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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Estadísticas manipuladas, empleos malos

Tras el intento de tergiversación de las últimas cifras del paro registrado, CC OO pretendía, en la Tribuna libre de este mismo periódico del viernes 6 de septiembre, descalificar los incontrovertibles resultados positivos que se vienen registrando durante los últimos meses en las cifras de colocaciones de las oficinas de empleo. A las acusaciones de manipulación estadística le siguen ahora los calificativos peyorativos respecto a las cifras de colocaciones: para CC OO, las cifras de paro registrado son falsas por estar manipuladas, y las cifras récord de colocaciones -que parecen no estarlo, según esta central- corresponden a colocaciones malas. Ni la primera acusación ni la segunda calificación resultan razonables.Por el contrario, la evolución del paro registrado no puede dejar de calificarse como el resultado más positivo alcanzado por la economía española desde el comienzo de la crisis durante los cinco meses que van del mes de marzo al de agosto, y tal resultado -que arroja un descenso de casi 120.681 parados- sólo muy ligeramente se ha visto acentuado por los cambios de clasificación estadística, puesto que, descontado ese efecto, el resultado hubiera sido de 113.073 parados menos durante estos cinco meses.

En lo que se refiere a las colocaciones, la evolución de las cifras mensuales, desde que en el mes de octubre se promulgaran los nuevos decretos que desarrollan el Estatuto de los Trabajadores, resulta suficientemente explícito: durante los 11 meses transcurridos hasta agosto, la cifra total de colocaciones ha sido de 2,1 millones, frente a una cifra de 1,5 millones en los 11 meses anteriores (noviembre 1983 a septiembre 1984).

No es cierto que el Decreto 799/ 85, por el que se bonifica la contratación indefinida, sea tardío, ni que se excluya a las "múltiples y variopintas fórmulas de contratación" de los beneficios que fomentan la conversión de contratos temporales en indefinidos, ya que además de establecer la bonificación del 50% de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social de los nuevos contratos indefinidos que se celebren con jóvenes menores de 16 años, a partir del 25 de mayo aplican la misma bonificación a todos los contratos temporales que estuvieran en vigor con anterioridad a dicha fecha y se transformen en indefinidos.

De esta manera puede entenderse la coherencia de una política de empleo que para CC OO resulta inexistente porque no le gusta, pero que está claramente diseñada: se trata de utilizar incentivos aplicables a la creación de empleo, procurando fomentar especialmente la contratación de los colectivos más desaventajados en el mercado de trabajo. Se trata de una política de incentivos marginales aplicada a las reducciones de cuotas de Seguridad Social, con lo que se maximizan los efectos sobre el empleo.

Es por completo exagerado hablar de un coste de 200.000 millones de pesetas imputable en exclusiva a estas medidas, lo que no obsta para que sea de agradecer el reconocimiento por parte de CC OO de que el Gobierno está haciendo un poderoso esfuerzo para fomentar el empleo. Toda medida de fomento del empleo, en el caso de producir efectos netos positivos, contribuye a autofinanciar su coste, al hacer crecer paralelamente los ingresos del Estado. En cualquier caso, la política que manifiestamente defiende el Gobierno es la de hacer el mayor es fuerzo en el fomento del empleo, puesto que siempre es preferible gastar dinero público en esa dirección que tener que gastarlo en la protección del desempleo.

Para CC OO, el Gobierno está obsesionado en que desaparezca el riesgo empresarial. Si así fuera, lo que desaparecería en realidad serían las empresas, puesto que una empresa no es concebible sin riesgo. Lo que sucede es que con el aumento de la incertidumbre empresarial, provocado por la crisis económica, este riesgo ha crecido mucho y ha amenazado incluso con paralizar una iniciativa empresarial que, como corresponde a nuestro grado de desarrollo económico, resultaba ya escasa antes.

