La política americana y los intereses europeos
La preparación de la cumbre de Ottawa muestra claramente que, en la tormenta monetaria y las incertidumbres energéticas, la necesidad de concertación entre los países occidentales adquiere todo su sentido. Pero otros problemas internacionales, en particular las negociaciones en curso o las futuras sobre seguridad y el desarme, obligan a Occidente a buscar una posición común sobre otros problemas no menos vitales.Es en esta perspectiva que Alexander Haig se ha aplicado, el 14 de julio, en un largo discurso pronunciado en Nueva York, a definir sobre qué bases y en qué condiciones Estados Unidos estaban dispuestos a proseguir su dificil diálogo con la Unión Soviética sobre el control de los armamentos. ( ... )
Esta firmeza americana, esta voluntad de clarificar de una vez para siempre un cierto número de datos, no está destinada solamente a sus eventuales interlocutores del Kremlin. Se dirige también a los aliados europeos de Estados Unidos, en un momento en que en Holanda, Alemania Occidental. y Bélgica, la modernización del arsenal nuclear de la OTAN. suscita muchas controversias en los medios socialistas y socia Id érnócratas.
Una coincidencia, el jueves y el viernes se reúne en Bonn la ejecutiva de la Internacional Socialista alrededor de su presidente, Willy Brandt. Este último intentará aprovechar un tal auditorio para que participen sus amigos políticos, europeos sobre todo, de las conclusiones que ha traído de su reciente viaje a Moscú, viaje que no es del agrado del canciller Schmidt.
El canciller alemán se defiende de la ola neutralista, para no decir antiamericana, que invade una fracción importante de su partido, a comenzar por sus elementos más jóvenes. (...)
16 de julio
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