Polonia, Georgia y Ucrania están en la Eurocopa
Lewandowski logra el último billete de la repesca en la tanda de penaltis ante Gales y los georgianos participarán en la fase final por primera vez
Wojciech Tomasz Szczęsny paró el último penalti de la serie a Daniel James y Polonia se clasificó para la Eurocopa de Alemania sin tirar ni una vez a puerta en los 130 minutos que tardó la final de la repesca en dirimirse por la vía regular. Perdió Gales (4-5 en la tanda) al cabo de un ejercicio que tuvo más épica que juego. Polonia conquistó así el último billete de los tres que se disputaron en la noche del martes, consagrada a las tres finales de los playoffs. Georgia y Ucrania acompañarán a los polacos a la Eurocopa que comenzará el próximo 14 de junio en Múnich.
Viktor Tsygankov, extremo del Girona, y Mihailo Mudryk, extremo del Chelsea, metieron los goles (2-1) que vencieron a Islandia y clasificación a Ucrania para la Eurocopa. El partido disputado en Breslavia (Polonia) ante miles de peregrinos ucranianos, fue un acto de reivindicación nacional. Después de dos años de guerra tras la invasión de Rusia, la presencia de la selección eslava en la fase final del torneo trasciende el éxito deportivo. Algo parecido sucede con Georgia, otra exrepúbica soviética, clasificada para la Eurocopa por primera vez en su historia después de vencer a Grecia en Tiblisi, en otra tanda de penaltis al término de otro 0-0.
El estadio de Cardiff se abarrotó de apasionados cantores de himnos. La muchedumbre entonó las estrofas más vibrantes del repertorio folclórico de la nación galesa. Entreverado de canciones patrióticas como el Yma o Hyd se incluyeron clásicos del pop británico —Just Can’t Get Enough— y algún ruego a las divinidades, cristianas o paganas. Toda ayuda resultaba insuficiente en la ardua lucha de los jugadores de rojo por controlar la pelota cuando no la tocaban el zurdo Neco Williams o el diestro Brennan Johnson, los jóvenes responsables de cargar con la responsabilidad ofensiva que les legó el retirado Gareth Bale.
A falta de faros que iluminaran su fútbol, los galeses se aferraron a la disciplina, al esfuerzo, al compañerismo. Las herramientas de los modestos los mantuvieron unidos bajo el aliento de una hinchada incansable y contagiosa de fervor. Presionaron sin tregua a los polacos. Los alejaron del área. Del primer minuto al último de un partido agotador, el equipo local se las ingenió para que los interiores centroeuropeos no lograran rebasar el juego hacia el último cuarto de campo. La consecuencia fue la desconexión total de Robert Lewandowski. Quienes lamentan que el nueve del Barça se encuentre desasistido por Gündogan, Pedri y Frenkie de Jong debieron verle a expensas de Sielinski, Blisz y Piotrowski. El hombre se encontró tan abatido y mostrenco que al cabo del tiempo reglamentario solo contabilizaba dos tiros, uno a la salida de un córner y el otro desde fuera del área. Ambos fuera de portería.
Dicen que Lewandowski es un crack. Haría falta un acto de fe para vislumbrar algo semejante en la actuación de Cardiff. El capitán polaco, de 35 años, tampoco llegó al playoff con un historial deslumbrante: tres goles en la fase de clasificación, contra Moldavia e Islas Feroe, y unas estadísticas sombrías con su club, no invitaban a la esperanza. Hay 36 futbolistas en las cuatro grandes ligas de Europa con mejor ratio de goles por minuto jugado esta temporada. Si se excluyen los tres penaltis que contabiliza, sus 10 goles de jugada en 27 partidos arrojan un promedio pobre: un tanto cada 215 minutos. Solo en Liga le superan, con mucho, Álvaro Morata (1/122); Hugo Duro (1/195); Ante Budimir (1/184); Borja Mayoral (1/196); Youssef en-Nesyri (1/177), Alexander Sorloth (1/135) o Gorka Guruzeta (1/150), el atacante fichado por el Athletic en 2022, después de bajar a Primera Federación con el Amorebieta.
Presionó Gales y como Polonia no encontró otra salida, Szelsny jugó en largo para Lewandowski. Indefectiblemente superado por los centrales locales, curtidos en los duelos aéreos de la Championship y en la Premier. Presionó Polonia y los defensas galeses buscaron en largo a Kieffer Moore, el nueve del Ipswich. Danny Ward. el portero galés, no suma ni un minuto esta temporada en el Leicester, en la Championship. Hasta los penaltis, tampoco tuvo trabajo en Cardiff. Szelsny, su homólogo, sacó un cabezazo al ángulo de Moore, a la salida de una falta lateral, y vio cómo Ben White remataba a la red un córner. El juez de línea decretó fuera de juego sin que el VAR se pronunciara ni se emitieran las imágenes del juicio del videoarbitraje. La jugada, por ajustada, mereció revisión.
El partido siguió adelante sin finura. Gales generó más peligro con los saques de banda de Roberts que con las conducciones de Johnson, y Polonia se agotó allí donde frenaron a Nicola Zalewski, el joven atacante de la Roma, condenado por su entrenador a sortear obstáculos en una banda, lejos de la zona de influencia más inmediata, y, sobre todo, lejos de Lewandowski, que no tocó un balón con el pie dentro del área hasta que no pateó su correspondiente penalti.
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