_
_
_
_

Alcaraz progresa a los cuartos de Australia tras el abandono de Draper

El español dominaba por 7-5 y 6-1 en el instante del abandono del rival, y aguarda ahora al encuentro entre Djokovic y Lehecka para conocer su rival del martes

Carlos Alcaraz devuelve la pelota de revés durante el partido contra Paul en la Rod Laver Arena.
Carlos Alcaraz devuelve la pelota de revés durante el partido contra Paul en la Rod Laver Arena.Edgar Su (REUTERS)
Alejandro Ciriza

Un día más, los fotógrafos se frotan las manos: “¡Crac-crac-crac-crac-crac-crac-crac-crac-crac…!”. Apuntan los teleobjetivos y abren y cierran frenéticamente el ojo los diafragmas de las cámaras porque juega Carlos Alcaraz en la central; esto es, sinónimo de carreras, escorzos y posturas deliciosas a inmortalizar; un éxtasis estético que, ¡lástima!, transmiten los que han abonado la entrada, se prolonga menos de lo deseado porque a Jack Draper le duele la cadera y por mucho que lo intente y que le atienda el fisio, no puede continuar. Una vez cedidos los dos primeros sets, el británico levanta la bandera blanca (7-5 y 6-1, en 1h 35m) y el español desembarca otra vez en los cuartos de Australia, con la posibilidad de redimirse de la eliminación de hace un año frente a Alexander Zverev. Ahora bien, el martes no estará el alemán al otro lado de la red, sino un viejo conocido, Novak Djokovic, o bien el fornido Jiri Lehecka, el mismo que venció a Rafael Nadal en Madrid.

Al rato, el chasis de Draper reclama definitivamente la tregua. Había pistas. Precisamente, a razón de la cadera el de Sutton (23 años y 55º del mundo) ya había tenido que suspender la tanda de entrenamientos que habían programado él y Alcaraz para diciembre en Murcia. “No es la mejor forma de avanzar. Estoy triste por Jack, porque es buen tío, pero obviamente estoy contento de poder jugar otra vez aquí los cuartos”, expresa el murciano a pie de pista, donde reitera también su deseo de “llegar lejos” en el torneo porque, al fin y al cabo, coronaría un inicio de carrera excepcional, con los cuatro grandes brillando en el expediente. En todo caso, eso queda ahora mismo muy lejos, a un mundo el ansiado día 26, así que él sigue con ese tono serio y decidido que desprende estos días en la exposición y entre bastidores. Va Alcaraz con todo y dice sentirse fenomenal, bien de coco y de físico, de modo que hasta aquí todo parece correctamente alineado.

Luce las zapatillas ochenteras y con trazos rosas que en su día llevó Andre Agassi, y dice que de vez en cuando comparte impresiones con él y con John McEnroe, cuyo modelo no le dio demasiada suerte el año pasado. Espectaculares uno y otro, Alcaraz sigue los mismos derroteros: formidable ese revés y un manjar esas voleas. Vídeos y más vídeos, se ha tragado el chico; toda inspiración es buena. Ambos beben los vientos por él. Y aunque Draper le hincara el diente hace no demasiado, en junio, en esta ocasión el inglés termina rompiéndose por la tralla acumulada en las rondas anteriores; por precisar, 12 horas y media de juego y 15 sets en las piernas, que acaban siendo 17 porque la musculatura termina obligándole a frenar. Lo lamentan los británicos, quienes poco antes percibían alguna esperanza porque del 5-2 se ha pasado al equilibrio, que finalmente deshace el español con un brochazo maravilloso: ¡zasca! Pasante en carrera para sellar.

Ahí muere el duelo, por lo que esta vez la estadística, más allá del primer set, no tiene demasiado sentido. Hasta ese instante, 21 fogonazos ganadores, otros tantos errores y otra jugosísima bolsa de puntos con los primeros servicios (82%). Disputará por décima vez los cuartos en un gran escenario, una más que su entrenador, Juan Carlos Ferrero, y continúan en la tarea que le ocupa. “Estoy un paso más cerca [del objetivo], pero lo que aprendí en el Grand Slam anterior que jugué [segunda ronda en el US Open de septiembre] es a ir día a día”, responde a los periodistas; “un grande puede ser muy largo si estás pensando en lo que viene o en el futuro, así que solo quiero pensar en el presente, en el día a día, tratando de sentirme lo mejor posible todos los días, respetando cada ronda, a cada jugador. Eso es todo. Creo que eso ayuda mucho a mostrar tu mejor tenis en cada partido, solo pensando en el presente y dando el cien por cien de ti mismo”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_