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Carla Suárez: “Más que egocéntricos, los tenistas a veces somos egoístas”

Cuatro años después de retirarse, la canaria capitanea al equipo español. Reflexiona sobre el grupo y la individualidad, también un estilo y una época que ya son pasado

Carla Suarez
Alejandro Ciriza

Carla Suárez (Las Palmas de Gran Canaria, 36 años) arrastra un constipado de aúpa. “Desde hace dos meses, porque con las niñas no hay manera…”, cuenta la nueva capitana del equipo español de la Billie Jean King Cup, que se retiró hace cuatro años y luego fue madre, después de haber superado un cáncer. Repite ahora, en el contexto de su presentación como sucesora de Anabel Medina, la palabra “reto” para abordar esta nueva etapa en la que deberá cambiar el chip mentalmente: ya no es la unidad, sino el todo. “El bloque”. Pero no le falta experiencia. Disputó 17 series en la competición colectiva, con un balance de 19 triunfos y 12 derrotas, y se propone ahora aportar su granito de arena en la consolidación de un proyecto entre interrogantes por la incertidumbre que rodea al símbolo de referencia, Paula Badosa, y casi en constante regeneración. Durante la conversación en el Club de Tenis Chamartín, a media mañana, la preparadora abunda en el concepto: la llave, siempre, la tienen las jugadoras.

Pregunta. “Capitana”. ¿Se acostumbra una?

Respuesta. Pues la verdad es que no, no termino de acostumbrarme.

P. Lleva un tiempo relativamente despegada del tenis. ¿Qué tal se vive? ¿Lo echa de menos? ¿Es ahora más o menos feliz?

R. Es otro capítulo totalmente diferente, así que ahora toca aceptar el reto, que va a ser complicado y a la vez interesante. Y sí, soy bastante feliz… [risas]. La verdad es que no echo de menos competir. Lo tenía muy claro desde prácticamente el primer día después de retirarme, porque los años que jugué los disfruté muchísimo y en ese momento, sabía que esa etapa se había terminado.

P. Dada su experiencia, ¿cuál es el mensaje que pretende transmitir?

R. Mi labor va a consistir, sobre todo, en intentar ayudarles lo máximo posible a las jugadoras, en quitarles cierta presión y cierto peso, algo de responsabilidad que puedan ponerse ellas mismas a la hora de competir. Sabemos que esta es una competición diferente, así que se trata de aportarles tranquilidad y confianza, hacerles ver que tienen potencial dentro, porque lo tienen, y que lo pueden sacar. Es una competición distinta que te puede dar mucho.

Las que deben liderar y llevar la voz cantante son las jugadoras, no yo. Ellas deben ser las protagonistas

P. Dar mucho y, al mismo tiempo, quitar bastante. ¿Es consciente de la dificultad y de lo ingrato a veces de este puesto?

R. Lo soy. La gente que somos de este mundo sabemos cómo funciona este formato. Tenemos dos, tres o cuatro semanas al año, como mucho, así que es muy poco tiempo para influir y hacer equipo. Las chicas se conocen, obviamente, pero no deja de ser un deporte individual y la gran parte del año cada una va a lo suyo. Hay que aprovechar esos días previos para intentar que estén más unidas y reforzar ese compromiso colectivo que debe existir siempre.

Suárez posa durante la presentación. A la derecha, el presidente de la RFET, Miguel Díaz.

P. Decía David Ferrer que a él le gusta la “autoridad silenciosa”. ¿Cómo debe ser o actuar una buena líder? ¿Qué perfil le gusta?

R. Aquel que consigue engranar todas las piezas, completar bien el puzle. Se trata de ayudar a las chicas para que tengan herramientas y sean conscientes de que ellas son al cien por cien las protagonistas; yo tomaré decisiones que a lo mejor a algunas no les gustan, pero este cargo es así. Vamos a intentar que el puzle encaje, porque tenemos un equipo para ello; ahora bien, siempre hace falta un poco de fortuna. Las líderes y las que deben llevar la voz cantante son ellas, no yo. Voy a intentar ser muy clara y muy honesta, que haya muy buena comunicación para evitar los malentendidos; hay veces que pueden dejarte fuera y otras en las que jugarás. De hecho, ya me ha sucedido en esta convocatoria; he tenido que decir cinco nombres y he dejado fuera a alguna que podría estar perfectamente en esta convocatoria.

P. ¿Ha leído ya sobre gestión de egos?

R. No, todavía no, pero ya vengo con la lección aprendida por la experiencia de mi carrera… [risas]. Conociendo a las chicas, no creo que vayamos a tener problemas en ese sentido.

