Monólogos que mudan de idioma
El cómico británico Eddie Izzard ofrece una serie de espectáculos en Madrid con el reto de acabar usando el español tras una semana de aprendizaje intensivo
Cuando una persona quiere aprender un nuevo idioma puede apuntarse a un par de clases a la semana o hacer un curso intensivo. O buscar un intercambio para practicar con alguien mientras toma unas cañas. Lo que es seguro es que muy poca gente se lanzaría a contratar una sala de conciertos en Madrid para combinar una semana de aprendizaje del español con una serie de conciertos con monólogos.
Es lo que ha hecho Eddie Izzard (Yemen, 1952), un actor y cómico muy querido en el Reino Unido que ha aparecido en películas de Hollywood como Ocean’s Twelve compartiendo la gran pantalla con Brad Pitt y George Clooney o Valkiria y triunfa en EE UU con conciertos de comedia en los que se aprecia la influencia de Monty Python.
Frente a los grandes teatros que acostumbra a llenar en Nueva York y Los Angeles, en Madrid ha escogido la sala Ancora, con espacio para poco más de 100 personas sentadas. El idioma del espectáculo irá cambiando durante la semana. “Voy a hacer el monólogo en inglés, pero voy a estar aprendiendo español durante mi estancia, tres horas diarias todos los días”, explica Izzard desde los Estados Unidos por teléfono. “También voy a memorizar mi actuación en español, de hecho, ya me lo ha traducido mi hermano”.
Izzard asegura que su gira actual, Force Majeure, es “el tour de comedia más amplio” de la historia. Incluye destinos como Letonia, Turquía, Austria, Hong Kong e incluso Nepal. El cómico ya ha pasado tres meses en París, donde ha actuado en francés, y hace poco terminó una serie de conciertos en Berlín, donde aprendió casi desde cero el idioma. “Cuando terminé [en Alemania] estaba haciendo sesiones de preguntas con la audiencia, explica. “Llegué a un buen nivel de alemán y voy a llegar a un buen nivel de español. Una vez que lo tenga controlado se abrirán las puertas para América Latina”.
Izzard se lanza en todo lo que hace en su vida, también fuera del mundo del espectáculo. En 2009 corrió por las Islas Británicas durante 51 días completando 43 maratones (uno al día) y recaudando 2,2 millones de euros para una organización benéfica. Intentó repetir el logro en Suráfrica en 2012, con 27 maratones en 27 días, como homenaje a Nelson Mandela. Pero tuvo que abandonar por razones de salud.
Ahora está centrado en los retos lingüísticos con el objetivo de que su trabajo llegue a la máxima cantidad posible de gente. Aparte de francés, alemán y español, se rumorea que también va a intentarlo con el ruso y el árabe. “No lo voy a intentar”, aclara. “Lo voy a conseguir hacer en árabe”. Pero ¿no afecta a su capacidad para hacer reír a la gente? “La capacidad de contar un chiste depende de tu capacidad de contarlo en tu propio idioma”, asegura. “En alemán, el verbo va al final de una frase, y pensé que iba a causar problemas. Pero no”. Todo depende de tu audiencia, dice. “Si estoy hablando de dinosaurios, dioses y sacrificio humano a una audiencia convencional en Inglaterra, Rusia o España, no lo van a pillar. Pero si tienes una audiencia progresiva, la audiencia que busco yo, lo harán. Lo pillarán en cualquier país o en cualquier idioma. Las referencias son nacionales; el humor, internacional”.
Y esta determinación por aprender, ¿es una fascinación con los idiomas o una manera de llegar a más gente? “Me encanta la comunicación”, explica. “Soy una persona muy de política —quiere aspirar a la alcaldía de Londres en 2020— y tengo una actitud muy positiva hacía la Unión Europea, que está siendo atacada por los extremistas. Con todo esto, quiero abrir mis brazos al mundo y decir: ‘Mira, estoy aquí aprendiendo el idioma y haciendo humor con ello. Así te das cuenta de que somos todos iguales; de cómo hemos luchado en tantas guerras debido a unas diferencias que no existen”.
Para sus monólogos en Madrid, su motivación no tiene nada que ver con el dinero. “Mucha gente creativa no levantaría un dedo si no hubiera algún tipo de premio al final”, dice. “Y estos conciertos los vamos a pagar nosotros. Habíamos intentado arreglarlo y todo fracasó. Me llamaron hace una semana diciendo que no iba a ser posible, y yo dije que sí lo sería: lo pagaremos nosotros”. Y parece que no va a ser un desastre financiero. Ya no quedan butacas y se han vendido todas las entradas de pie. Según el promotor del evento, vendrán fans de toda España para verle. “Parece que a la gente le gusta”, dice de sus conciertos en el extranjero.
Además de la ayuda de su hermano, ha tenido la de un conductor madrileño con quien trabajó en una película que acaba de rodar con Dustin Hoffman. “Le grabé leyendo la traducción del monólogo para la pronunciación. Se reía, así que es una buena señal”.
Eddie Izzard: Force Majeure. Desde hoy hasta el 13 de abril. Ancora. Trafalgar 6. 20.00.
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