Peris-Mencheta, a toda mecha
El actor y director tiene proyectos por partida triple y retoma los ensayos de la segunda temporada de ‘Snowfall’
Sergio Peris-Mencheta ha puesto de nuevo la proa hacia Los Ángeles “para los ensayos de la segunda temporada de Snowfall, que comienza en enero: cuatro meses y medio de rodaje”. Hablamos de la serie, de la que es uno de los protagonistas, pero sobre todo, naturalmente, de teatro. Tras La cocina, Peris-Mencheta ha estado girando A voz en cuello, su homenaje con aroma radiofónico y nocturno a Mario Benedetti: “El primer bolo lo hicimos en su pueblo natal, Paso de los Toros, donde mantienen con él una relación de amor y odio: cuando llegamos, habían decapitado su estatua. El público se unió en un teatrito tipo Cinema Paradiso: fue muy emocionante. Luego fuimos al teatro de El Galpón de Uruguay, estuvimos en Buenos Aires, en Mar del Plata… Cuatro personas: la productora, un técnico, mi mujer y yo. Y aquí, en Valencia, Castellón, y en Madrid dos sesiones en el Pavón Kamikaze, y los jueves en el Teatro del Barrio. Queremos retomarla en 2020, para celebrar el centenario de Benedetti”.
Tiene proyectos por partida triple. En junio del año próximo, cuando vuelva de Estados Unidos, comienza a ensayar ¿Quién es el señor Schmitt?, de Sébastien Thiéry, un éxito en Francia, donde la interpretó Richard Berry en 2010, en el parisino Théâtre de la Madeleine. “Un tipo recibe una llamada preguntando por un tal señor Schmitt. Lo singular es que no tiene teléfono, pero allí está. Levanta la cabeza y ve que en lugar de la foto de su madre hay la de un perro. Y que su casa ya no es su casa. Parece una comedia de Ionesco, pero es una tragedia tremenda. David Serrano me dijo: ‘Has de dirigir esta obra’. Los protagonistas serán Javier Gutiérrez y Cristina Castaño. Estrenaremos el 28 de septiembre, en el Teatro Circo de Murcia”.
Ese mismo otoño también pondrá en escena la Trilogía Lehman, de Stefano Massini. “La Trilogía fue lo último que dirigió Ronconi en el Piccolo. La descubrí en la Villarroel barcelonesa, en el Grec, a cargo de Roberto Romei, y me entusiasmó”. Una obra épica, cercana al Ragtime de Doctorow, que abarca desde 1844 hasta finales de los sesenta. “Yo, que soy muy poco de musicales, salí del teatro y me dije: ‘Quiero hacerla en musical’. Quiero hacerla con seis actores que también toquen y bailen. No haré las cinco horas del original, pero quiero mantener la estructura: la función tendrá tres actos, de 50 minutos cada uno, con dos descansos. Y la montaremos en la Sala Verde de los Teatros del Canal”.
Para no gustarle los musicales, Peris-Mencheta está cocinando otro, Just a Gigolo, basado en la vida del músico y compositor Louis Prima y la cantante Keely Smith. “He escrito el texto y quiero dirigirlo. Los protagonistas serán Edu Soto, que lleva año y medio aprendiendo a tocar la trompeta; mi mujer, Marta Solaz, y seis músicos que encarnarán a la banda de Sam Butera and The Witnesses. Un espectáculo que contará sus historias, con quince canciones, y del que todo el público salga bailando. A la vuelta te lo acabo de contar”.
Babelia
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