"¡Vamos, don Salvador, tenga coraje!", dijo el Rey a Dalí
Salvador Dalí, que desde hace tiempo no abandona la cama debido a su enfermedad, se levantó el viernes pasado por la tarde y se puso la bata y las zapatillas. Tenía un buen motivo para ello: la visita que le hicieron los Reyes de España en su casa de Port Lligat (Gerona).Una hora aproximadamente duró la entrevista bilingüe -los Reyes se dirigían al pintor en castellano, pero cuando hablaban con su esposa, Gala, lo hacían en francés-, en el curso de la cual el rey Juan Carlos intentó varias veces animar al divino enfermo. "¡Vamos, don Salvador, tenga coraje!", le dijo. "Usted tiene que trabajar aún mucho por España, como lo ha hecho siempre".
Ramón Codina, gobernador civil de Gerona; Sabino Fernández Campo, secretario de la Casa Real, y el capitán de navío Saturnino Suances, representante del sector naval de Cataluña, acompañaban a los Reyes, que, una vez concluida su visita al pintor, regresaron a Cadaqués. Desde allí, la reina Sofía se trasladó a Peróna para regresar por via aerea a Palma de Mallorca, mientras el rey Juan Carlos se dirigía a la bahía de Gerona, donde estaba anclado el yate Fortuna.
Coincidiendo casualmente con este encuentro de los Reyes con Dalí, a miles de kilómetros al oeste de Port Llígat, en una galería situada en, la zona céntrica de Buenos Aires, se acaba de inaugurar la primera exposición que se presenta en Latinoamérica dedicada a la obra del genial artista catalán.
Un total de setenta originales, entre veintidós grabados y unos cuarenta óleos, constituyen el contenido de la muestra, informa desde la capital argentina José Luis A. Fermosel. La revista Redacción, que se edita en Buenos Aires, destaca en su último número, correspond lente al mes de agosto, que es muy significativo que tanto el representante de Salvador Dalí como todos los que intervinieron desde España para hacer posible esta exposición hayan opinado que "Buenos Aires es la verdadera capital de la cultura y el arte en toda América del Centro y del Sur".
Tal afirmación no parece muy exagerada si se considera que simultáneamente con la exposición de Dalí, visitada cada día por centenares de personas, se ha inaugurado también otra muestra de obras de Giorgio de Chirico, René Magritte, Max Ernst y Joan Miró.
En esta importante exhibición plural de maestros de la pintura contemporánea, Joan Miró está representado por un paisaje figurativo de su primera época, Caminar por la cuerda floja, en el que se expresa toda la fuerza de su registro cromático.
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