El Girona levanta la cabeza con una excelente victoria
A partir de una fiable defensa, el equipo de Míchel no dio opciones a Osasuna
Ya nadie disimula en Girona, y menos su entrenador, que siempre fue muy directo y ambicioso: el reto es lograr la clasificación para la Champions. La victoria contra Osasuna avala las aspiraciones de Míchel y del club de Montilivi. A falta de diez jornadas para acabar el campeonato, el techo es el segundo puesto de la tabla después de que el liderato fuera el motor de la primera vuelta de la Liga. Aspirar al subcampeonato permitió volver a superar al Barcelona y dejar al quinto clasificado a 12 puntos —el Athletic juega este domingo en Las Palmas—.
Nada tuvo que decir Osasuna ante el despliegue de Girona, muy sereno y fiable en defensa, reforzado por el regreso de Blind, y selectivo y aplicado en ataque, siempre estimulado por Savinho. El regreso a Montilivi fue terapéutico para los chicos de Míchel en un partido clave después del extravío vivido en campo ajeno desde la derrota en Madrid.
El libro de estilo del Girona, en cualquier caso, resulta innegociable, independientemente de los resultados, que han sido adversos en las últimas salidas al Bernabéu, San Mamés y Mallorca. El pase como hilo del juego es una constante en el equipo de Míchel. La pelota no se rifa, se juega de área a área, desde Eric García hasta Portu después de pasar por Tsygankov. El toque del central fue tan certero como el pase filtrado del delantero ucraniano y el desmarque del media punta, infalible ante Sergio Herrera. El juego entre líneas de Portu desarmó la zaga de tres centrales dispuesta por Arrasate.
A favor de marcador, el equipo de Míchel se esmeró más en el control del encuentro que en pisar el área de Osasuna. Los navarros empezaron a ganar metros en la cancha y a tener la pelota ante la inquietud de la hinchada de Montilivi. La lluvia dificultaba además la precisión y exigía físicamente a los futbolistas, un contexto que favoreció a los navarros, más llegadores y rematadores, aunque los tiros de Mojica y Moncayola no encontraron el arco de Gazzaniga. El Girona agradeció la llegada del descanso por el último apretón de Osasuna.
El panorama no cambió en la reanudación porque al equipo de Arrasate le faltaba profundidad para desarmar al de Míchel. Los delanteros blanquirrojos quedaban demasiado lejos del arco de Herrera. Así que la contienda discurría de manera lenta, sin picos de juego ni incidencias, con los entrenadores más espectadores que intervencionistas, hasta que Savinho tomó la pelota y su carrera fue detenida por Catena. El árbitro no pitó nada ni tampoco desde el VAR advirtieron penalti ante la rechifla de la afición, ya preocupada por la lesión de Tsygankov, asistente de Portu.
Aunque Osasuna intentó cargar su línea ofensiva en la rueda de cambios, el jugador más desequilibrante era Savinho, internacional por Brasil junto con Yan Couto, también en escena después de sustituir a Tsygankov. No podía el goleador Budimir con Blind ni tampoco alcanzaba posiciones de disparo Dovbyk. El marcador quedó a expensas de una acción, o si se quiere de un error o de un accidente, más que de una jugada colectiva por la falta de trazo futbolístico de Osasuna y también del Girona, menos alegre y vistoso que en partidos anteriores, pendiente en el tramo final de Stuani.
El uruguayo no atinó en un chut muy franco y después impidió con su bloqueo que se validara el gol de Savinho. El brasileño, sin embargo, no desistió sino que perseveró hasta marcar un golazo que cerró una jornada de recuperación estupenda para el Girona. Nada mejor para responder a la presión que una incuestionable victoria por 2-0.
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