Banderas

Canal+ Series. En un capítulo de Better Call Saul, el abogado Jimmy McGill es citado por un chiflado que pretende “secesionarse” de los Estados Unidos. Su rancho se convertirá así en un país independiente en el que el Gobierno ya no meterá sus sucias narices. De entrada, el pillo jurista, que todavía no se hace llamar Saul, acepta el caso pero avisa de que será largo y complejo y que los poderes se emplearán a fondo contra él. Acuerdan un primer pago de medio millón de dólares en efectivo, pero, sorpresa, McGill ve con espanto que en los billetes está impreso el rostro del chiflado.

Teatro del Barrio. En la obra Spain Spain, la UE admite cinco nuevos Estados en su seno, pero uno de los cinco se empeña en llamarse España igual que España, y a su ininteligible lengua le dicen español como al español. La situación dará pie a mil equívocos, a una revuelta de los otros españoles internos en el CIE y a una reflexión oportuna sobre la nacionalidad y la extranjería, sobre quiénes somos y por qué consideramos otro al otro.

Youtube. Circula un sketch de Al rescate (ETB), programa en la línea de Vaya semanita, en el que un fabricante vasco de banderas españolas —destinadas a quemarse en manifestaciones y despedidas de soltero— lamenta el cese de la violencia por ETA. “¿Qué hacemos en Euskadi si te pilla la paz con 10.000 banderas en el almacén?”, se pregunta. Y vemos que ahora reutiliza la rojigualda en cortinas y manteles.

Cataluña. En la costa, los mismos puestos venden la bandera estelada y la española (la oficial o la castiza del toro), una al lado de la otra. En balcones y plazas no se ven por igual, no digamos en TV3. Un subvencionado grupo de historiadores (sic) sostiene que eran catalanes Cervantes, Colón, Santa Teresa, Da Vinci y el autor del Lazarillo. Un embajador (sic) proclama que Europa ya asume la independencia y hará ceder a Madrid.

¿Ficción, realidad? ¿Comedia, drama?