El propietario del bar Menika evitó una tragedia al retirar la bomba que le arrojaron
Los GAE (Grupos Armados Españoles) reivindicaron en la madrugada de ayer la colocación de un artefacto explosivo en el bar Menika, del barrio bilbaíno de Santutxu. El propietario del local, Andrés Menika, simpatizante del PNV, evitó, aunque de una manera inconsciente, la tragedia, al sacar a la calle una bolsa que unos desconocidos le habían arrojado al interior del bar. Segundos después explosionaba el artefacto, que únicamente produjo importantes destrozos en los coches aparcados en las aceras y la rotura de lunas y cristales de las viviendas situadas en los alrededores. La acción se produjo veinticuatro horas después del atentado sufrido en la noche del domingo por una patrulla policial, en el que resultó muerto un policía nacional y cinco más heridos, tres de gravedad.
El atentado fallido se produjo a las diez de la noche. A esa hora había una veintena de clientes en el bar Menika, que ocupa el sótano -tres metros bajo el nivel de la acera- de un moderno edificio de siete plantas situado en el número 20 de la calle de Santutxu, del barrio bilbaíno del mismo nombre. Al parecer fue una sola persona la que penetró en la parte del local que da a la calle y lanzó, a través del hueco de la escalera de caracol que comunica con el interior -zona de la barra y mobiliario-, una bolsa de plástico con asas.«Creí que era una broma de alguien que me había tirado una bolsa de basura ardiendo, ya que de aquélla vi salir humo y chispas» declaró a EL PAIS Andrés Menika. «De una forma inconsciente, y sinpresentir el contenido de la bolsa la tomé y subí la escalera para sacarla fuera del bar. Cuando llegaba a los últimos peldaños me percaté del olor como a goma que despedía y entonces fue cuando intuí que aquello podía ser otra cosa distinta a basura ardiendo. Me dio justamente tiempo a tirar, sobre un montón de bolsas de basura, el paquete, que explosionó lanzándome contra la puerta del local.»
La explosión -que se escuchó en un radio de un kilómetro- alcanzó de lleno al Citroën dos caballos aparcado junto a la acera donde Andrés Menika lanzó la bolsa. El vehículo -que ardió por completo- resultó totalmente destrozado, yendo a parar el capó a veinte metros de distancia. También resultó afectada por la explosión, y se incendió, una furgoneta de reparto paradajunto al vehículo citado. La onda expansiva rompió las lunas de los establecimientos situados en los alrededores (incluidas las del bar Menika), y los cristales de las viviendas situadas encima y enfrente del local. Sin embargo no se produjeron desgracias personales. «Tuvimos», señala el señor Menika, «suerte de que a esa hora no circulaban personas por las cercanías del bar.»
De las primeras investigaciones policiales se ha podido deducir que el artefacto estaba compuesto por un kilo de dinamita prensada, activada por mecha. Por las características del local se estima que la explosión del artefacto en el interior del mismo hubiera provocado una verdadera tragedia, de dimensiones superiores a las producidas en el atentado de Alonsótegui (cuatro muertos), dado que la onda expansiva no hubiera encontrado salida por ningún lado.
El bar Menika es uno de los más populares en el barrio de Santutxu. A él acuden habitualmente todo tipo de vecinos, pero especialmente personas vinculadas a las asociaciones de vecinos y a la izquierda abertzale.
Hacia la una y media de la madrugada de ayer se recibía una llamada telefónica anónima en la redacción del periódico bilbaíno La Gacela del Norte. Una persona anunció la existencia de un comunicado bajo el felpudo del portal número 15 de la calle de Santutxu. En el comunicado, escrito en una cuartilla, los GAE reivindicaban la colocación del artefacto.
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