Historia tragicómica del atropello taurino de la feria de Alcalá de Henares
Los empresarios esperan recuperar los más de 40.000 euros invertidos en el ciclo
Afirma Manuel Martínez Erice que él y su socio, Jorge Arellano, han invertido más de 40.000 euros en la suspendida feria taurina de Alcalá de Henares, y que no saben si la Comunidad de Madrid les reintegrará ese dinero por las buenas o deberán acudir a los tribunales.
Poco acostumbrado a gestionar plazas de tercera categoría, reconoce su profunda inquietud cuando se acercaba la fecha de celebración de la feria y aún no contaban con la autorización oficial, si bien su entorno le infundía tranquilidad “porque esto es lo normal en los pueblos”.
Y sigue muy enfadado con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aunque reprime su enojo en aras de una solución amistosa del conflicto.
Manuel Martínez Erice es un vasco de singular tamaño, nacido en San Sebastián, que dice no saber qué habrá hecho mal para vivir en Madrid (“es una broma”, aclara); taurino por familia y vocación, hijo de José Antonio Martínez Uranga, ambos fueron empresarios de Las Ventas desde 2004 a 2016. Hoy, al otro lado del teléfono, habla torrencialmente sobre los sucesos acaecidos con motivo de la feria de Alcalá de Henares, y lo hace con una mezcla de ingenua sinceridad, disgusto y firmeza. Motivos no le faltan.
“Si no hay una reparación amistosa, acudiremos a los tribunales” (Martínez Erice)
Los hechos son conocidos. Dispuestos a revitalizar la plaza de Alcalá, de propiedad privada y cerrada desde hace cinco años, Martínez Erice y Arellano deciden organizar una feria los días 28, 29 y 30 de agosto, compuesta por una corrida, un festejo de rejoneo y un espectáculo de recortes. El 12 de agosto solicitan la autorización correspondiente a la Comunidad de Madrid; deciden poner a la venta el 65% del aforo a pesar de que estaba permitido alcanzar hasta el 75%, y el 26 de agosto reciben el permiso que daba vía libre a la feria. Simultáneamente, el alcalde socialista de la localidad emprende una campaña pública contra la feria taurina y pide su cancelación por razones sanitarias. El día 27, con los toros del primer festejo ya en los corrales, el Gobierno madrileño suspende la feria “por razones de prudencia” ante la pandemia.
La empresa emite un comunicado en el que expresa su sentimiento de indefensión, califica los hechos como un “atropello”, e incluye severas críticas a la presidenta madrileña y al alcalde local. Pero el daño ya estaba consumado, la inversión realizada y las puertas de la plaza se vuelven a cerrar.
“Aún estamos cuantificando las facturas, y aunque me han recomendado que no hable de cantidades, puedo decirle que hemos invertido más de 40.000 euros en el montaje de la feria”, afirma Martínez Erice. “Pero existe otro apartado importante, cuyo montante desconozco, cual es la remodelación del edificio de la plaza, que ha pagado la propiedad, y que la ha dejado prácticamente de estreno”. Le preguntamos:
Pregunta. ¿Existe algún mecanismo de reparación amistosa o la única vía es acudir a los tribunales?
Respuesta. Sinceramente, no lo sé. Un amigo que me asesora en asuntos empresariales me ha recomendado que acuda a la Comunidad y trate de encontrar una fórmula amistosa. A mí me encantaría que así pudiera ser. Creo que los políticos cuentan con herramientas para afrontar estos problemas. Pero si no hay salida, presentaremos una demanda en los tribunales. Eso lo tenemos clarísimo.
P. Pues usted ha sido muy severo y enérgico en sus críticas hacia la presidenta de la Comunidad…
R. Es que estoy muy, muy enfadado, y creo que con razón.
P. Se lo digo porque si pretende llegar a un acuerdo amistoso…
“El alcalde es el causante del problema, pero la responsable es la Comunidad de Madrid”
R. No me va a creer, pero me está usted leyendo el pensamiento. Hace unos días, he escrito un texto del tipo ‘carta abierta a la presidenta’, en el que le digo cosas muy duras, desde el respeto, por supuesto. Le imploro, por ejemplo, que no me ayude, y la acuso de ser la mayor antitaurina de España. Pero, claro, no voy a difundirla, precisamente para no echar más leña al fuego y facilitar el diálogo.
P. Estará de acuerdo en que el triunfador en este conflicto ha sido el alcalde.
R. El alcalde de Alcalá de Henares ha tenido mucho que ver en este asunto, claro que sí. Se propuso acabar con la feria y lo ha conseguido. Objetivo cumplido. Ha obrado como un político de la oposición, que, además, es antitaurino. Pero quien nos ha fallado ha sido la Comunidad. El alcalde prendió la mecha, pero quien tenía la manguera no quiso usarla. El alcalde es el causante del problema, pero no el responsable. El Gobierno regional tenía la potestad de ir hacia adelante, pero se asustó.
“Defender la tauromaquia”, insiste. “Y lo digo en esa carta que no verá la luz, no es hacerse una foto en el ruedo de Las Ventas diciendo ‘soy taurina’; es defenderla de verdad y resistir las presiones políticas”.
Pregunta. De todos modos, queda una incógnita. Ustedes comienzan a trabajar en Alcalá hace dos meses; hasta el 12 de agosto no solicitan la autorización que no llega hasta el día 26. Es decir, invierten y trabajan sin saber si la feria se podría celebrar.
Respuesta. Yo también me he preguntado eso mismo durante los últimos quince días. Pero, por lo visto, así se funciona en estas localidades pequeñas. Yo le decía a mi socio: ‘¿pero cómo puedes estar tan tranquilo si estamos a 22 de agosto y no sabemos nada de la Comunidad?’, y él me contestaba: ‘No te preocupes, que, en los pueblos, el permiso llega siempre un par de días antes’. Claro, será habitual en una situación de normalidad, pero en las circunstancias actuales es lógico que estuviera inquieto. De hecho, hablé varias veces con el gestor y me aseguraba que todo iba bien y que el expediente no estuvo cerrado hasta el día 25. Es decir, la que se retrasaba era la Comunidad. No obstante, yo no entendía cómo podíamos seguir trabajando si no contábamos con el ansiado permiso, pero esa es la fórmula de funcionamiento en este país; al menos, en el tema taurino y en las ferias menores.
[Llegó, por fin, el permiso el día 26, y la suspensión veinticuatro horas después…].
R. ¿Sabe lo que me indigna? Que el alcalde se vanagloriaba de su triunfo en las redes sociales y se mofaba del Partido Popular. Y nos daba la razón, en la creencia de que así arremetía con más fuerza contra el Gobierno. ‘Pobres empresarios’, decía, ‘hay que ver el daño que les han causado, no hay derecho…
P. Solo queda que la presidenta madrileña no se tome a mal su enfado y acepte una solución negociada.
R. Eso espero.
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