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Sergio Busquets: el revolucionario silencioso que transformó la figura del pivote defensivo

Varios exjugadores y técnicos elogian el cambio futbolístico que el 5 del Barça provocó en el centro del campo

Sergio Busquets
Sergio Busquets golpea el balón durante su último partido en el Camp Nou con el Barça, el pasado domingo ante el Mallorca.PAU BARRENA (AFP)

“Si yo ahora fuera jugador, me gustaría parecerme a Busquets”, aseguraba Vicente del Bosque después de que España perdiera su primer partido en el Mundial de 2010 ante Suiza. Aquella sorprendente derrota produjo una lluvia de críticas; la mayoría recayó en un joven Sergio Busquets (Badía, Barcelona; 34 años). Era el futbolista menos mediático de aquella plantilla, a la postre campeona del Mundo, y también de Europa, dos años después, en 2012. Pero Busi era el más influyente en el juego de La Roja.

“Al final el tiempo me ha dado la razón. Ha sido un jugador muy completo, un jugadorazo tanto defensivo como ofensivo que daba equilibrio al equipo; el ritmo del partido lo marcaba él”, explicaba Del Bosque en unas declaraciones a la Cadena Ser. “El suyo es un puesto clave en cualquier equipo; el juego depende mucho de la participación de un jugador de la talla de Busquets. Nunca lo he considerado mediocentro defensivo porque es también iniciador del juego cuando le toca hacerlo. En el medio se desenvolvía rápido, con uno o dos toques y con una seguridad absoluta. Y no subía mucho al ataque porque se sentía tan importante en esta posición que no quería dejar al equipo desprotegido atrás en caso de pérdida”, remata el exseleccionador.

Todo pasaba por él, al igual que ocurría, en ese mismo instante, en la época dorada del Barça de Guardiola. Aquel equipo no se entiende sin su influencia. Con él empezaba la presión post pérdida. El equilibrio del Barça estaba en sus pies. El mediocentro, y concretamente el pivote, es importante en todos los equipos y en todos los sistemas, pero en el Barça adquiere una importancia máxima. Especialmente, desde la llegada de Cruyff como entrenador.

“El que juega ahí tiene que ser rápido, pero no de movimientos sino de pensamientos, rápido de respuesta. Saber lo que necesita la jugada y que el balón vaya lo más rápido posible. Desde que llegó Cruyff, y le dio importancia a esta posición, se necesitaba un jugador concreto con unas cualidades específicas; y ese ha sido Busquets. Ha sido el mejor centrocampista en esta posición, ha mejorado a Guardiola, que fue un grandísimo jugador”, señala Luis Milla, que fue el primer elegido por Cruyff para jugar de 4. “Busi tiene una tranquilidad y sangre fría en esta posición que nadie más tiene, es único. Él ve la jugada dos segundos antes que el resto. Antes de que le llegue el balón ya sabe qué jugada tiene que hacer y si tiene tres líneas de pase siempre va a buscar al compañero que tenga mayor ventaja y esté mejor colocado. Con Busquets hay un antes y un después. Ha mejorado a todos los pivotes”, concluye Milla.

El de Badía subió al primer equipo con 20 años en el verano de 2008 de la mano de Pep Guardiola, ambos venían de certificar el ascenso del filial culé a segunda división B y llegaban con el objetivo de renovar a un Barça que había quemado su etapa con Ronaldinho y Rijkaard. Su adaptación al equipo fue inmediata para fascinación de sus compañeros. “Cuando empezó a jugar con nosotros parecía que llevaba cinco años en la plantilla, ¡Aprendí yo más con Busi que él conmigo!”, comenta con una sonrisa Rafa Márquez, exjugador culé y actual entrenador del Barça Atlètic. “Lo hace todo fácil, sin complicaciones, siempre está en el lugar y momento correcto. Parece que va lento pero en verdad lo que hace es anticiparse a la jugada. Es un jugador al que no se ha valorado como se merece. No va a haber otro Busquets”, añade.

En la selección, Busquets ha sido internacional 143 veces. Su llegada eclipsó al motor de la selección española en aquel momento: Marcos Senna. “Busquets tiene un don. El fútbol se trata del engaño y en eso Busi es el mejor porque saber leer muy bien. Cuando te esperas que haga un pase, regatea; cuando esperas un pase claro a la banda, lo filtra por dentro. He visto a pocos jugadores hacer eso. Está entre los mejores de la historia”, confiesa el exjugador.

Antes de su aparición, el pivote lo que hacía era recibir del portero y del central y cuando tenía total seguridad se giraba. Sin embargo, Busquets coge el balón y gira como si tuviera ojos en la nuca. Su figura es excepcional porque desahoga al equipo”, sentencia el ex del Villarreal.

La influencia de Busquets en el mundo del fútbol y en la posición de pivote es innegable. La adoración hacia el todavía capitán del Barça es latente en muchos de los que han jugado en su misma demarcación. “Para mí siempre es un placer hablar de Sergio Busquets”, asegura al otro lado del teléfono Demetrio Albertini, histórico jugador del Milán de los 90 de Sacchi y de Capello. Uno de sus apodos era el ‘metrónomo’ y el italiano tiene bien claro quién lo es en Barcelona. “El metrónomo de este equipo siempre ha sido Busquets. Siempre sabe buscar la mejor jugada para que el resto del equipo pueda disfrutar jugando. Para mí, es el jugador más vintage del fútbol moderno”, afirma el también ex jugador del Atlético de Madrid y Barça.

Los elogios hacía el de Badía vienen de todos los lados del mundo del fútbol. Uno de los más contundentes fue Juan Román Riquelme, que habla de Busquets como un revolucionario. El argentino aseguraba en una entrevista con ESPN que “Busquets confundió al fútbol mundial. Es el único número 5 que yo conocí en mi vida que es un número 10 y hace todo bien”.

En su penúltimo partido en el Camp Nou recibió la ovación de todo el campo, que se puso en pie para despedir al capitán, al último de la generación del Barça de Guardiola (Puyol, Xavi, Iniesta, Messi, Piqué). Al más discreto. Un líder silencioso.

“Habrá sido de las pocas ovaciones que le he visto a Busquets. Es el mejor pivote defensivo que he visto nunca. Lo he cambiado para eso, para que la gente lo aplauda”, reconocía Xavi, consciente de que la suya será una baja insustituible.

Sergio Busquets jugó este domingo su último partido como azulgrana en el estadio que lo vio crecer como futbolista y donde revolucionó el fútbol español. Después de quince temporadas y con el brazalete de capitán, el de Badía abandona Can Barça no sin antes haber transformado la figura del pivote defensivo.

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