Conquistas sociales

Cuando se afirma por CC OO que no hay en los textos legales alusiones a la defensa de las conquistas de los trabajadores, se olvida que tales textos no están concebidos para ser repartidos como octavillas y se olvida también que el debate sobre la seguridad en el puesto de trabajo individual se cerró ya hace tiempo con la conclusión de que esa conquista, si fuese tal, sería una victoria pírrica en el caso de que la rigidez contractual llegase a provocar la paralización de nuevas iniciativas de contratación laboral. Y se olvida que la regulación laboral del franquismo fue en parte un sucedáneo de la autodefensa en libertad de los trabajadores y de unas inexistentes relaciones laborales autónomas.

Es también absolutamente falso que se hayan dado pasos adelante para facilitar el despido discrecional, que se encuentra regulado por nuestra legislación mediante instituciones que han sido reconocidas como plenamente compatibles con el acervo comunitario. Sí es cierto, en cambio, que la autoridad laboral que autoriza los expedientes de regulación de empleo viene haciendo un esfuerzo por dictar resoluciones razonables que recojan las pretensiones de regulación de empleo de las empresas cuando stas son legítimas. En la inmensa mayoría de los casos son los propios representantes de los trabajadores los que han reconocido previamente su legitimidad al pactar el expediente, mientras que en un 28% la autoridad ha de mediar autorizando expedientes que no han sido previamente pactados.

No hay por qué aducir inexistentes directivas de la CEE para auspiciar en España los derechos de información de los representantes de los trabajadores en el uso de la contratación temporal, ni la excepcionalidad aconsejable para este tipo de contratación. La legislación española cumple en detalle estos requisitos y se encontraría plenamente adaptada en el caso de que eventualmente el Consejo de la CEE adoptase tal proyecto. El artículo 15, número 1 del Estatuto de los Trabajadores y el número 4 de ese mismo artículo establecen tales principios.

Además, en la práctica las empresas no pueden funcionar de forma eficiente con plantillas eventuales. La reciente encuesta sobre la duración y la organización del tiempo de trabajo en las empresas indica que el 90% de las plantillas de nuestras empresas está cubierto con trabajadores contratados por tiempo indefinido. El miedo a la desestabilización laboral y a la eventualización de las plantillas -reiteradamente manifestado por CC OO- se ha demostrado infundado tras 10 años de crisis.

Contratación indefinida

Tampoco es correcto afirmar que la contratación indefinida constituya una proporción exigua de la colocación total. Para evaluarlo no basta considerar las cifras del Inem, porque la inmensa mayoría de los contratos indefinidos no adoptan forma escrita y no se registran en las oficinas de empleo. Considerando las últimas cifras de altas de la Seguridad Social, relativas al mes de marzo, puede estimarse que 257.358 corresponden a nuevos contratos, mientras que los registrados en el Inem tan sólo ascendieron a 156.501. De ellos, 5.233 fueron indefinidos a tiempo completo; 6.509, fijos periódicos, y 8.959, contratos a tiempo parcial, que pueden ser tanto indefinidos como temporales. Sin computar, pues, a estos últimos, el total de contratos temporales registrados en el Inem en marzo fue de 144.669, o sea, el 56,2%. del total. La de contratos indefinidos no registrados en el Inem, pero sí en la SS, fue de 100.857, los que, unidos a los 11.832 registrados, da un total de 112.289 contratos indefinidos, o sea, un 43,8%, del total.

Es cierto, sin embargo, que este mayor dinamismo del mercado de trabajo todavía no se ha reflejado en crecimientos netos del empleo, según las cifras recogidas por la EPA, CC OO aprovecha esta circunstancia para denunciar la inexistencia de una política global de empleo, sin ponerse a considerar qué hubiera ocurrido en ausencia de todo ese conjunto de instrumentos de fomento y de los resultados positivos que vengo comentando. El camino para poner en marcha toda esta política ha sido largo y ha exigido esfuerzos del Gobierno, de los otros interlocutores sociales y de las cámaras legislativas. CC OO, que parece defender una concepción estática de la economía y de las relaciones laborales, ha preferido no participar en todo este esfuerzo de dinamización de nuestra sociedad.

Álvaro Espina es secretario general de Empleo y Relaciones Laborales.

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