Aceite tóxico: ¿ Qué pasa con los irresponsables?
Ante la polémica en torno al envenenamiento por aceite tóxico, y en la cual parece que curiosamente casi todos tienden a olvidarse de los trágicamente afectados, quisiera hacer oír mi voz, como afectado, con algunas puntualizaciones:Parece que ya están siendo detenidos los responsables, pero a los irresponsables ¿quién los detiene? No se hará justicia si no se llega al fondo del asunto. Y es fácil: sólo hay que buscar ineptitudes, desidias y corrupciones y probablemente dejaremos huérfanos a algunos ayuntamientos y algún que' otro ministerio.
Si aceptamos como lógico que una mala política comercial, que permite que en este país el aceite de oliva alcance precios tan elevados que lo hagan prohibitivo para muchos consumidores es un incentivo para la adulteración del aceite, habremos de admitir también que la permisividad de los ayuntamientos en la venta de estos productos, en una forma ya declarada ilegal, es un aliciente más para las prácticas fraudulentas. Nadie acusa a los ayuntamientos de ser la causa primaria de la intoxicación, pero sí de que no están exentos de culpa.
Es normal y human o que aquellas familias cuyos ingresos difícilmente llegan a fin de mes hagan estas compras. Y son conscientes de que no es puro de oliva lo que compran, pero es una forma de aproximarse a él sin quebrar la economía familiar.
Es normal y humano que estas familias se hagan el siguiente planteamiento: si en el proceso de comercialización elimino la publicidad en televisión, el prestigio de una marca, los envases sofisticados, intermediarios, etcétera, es lógico que el producto llegue a mí más barato. ¿Está claro?
Si en una sociedad tan estructurada como la nuestra los ciudadanos de buena fe han de realizar sus funciones y las de los demás para evitar que puedan ser engañados, aquí sobran todas las autoridades.
Leo en la Prensa que un grupo de afectados, a través de un conocido abogado, han presentado querella; por mi parte, yo presenté hace unos días la consiguiente denuncia. Creo sinceramente que haciendo cada uno la guerra.por su cuenta, en el mejor de los casos, no llegaremos tan lejos como si nos organizáramos. Creo que deberíamos crear una asociación de afectados que constituya un frente común con el que poder defender mejor nuestros derechos, olvidados por todos./
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