P. Teniendo en cuenta la naturaleza de este deporte, de cómo se moldea la mente de la jugadora desde pequeña, ¿es el tenista un deportista con mucho ego?

R. Puede ser, sí. A veces somos egocéntricos o egoístas por cómo es este deporte; diría que más egoístas que egocéntricos en algunos momentos. Lógicamente tenemos un equipo que nos ayuda, pero ese rendimiento al final depende de ti misma. Intentaremos lidiar con todo eso. Todas las jugadoras son diferentes y tienen su carácter, otras lo son más y otras menos.

Hay muy pocas semanas de descanso y, muy a mi pesar, las jugadoras lo aprovechan. Yo lo hice

P. Como jugadora le costaba sacar la “mala leche”. ¿Será igual como técnica? ¿Es necesario eso o queda ya muy antiguo?

R. En su momento era necesaria para hacerles ver a las rivales que estaba ahí, que habían despertado a la bestia, pero lo de ahora, desde esta perspectiva, va a ser distinto. Tenemos chicas con muchísimo carácter y otras son más reservadas, pero sí, seguro que va a ser necesario sacarlo en algunos momentos desde mi posición. Soy muy calmada, pero si debo sacar el carácter de manera interna o externa, ya sea con el árbitro o con las rivales, habrá que hacerlo por el equipo.

P. ¿Qué sería ‘hacerlo bien’ para usted? ¿Cuál es su objetivo?

R. No puedo contestar a esto limitándome a marcar un objetivo deportivo, creo que también va relacionado con el equipo y el staff. Me gustaría que cuando yo ya no esté, se queden con la sensación de que les he ayudado y que he contribuido de alguna forma, desde la comunicación limpia y fluida; siempre, por supuesto, sacándoles el máximo rendimiento a cada una de ellas.

Me gustaría que a España se le respetara, que las chicas sientan que pueden llegar a tener opciones

P. ¿Cuál es el límite real?

R. El formato ha cambiado y el sorteo no nos ha acompañado mucho, pero me gustaría que a España se le respetara y, sobre todo, que las chicas tengan la sensación de que tienen opciones en los partidos. Se ha visto que esta competición no siempre la ganan los equipos que a priori son los más fuertes, así que hay que trasladarles ese mensaje a las chicas. Todas partimos de cero y hay opciones; serán mayores o menores, pero hay opciones.

P. Ha habido una regresión en los últimos tiempos. ¿Cuál es su perspectiva del tenis femenino español de hoy?

R. Es un deporte con mucha tradición aquí. Ha habido épocas en las que hemos tenido seis u ocho top-100 [hoy día son cuatro], o algunas top-10 o top-20, con Garbiñe [Muguruza] como número uno y Paula [Badosa] como dos, y ahora como que cuesta un poquito más tener jugadores estables entre las cien mejores, sin pensar entre las treinta, cuarenta o cincuenta. Hay que hacer un trabajo de fondo con la base, que las chicas vuelvan a tener pasión por este deporte y que cuando lleguen a los 14, 15 o 16 años no dejen de jugar al tenis. También es cierto que hoy día hay muchas más distracciones. El pádel ha subido mucho y le ha hecho mucho daño al tenis, pero hay que intentar a esas jóvenes a que crean; nosotras lo conseguimos, probablemente con los mismos recursos que hay ahora e incluso menos, así que hay que recuperar esa pasión, esa ilusión por llegar a ser tenista profesional.

Suárez posa antes del encuentro con EL PAÍS.

P. ¿Le inquieta la espalda de Paula Badosa?

R. Sí, porque el tenis es un deporte muy exigente y muy continuo, todas las semanas y con cambios de superficie que no benefician a ninguna; en este sentido, a Paula menos porque le hacen mucho daño. Tenemos que respetarla y cuidarla. Tiene un potencial enorme para estar entre las mejores del mundo. Es una competidora brutal desde el punto de vista mental, pero hay muy pocas semanas de descanso y, muy a mi pesar, muchas jugadoras emplean las semanas de esta competición para descansar; yo en su día lo hice, así que la entiendo perfectamente. Tiene algo ahí y puede inquietar.

P. Usted, que era una tenista muy cerebral, basada fundamentalmente en la técnica y la estrategia, ¿qué opina del tenis de hoy? ¿Estamos abocados a la extinción definitiva de una especie como la suya?

