Decepción de la OLP por la insolidaridad árabe en el conflicto de Líbano

La actitud del mundo árabe durante la guerra palestino-israelí ha desilusionado a la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), hasta tal punto que su emisora de radio La Voz de Palestina afirmó recientemente en un comentario que "la solidaridad árabe es una mentira, el mismo mundo árabe es una mentira y el Frente de la Firmeza -integrado por Siria, Yemen del Sur, Libia y Argelia, además de la propia OLP- es una mentira".

Poco después, la agencia de información palestina Wafa achacó a los regímenes árabes "la mayor parte de la responsabilidad de la duración y del costo de la guerra" y denunció "su impotencia silenciosa y su incapacidad de reaccionar, incluso verbalmente"."Sólo", añadía la agencia, "las presiones ejercidas por la Unión Soviética y los países de Europa occidental sobre Estados Unidos han conseguido frenar un poco al Estado hebreo".

La anulación por el presidente tunecino, Habib Burguiba, de la cumbre de jefes de Estado, que debía haber empezado ayer, a causa de las discrepancias entre países árabes radicales, como Libia y Siria, que querían imponér sanciones a Estados Línidos por su ayuda a Israel, y los prooccidentales, como Arabia Saudí, que se negaban a ello, confirma la tesis palestina sobre la incipacídad árabe de ponerse de acuerdo.

Con anterioridad, tras tres semanas de invasión israelí de Líbano, en el encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores árabes en Tunicia, no se adoptó, por falta de acuerdo, ninguna resolución final y ni siquiera se condenó públicamente, como en precedentes ocasiones, la ayuda norteamericana al Estado hebreo.

Fuentes oficiosas palestinas aseguraron que eI rey Hussein de Jordania, cuyo país no se adhirió a la convocatoria de la reunión de Tunicia, pide allora una cumbre para examinar las repercusiones de la guerra ¡rano-iraquí.

La penetración de las tropas de Teherán en territorio iraquí es potencialmente mucho más peligrosa a medio plazo para la estabilidad de los regímenes del golfo Pérsico que el cerco de Eleirut por el Ejército israelí.

Tres países preocupan especialmente a la OLP en el mundo árabe: Siria, principal aliado militar de los palestinos; Arabia Saudí, primera potencia económic a árabe y primer proveedor financiero de la central palestina, y Egipto, gran potencia demográfica de la zona, que podrá recobrar algún día su papel de líder político del mundo árabe.

Todos los dirigentes palestinos rehúsan, "entras la guerra continúa, pronunciarse públicamente sobre la actuación de Siria, un país que sigue siendo su aliado militar y al que tendrán acaso que emigrar provisionalmente cuando abandonen Beirut. Cuando se les pregunta sobre el comportamiento de Siria, se limitan a contestar que su Ejército ha sido el único en el mundo árabe que ha luchado al lado de losfedam. Sin embargo, el jefe del Estado sirio, Hafez el Assad envió ayer un mensaje al presidente norteamericano, Ronald Reagan, en el que reafirmó el rechazo de su país a recibir a los combatientes palestinos que tengan que salir de Líbano.

Las críticas contra Arabia Saudí emanan de las bases palestinas, que no acaban de entender por qué la monarquía wahabita no ha decretado un embargo petrolero contra Occidente, como ya lo hizo en 1973, y retirado sus fondos de los bancos occidentales.

Riad coincide, en su afán de desarmar a la OLP, con las intenciones del presidente egipcio, Hosni Mubarak, que, en un alarde de osadía, Regó a proponer a la dirección palestina instalarse en El Cairo, pero después rectificó y preconizó la creación en su país de un Gobierno palestino en el exilio.

Todas las gestiones diplomáticas de Mubarak, coordinadas a veces con Francia, como en el caso del proyecto de resolución franco-egipcio, que será presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, tienden a conseguir un reconocimiento internacional más amplio de la OLP y, acaso, forzar un reconocimiento mutuo palestino-isrelí.