telmo, mi barrio preferido de Buenos Aires. La vida me llevó a compartir esa casa con él durante los años locos de soltería. Lo gracioso es que ahora vivo en la misma calle y en el mismo portal, pero con mi mujer y con mis tres hijos.
2. Taberna Chica. Recuerdo que cuando llegué a Madrid, hace ya 15 años, estaba más solo que la una. Vivía en la Cava Baja y siempre bajaba a este bar a escribir. Lo acababan de abrir, por lo que me dio la sensación de estar comenzando juntos la aventura. Además, tiene un punto romántico, ya que fue el lugar en el que conocí a la mi mujer y la madre de mis hijos (Cuesta de San Pedro, 7).
3. Plaza del Conde de Barajas. Bajando por cuchilleros a mano derecha te encuentras con esta plaza secreta en pleno Madrid de los Austrias. Es un oasis de tranquilidad en medio de todo el mogollón.
4. Biblioteca del Ateneo. Es uno de esos lugares especiales de la ciudad. Parece un plató hecho a propósito. De hecho, lo descubrí cuando estaba buscando localizaciones para rodar un vídeo de época. No lo elegí, pero me quede enamorado. Entrar es vivir en otra dimensión (Prado, 21).
5. Restaurante Camoatí. Es muy chiquito, muy íntimo y la comida está espectacular. Lo elijo cuando tengo un evento personal importante porque me siento muy a gusto, el servicio es de 10 y la milanesa a la napolitana hecha con entraña que tienen puede conmigo (Alfonso VI, 3).
El hombre de los 500 premios
Lucas Figueroa (Morón, Buenos Aires, 1979) tiene más de 500 premios por sus trabajos cinematográficos, usualmente en forma de cortos. En 2011, recibió el Premio Guinness de los Records por producir y dirigir el cortometraje más premiado del mundo: Porque hay cosas que nunca se olvidan acumuló 278 galardones por la obra. Figueroa vuelve a la gran pantalla con su primer largometraje, Viral, una película que ha grabado integramente en FNAC de Callao y que plantea la relación de los jóvenes con las redes sociales.
6. Restaurante De María. A veces me pregunto cuál es el lugar en el que más dinero me gasté comiendo desde que vivo en Madrid. La respuesta es una: el De María de Preciados. Vengo cuando estreno en el Capitol a cenar con el equipo o yo solo a disfrutar de una buena entraña, de la provoleta y del carpaccio de piña buenísimo que ponen de postre (Preciados, 32).
7. Los toboganes de Madrid Río. Me gusta no solo porque traigo a mis hijos, sino también porque es mi límite cuando salgo a correr. Una vez que veo los toboganes, sé que tengo que darme la vuelta y regresar porque no doy más.
8. Salón de escribir. Es como llamo a la oficina personal donde escribo. Solo entro yo, no hay teléfono ni nada que pueda distraerme. Todos saben que cuando estoy en este despacho no pueden molestarme. Es mi refugio (Preciados, 11).
9. Plaza de San Agustín Lara. Se la conoce como la plaza de la UNED y es donde celebramos las actuaciones de BollyMadrid, un evento que creé hace varios años. Ver la plaza llena, con toda la integración que implica, me da una alegría inmensa, sobre todo cuando en otras épocas del año es tan solitaria.
10. Terraza del edificio de Callao. Grabamos la película Viral en el interior de FNAC y el único exterior que sale es el de esta terraza. Cuando estaba allí arriba me daba la sensación de que estar en uno de los pulmones de la ciudad. Además, lo veo desde mi oficina, por lo que, de algún modo, comparte conmigo el día día (Preciados, 28)
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