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“Hemos vuelto a disfrutar, nos vamos con la cabeza alta”

El combinado que dirige Miguel Méndez entierra definitivamente los fantasmas del pasado y fortalece su mezcla generacional

Emma Meesseman penetra ante Raquel Carrera durante la final del Eurobasket femenino.
Emma Meesseman penetra ante Raquel Carrera durante la final del Eurobasket femenino.JURE MAKOVEC (AFP)
Juan Morenilla
Eurobasket Femenino - final - jornada 1
España
España
58 64
Finalizado
Bélgica
Bélgica

La reconquista comenzó en Hungría. Era el 11 de noviembre de 2021 cuando Miguel Méndez se estrenó al frente de la selección femenina de baloncesto. No era un debut cualquiera. Después de un exitoso camino de clubs, para el técnico vigués era su primera cita oficial al frente de un equipo que atravesaba una tormenta: ese verano había caído en los cuartos del Eurobasket, en el mismo escalón en los Juegos; se había quedado fuera del Mundial del año siguiente; Laia Palau había anunciado su retirada internacional; y la federación acababa de despedir a Lucas Mondelo tras el bajón deportivo y las acusaciones de Marta Xargay y Anna Cruz de métodos abusivos. Un cóctel muy agitado.

Entre las dudas y las heridas por cerrar, España se presentó en Szekszard, en el pequeño pabellón del KSC, para comenzar la clasificación para el Eurobasket de 2023. La situación era delicada y la federación arropó al debutante con sus hombres fuertes. Con la expedición viajó el presidente, Jorge Garbajosa, y el director general, Óscar Graefenhain. Méndez había coleccionado 23 títulos entre cuatro equipos, entre ellos tres coronas de campeón de Europa con el Ekaterimburgo, pero aquel día pasaba otro examen. España enterró los nervios del inicio de ciclo con una victoria liberadora por 62-66, con 19 puntos de Torrens. Comenzaba una nueva era, culminada ahora con esta plata.

De Hungría a Hungría. De aquel debut a la victoria en semifinales contra el mismo rival que daba acceso a la final, otra vez con Torrens en plan estelar. La alero fue elegida parte del mejor quinteto de este Eurobasket y con 681 puntos superó a Amaya Valdemoro como la máxima anotadora española en un Europeo.

Entre medias, casi dos años en los que España ha cultivado el hambre por verse fuera de la gran pasarela. Un tiempo en el que Méndez ha impregnado su estilo en la cancha (defensa, velocidad, el pase antes que el bote) y su manera de hacer potenciando la naturalidad en el vestuario (“para ganar no hace falta llevar a las jugadoras al límite”, resume). Y en el que ha mezclado la generación de veteranas con sed de más triunfos como Silvia Domínguez y Torrens con la nueva hornada que simboliza la furia de Raquel Carrera. La escena la observa hoy desde la banda Laia Palau como jefa de equipo. Algunas caras son nuevas, pero la voracidad es la misma.

España cerró su preparación para este torneo con una derrota en Sopron, precisamente ante Hungría, y comenzó patinando en el estreno en Tel Aviv ante Letonia. Esas dos derrotas seguidas sirvieron de pegamento en la caseta. El equipo reaccionó ante Montenegro y se sacudió los miedos ante Grecia, en un duelo que era a vida o muerte: o primeras de grupo o a casa. Y de ahí a una final en la que tuvo el encuentro y el oro en las manos hasta que a falta de cuatro minutos para el desenlace Bélgica se puso por delante por primera vez en el encuentro.

“No consuela, veníamos a ganar, pero mirando desde un punto de vista de empresa, es muy importante, igual que conseguir una medalla, tener la opción de competir en febrero por estar en los Juegos Olímpicos [la selección se clasificó para el torneo que dará acceso a París 2024]”, comentó tras la final Miguel Méndez. “Tenemos la medalla de plata aquí colgada, nadie se la ha quitado. Para nosotros esto es un éxito, estamos encantados y le damos un valor enorme porque sabemos lo que nos ha costado” añadió.

“Estoy muy orgullosa del equipo, de la primera a la última. Hemos vuelto a disfrutar y lo valoraremos con el paso de los días. Repetiría las veces que hiciese falta estos días. Recogeremos la plata y la llevaremos con la cabeza bien alta”, subrayó Leo Rodríguez.

El metal fortalece la renovación del equipo, desde el banquillo hasta la pista, de cara a los siguientes retos, entierra definitivamente los fantasmas del pasado y alimenta la sensación de que España siempre compite al máximo nivel. Esta vez la película no acabó en oro, pero sí con un buen sabor de boca.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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