R. Lo que está claro es que, al igual que todos los deportes, el tenis va evolucionando en términos de preparación y materiales. Antes se jugaba mucho más despacio y con más revés a una mano [como ella], pero todo eso ha cambiado y es normal. Hoy día no hay tiempo para jugar así y todo tiende a lo físico y a la potencia.

P. ¿Le da pena?

R. Sí, porque yo creo que el tenis es un deporte técnico y táctico, y eso cada vez se percibe menos. Pero es lo que hay.

Hay que hacer un trabajo de fondo con la base, que las niñas vuelvan a tener pasión por este deporte

P. ¿Qué es más difícil, el tenis o la maternidad?

R. A día de hoy le diría que el tenis; quizá me lo pregunte dentro de 15 años y le conteste lo contrario, pero ahora mismo es así. La maternidad te sorprende el primer año, pero luego todo va bastante rodado; mis hijas son todavía muy pequeñas [están a punto de cumplir dos años], así que más adelante ya veremos.

P. Para sus gemelas, ¿balón de fútbol o pelota de tenis?

R. En casa [su pareja jugó en Barça, Atlético y Levante, entre otros] hay ambas cosas, pero me encantaría que aprendieran a jugar al tenis. En el colegio ya se juega mucho al fútbol…

P. Por último, ¿qué opina del anuncio del plan de conciliación para la maternidad de la WTA, bajo el auspicio económico de Arabia Saudí? ¿No es sumamente contradictorio?

R. Nunca sabemos de dónde viene el dinero. Creo que tendríamos que intentar quedarnos con lo bueno de la noticia, porque estoy segura de que a muchas jugadoras de mi época les hubiera encantado ser madres antes, pero por miedo a ver qué pasaría, o por perder un año y medio o por no estar respaldadas económicamente, pues no eran madres. Creo que tener ese respaldo supone un paso hacia adelante; ahora, que el dinero venga de ahí… Ese ya es otro tema. Hay cosas que no se pueden defender, pero…

LA PRIMERA LISTA, SIN BADOSA

A. C. | Madrid

Suárez fue presentada ayer en el Club de Tenis Chamartín de Madrid como nueva seleccionadora del equipo español de la Billie Jean King Cup. La canaria asumirá las riendas en sustitución de la valenciana Anabel Medina, al frente los siete últimos cursos, y en su primera convocatoria ya ha tenido que maniobrar a raíz de la delicada situación de Badosa. La catalana arrastra una lesión crónica de espalda que la llegó a apartar durante ocho meses de las pistas en 2023 y en las últimas fechas abandonó en Mérida (México) y descartó Indian Wells.

Este será, precisamente, uno de los grandes retos de la preparadora, quien ayer confirmó la nómina para la fase de grupos que tendrá lugar del 10 al 12 de abril en Torax Arena de Ostrava, donde España se medirá con Chequia y Brasil en busca del pase directo a la final a ocho de noviembre en Shenzhen (China); lo conseguirá la primera clasificada, mientras que las otras dos jugarán otro grupo de tres para eludir el descenso.

La técnica apostará por la joven Jessica Bouzas (de 22 años y 57ª del mundo) como número uno del equipo, que completarán Sara Sorribes (28 y 91ª), Cristina Bucsa (27 y 96ª), Nuria Párrizas (33 y 106ª) y la veterana debutante Yvonne Cavallé (32 y 77ª en dobles).

“Es cierto que va a ser complicado, pero tenemos un equipo competitivo. Cuando no juegas en casa es lo que hay”, afirmó Suárez, retirada desde 2021 y que como jugadora llegó a ser la sexta de la WTA, fija en las convocatorias de la antigua Copa Federación y que selló su trayectoria en esta competición.

“En el equipo tenemos un poco de todo”, valoró; “jugadoras que van a debutar, otras que van a participar por primera vez en la BJKC, tenistas con experiencia… Y creo que esa mezcla va a funcionar bien porque se llevan bien y hacen buen grupo. Competitivamente hablando, tanto en tierra batida como en pista dura lo pueden hacer muy bien, así que con ellas a muerte”.

En el acto estuvo presente el presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET), Miguel Díaz, y consolidó la alianza entre el ente federativo e Iberdrola, patrocinadora del equipo español femenino desde 2022 y socia para los tres proximos años. También contó con la presencia del director general de Deportes del CSD, Fernando Molinero, del presidente del Club de Tenis Chamartín, Nicolás Ramos, y de la responsable de Patrocinios de Iberdrola España, Laura Gil.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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