Barrionuevo afirma que el Gobierno no va a cambiar la estrategia antiterrorista
El ministro del Interior, José Barrionuevo, dijo ayer, durante su visita a San Sebastián para asistir a los funerales por el policía nacional asesinado el jueves, que este atentado no va a modificar en nada la política del Gobierno sobre la lucha antiterrorista y los planes de seguridad ciudadana, y que los terroristas "no pueden esperar absolutamente nada". "Esa banda de ETA", dijo, "ha asesinado en lo que va de año a unos 40 ciudadanos entre miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, empresarios, trabajadores en paro, carniceros, panaderos, etcétera. Pero no va a cambiar la línea del Gobierno, y vamos a acabar con ellos".
Barrionuevo presidió a mediodía el funeral por el policía nacional Eduardo Navarro, asesinado por un comando terrorista cuyos miembros actuaron disfrazados de agentes municipales. El otro policía, Clemente Medina, que resultó herido en el mismo atentado, mientras ejercía, junto con su compañero, un servicio de seguridad ciudadana, permanece en la unidad de cuidados intensivos del hospital de la Cruz Roja, pero los médicos no temen por su vida.El ministro reconoció la posibilidad de que el grupo de policías que se encontraba cerca de las víctimas en el momento del atentado hubiera reaccionado tarde, confundido por el disfraz de los terroristas. También señaló que el Gobierno desconoce el contenido de las medidas que el Gobierno francés puede adoptar eventualmente contra los refugiados.
Al funeral, celebrado en la iglesia del Buen Pastor, asistieron, además, el delegado del Gobierno central en el País Vasco, Ramón Jáuregui; el inspector jefe de la Policía NacionaI, Félix Alcalá Galiano; el director general de la policía, Rafael del Río; el viceconsejero de Interior del Gobierno vasco, Eli Galdós; mandos del Ejército; el alcalde de la ciudad, Ramón Labayen, y representantes de los partidos PSE-PSOE, PNV y Coalición Popular. Al término del funeral desarrollado en un clima de tensión contenida, Barrionuevo atravesó a pie las calles céntricas de la ciudad, cubiertas con un amplio dispositivo policial, hasta llegar al lugar del atentado. Un sacerdote rezó un padrenuestro y a continuación el ministro fue informado por los compañeros de las víctimas de la forma en que se produjo el asesinato.
El ministro visitó al policía herido, Clemente Medina, y poco después abandonó la ciudad para dirigirse a Leiza, donde se entrevistó con responsables del cuartel de la Guardia Civil de esa localidad navarra.
Los dos policías nacionales tiroteados el jueves en el centro de San Sebastián formaban parte de un amplio dispositivo de seguridad ciudadana instalado hace ocho meses, de conformidad con el plan ZEN.
Hasta entonces, la labor, policial orientaba sus esfuerzos casi exclusivamente a la lucha antiterrorista directa, haciendo dejación de la vigilancia preventiva y, desde luego, abandonando servicios que forman parte del concepto global de seguridad ciudadana. En la provincia más conflictiva de España se da la paradoja de que la vigilancia preventiva ha descendido hasta alcanzar niveles mínimos. La decisión de "sacar la policía a la calle" parece haber contribuido a aumentar la seguridad ciudadana y, por otra parte, ha posibilitado a la policía acercarse con naturalidad a la población.
Según muchos observadores, la imagen que buena parte de los ciudadanos vascos conserva de la policía, una imagen extraída casi siempre de las actuaciones puramente represivas, ha sido contrarrestada a través de este planteamiento sutil que ha llevado a algunos vecinos y comerciantes a acostumbrarse en estos meses a la proximidad física de los policías que efectúan habitualmente la ronda de servicio en su manzana.
El dispositivo policial en las calles de San Sebastián, que al principio tanto sorprendió a los donostiarras, empezaba a no parecer ostentoso.
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