Todo seguirá igual

Dice el refrán: «El hombre es el único animal que tropieza cinco veces en la misma piedra». Esperemos que la sexta piedra se sepa saltar sin tropezar. Aún no se puede opinar, ni manifestar a prior¡ un juicio sobre un Gobierno que no ha ofrecido aún un programa ni una declaración política, pero parece que ésta tendrá escasa credibilidad para enfrentarse a los problemas del país, proporcionando la deseada y necesaria esperanza de los ciudadanos, ansiosos de resultados, y, aunque es el deseo de todos de que los «nuevos» ministros lo hagan mejor que los del anterior equipo, preocupa que los cambios sean de una mera reincorporación de antiguos ministros, que en su día fueron excluidos de la Administración por considerar que habían fracasado en su gestión. Así, el cambio resultaría un parche, en un intento más en la busca de una salida a la crisis, fundada en la falta de un firme proyecto político del partido del Gobierno, demostrando lo inviable de su funcionamiento, por su incapacidad para atender y atenerse a los criterios de objetividad y racionalidad que deben guiar las actuaciones de una Administración eficaz.Poca credibilidad parece tener este sexto intento de mantener en vigor un esquema político personalista, que no responde a una planificación racional de las capacidades de sus componentes, como así demostró la moción de censura socialista; aún así, es necesario dar esta nueva oportunidad a los viejos criterios políticos de monocolor amalgama de tendencias ideológicas y políticas del partido del Gobierno. Esperaremos su declaración, sus promesas, con la esperanza de que sepan afrontar con resultados prácticos los desafíos de la crisis económica, del paro, del terrorismo bicolor y sus intentos de romper la soberanía popular y sus libertades, esperanza de los pueblos y regiones de España por sus autonomías, soluciones a los contenciosos con el norte de Africa y su problema pesquero, clarificación de las negociaciones con la Comunidad Económica Europa, y así un largo etcétera. Muchos problemas y malas perspectivas, que hacen seguir pensando que todo va a seguir igual.