Los toreros pueden vetar Las Ventas por irregularidades de Taurina Hispalense
Las asociaciones de empresarios taurinos y matadores de toros se dirigen por escrito a la Diputación Provincial de Madrid para manifestar su inquietud por los posibles incumplimientos de contrato de Taurina Hispalense respecto a las condiciones de explotación de la plaza de Las Ventas, y anuncian la posibilidad de ejercer las acciones legales que estimen pertinentes, por considerar que aquellos incumplimientos lesionan directa o indirectamente sus legítimos derechos.
Los empresarios exigen a la Diputación que las condiciones del contrato de arrendamiento de Las Ventas se cumplan a raja tabla, toda vez que quienes concurrieron a la última subasta celebrada ajustaron sus ofertas económicas estrictamente a cuanto imponía el pliego de condiciones, y observan ahora que la Corporación habría podido pasar por alto algunas de las correspondientes obligaciones, con beneficio arbitrario para la empresa adjudicataria -Taurina Hispalense, en este caso- y, de rechazo, perjuicio para las restantes empresas que acudieron a la licitación. Estas, en consecuencia, estudian el planteamiento. de una querella contra la Diputación.Por su parte, la Asociación de Toreros, que preside Jaime Ostos, pone en conocimiento de la Corporación que Taurina Hispalense ha incumplido compromisos de contratación contraídos con varios matadores y advierte a aquélla que es responsable subsidiaria de las responsabilidades contraídas, en este orden de cosas, por la empresa. Los toreros, según un portavoz de la mencionada asociación, podrían vetar indefinid am ente la plaza de Las Ventas si no se resuelven los casos de contratación pendientes.
Precios por encima del tope
Todo hace pensar que hay un cúmulo de problemas graves que convergen en Taurina Hispalense, los cuales podrían conducir a la rescisión del contrato de arreridamiento de Las Ventas por parte de la Diputación Provincial. Los incumplimientos son el caballo de batalla. Algunos de ellos están pendientes de que la sociedad presente a la Corporación la documentación acreditativa de haber cumplido importantes condiciones Otros son demostrables sin necesidad de documentación de ningún tipo. Por ejemplo, el aumento del precio de localidades por encima del 35% que la empresa tenía como límite para los cinco años de vigencia del contrato. Ocurre ahora que, en sólo dos años, once tipos de localidades han aumentado más de ese 35%. Se puede apreciar tomando como base los precios más altos que rigieron en 1978 y compararlos con los de 1980. Las localidades donde se rebasó el tope son las que figuran en el cuadro adjunto.
El canon, avalado
A los varios presuntos incumplimientos no se suma, al parecer, el preceptivo aval del canon de arrendamiento, comodecía Hoja del Lunes de Madrid, donde se afirmaba que tal aval no existía. El presidente del Consejo Taurino de la Diputación ha manifestado expresamente a EL PAIS que la totalidad del canon de arrenda miento para el presente año lo tiene correctamente avalado Taurina Hispalense, y en este aspecto no existe el menor problema.Sin embargo, el nubarrón de las fuertes pérdidas se cierne sobre los trece socios de Taurina Hispalense, la mayor parte de las cuales ya ha tenido que afrontar el balance negativo de la temporada 1979, cifrado en más de 110 millones de pesetas. Si salvaran el bache de los incumplimientos -en lo cual tiene la Diputación la última palabra, y parece que su criterio de que se cumpla en todos sus extremos el contrato de arrendamiento es muy firme- tendrían que asumir las pérdidas de dos temporadas, que pueden sobrepasar los doscientos millones de pesetas; hacer la pertinente ampliación de capital, desembolsar 81 millones -importe del 50% del canon de 1981-, avalar el resto y exponerse a nuevas pérdidas si la temporada venidera no se desarrolla con mayor brillantez que la actual, lo cual es probable.
Estos abnegados socios son los siguientes:
Diodoro Canorea, de Sevilla, ocho acciones, empresario taurino. José Luis Martín Berrocal, de Madrid; cuatro acciones, ganadero, propietario de inmuebles, hijo del propietario de La Sepulvedana. Rafael Candel, de Albacete; dos acciones, propietario de una empresa de laminación. Joaquín González Manzanares, de Madrid; dos acciones, agente del Banco Hipotecario. Ramón Valencia Pastor, de Sevilla; una acción, como los restantes; yerno de Canorea. Miguel Sánchez-Flor, de Albacete; propietario de una fábrica de pantalones y del hotel Bristol, de Albacete. Trinidad Cantos, de Albacete; procurador de los tribunales, protector del torero Manolo Amador. Felipe Garaeta, de Madrid; propietario de una fábrica de hierros; de gran solvencia eco nómica, al parecer entró en la sociedad por su amistad con Paco Camino. Gabriel Rojas, de Sevilla; constructor y ganadero de reses bravas. Antonio Peña, de Sevilla; hijo de un empresario de cuadra de caballos de picar. Manuel Castillo, de Zaragoza; constructor y propie tario del hotel Oriente, de Zaragoza. Pedro Marqués, de Zaragoza; socio del anterior en su actividad hotelera. Francisco Ramos, de Sevilla; propietario del restaurante Río Grande, de Sevilla.
Babelia
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