Una cara fósil en Atapuerca demuestra que los primeros humanos llegaron a Europa hace 1,4 millones de años

Después de casi tres años de estudio, los científicos que encontraron al humano más antiguo de Europa Occidental desvelan este miércoles sus principales características. Se trata de Pink, un fragmento de la cara de un homínido que vivió en la actual sierra de Atapuerca (Burgos), hace entre 1,1 y 1,4 millones de años.

“Este fósil introduce un nuevo personaje de la evolución humana que hasta ahora no conocíamos”, resume Rosa Huguet, coordinadora de las excavaciones en la Sima del Elefante de Atapuerca y primera autora de este hallazgo, cuyos detalles se publican este miércoles en Nature, referente de la mejor ciencia mundial.

El 30 de junio de 2022, el estudiante de doctorado Édgard Téllez estaba excavando en la sima cuando vio aflorar de la tierra lo que parecía un hueso del pómulo. Poco después apareció parte del maxilar, donde irían encajados los dientes. Los restos pertenecían a la parte izquierda de la cara de un individuo adulto de sexo desconocido. El equipo dirigido por Huguet supo enseguida que era un descubrimiento histórico. El apodo de los restos —pink significa rosa en inglés—se ha convertido en un homenaje a Huguet, según explican miembros del equipo [pink es rosa en inglés].

El hallazgo adelanta la presencia humana en Europa unos 300.000 años. Hasta ahora, el único humano conocido en Europa durante todo el Pleistoceno Inferior, hace entre 1,7 millones de años y 750.000 años, era el Homo antecessor. Esta especie emblemática de Atapuerca, datada en unos 860.000 años, fue la primera con una cara moderna, similar a la de los humanos actuales, Homo sapiens.

El nuevo fósil desvela un capítulo desconocido de la evolución humana en el continente europeo. Se piensa que los humanos actuales descendemos del Homo erectus, surgido en África hace unos dos millones de años. Era un humano de cara simiesca, pero que ya caminaba erguido, tenía una envergadura similar a la nuestra, y era capaz de fabricar sofisticadas herramientas de piedra y hueso, tal y como otro equipo de arqueólogos españoles desveló la semana pasada. El erectus fue el primero de nuestro género que salió de África y conquistó Asia, donde sobrevivió hasta hace apenas 100.000 años, lo que le convierte en la especie humana más longeva conocida. Hasta ahora, sus andanzas en Europa occidental eran un enigma. El único fósil de erectus fuera de África y Asia es el de Dmanisi, en Georgia (Eurasia), y es de hace 1,8 millones de años.

Los investigadores han reconstruido cuidadosamente los fragmentos de la cara del nuevo fósil y han creado modelos digitales tridimensionales. Lo han comparado con las caras de erectus primitivos hallados en África hace unos dos millones de años, y también con los fósiles georgianos. Los resultados sitúan a la nueva población burgalesa en un punto evolutivo intermedio. Tiene rasgos primitivos, como la ausencia de nariz proyectada hacia afuera como la nuestra, pero la parte inferior más cercana a la boca es más estrecha y moderna. Es un humano a medio camino entre lo viejo y lo nuevo. Los investigadores lo han asignado de momento “a algo similar al Homo erectus” —Homo affinis erectus—.

Los científicos creen que esta nueva población no está emparentada con el antecessor, sino que supone una migración independiente y más primitiva. Su origen estaría en una “población madre” de algún lugar fuera de África, posiblemente Oriente Próximo, razona María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, y coautora del estudio. Estos primeros humanos europeos serían “escapados del pelotón”, aventura. Eran grupos pequeños que alcanzaron la Península Ibérica entre una glaciación y otra, cuando Atapuerca era una sabana más cálida que el Burgos actual donde había rinocerontes, ciervos, jabalíes, hipopótamos y caballos salvajes. “Este fósil nos da una captura de pantalla de cómo eran estos humanos que es muy difícil de conseguir. Pensábamos que no había población en Europa en esta época, pero ahora resulta que ya estaban en Atapuerca”, destaca Martinón.

En 2007, el equipo encontró un fragmento de mandíbula de unos 1,2 millones de años en un nivel superior de la Sima del Elefante. En su momento no permitió identificar a qué especie pertenecía, pero ahora los científicos creen que puede tratarse del mismo grupo.

La Sima del Elefante es una antigua cueva sin rastros de ocupación humana. La cavidad se fue rellenando con tierra, piedras y huesos arrastrados por el agua desde el exterior. “Aquí encontramos un sesgo de lo que sucedía fuera, como si de un día de camping apareciese una cuchara extraviada”, explica la arqueóloga Rosa Huguet, del Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social, en Tarragona. Entre los restos hallados junto a Pink hay un hueso de animal con marcas de corte hechas por estos humanos. Estos restos han aparecido en una capa de terreno conocida como TE7 del que aún quedan unos dos metros por excavar. Y más abajo hay un nivel más antiguo de unos tres metros más. En total son unos cuatro o cinco años más de excavación. Huguet confía en que en esas franjas aparezcan más fósiles humanos que permitan aclarar a historia de los primeros humanos de Europa.

El paleontólogo Bienvenido Martínez, destaca que este es “un trabajo metodológicamente impecable”. El investigador fue uno de los descubridores del diente de un niño de unos 10 años que vivió hace 1,4 millones de años en Orce, en Granada. El fósil era tan pequeño que solo pudieron adscribirlo a nuestro género, el Homo. Por ahora es imposible saber si perteneció a un grupo primitivo de erectus, a la manera de Dmanisi, o más moderno y parecido a los de Atapuerca. El nuevo hallazgo confirma “la suerte” del yacimiento burgalés, que es “único en el mundo” por la extraordinaria concentración de fósiles humanos que presenta, destaca el investigador, que no ha participado en el estudio. Martínez espera que aparezcan más fósiles, bien en Atapuerca, bien en Granada, para responder a una pregunta que todavía no tiene respuesta. Si los Homo erectus salieron de África hace 1,9 millones de años y se expandieron por Asia, ¿por qué tardaron 400.000 años en llegar a Europa?