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40º ANIVERSARIO DE LAS NACIONES UNIDAS

Reagan propone a la Unión Soviética un plan para resolver los conflictos en el Tercer Mundo

Francisco G. Basterra

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, propuso ayer a la Unión Soviética, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, un plan para resolver los conflictos regionales en el Tercer Mundo que tieme como objetivo acabar con el "expansionismo" de Moscú y conseguir la retirada de las tropas soviéticas y cubanas de Afganistán, Camboya, Etiopía, Angola y Nicaragua. El apoyo de EE UU a las "fuerzas democráticas de resistencia en estos países no debe cesar y continuará" hasta que haya progreso en las negociaciones, afirmó Reagan, que calificó su oferta a la URSS de "audaz y realista".

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,Reagan aprovechó la celebración del 402 aniversario de la ONU, que se cumplió precisamente ayer, para denunciar como inaceptable "la utilización por la URSS del la fuerza y la subversión para extender el totalitarismo" en el mundo. Estados Unidos, afirmó el presidente, "no ocupa ningún país; la única tierra que ocupamos en el extranjero es la que está debajo de las tumbas de nuestros héroes". Reagan anunció en el foro mundial su intención de convertir la cuestión de la resolución de los conflictos regionales en prioritario en la cumbre que celebrará en Ginebra, dentro de un mes, con el líder soviético, Mijail Gorbachov.El plan de Reagan ofrece, en primer lugar, la apertura de negociaciones entre las diferentes partes implicadas en cada conflicto regional, el poder actual y la oposición, reconociendo que en el caso de Afganistán una de las partes es la Unión Soviética. El objetivo de estas negociaciones sería acabar con la violencia y lograr la reconciliación. nacional y la retirada de las tropas extranjeras. Ésta es literalmente la doctrina de Reagan sobre Nicaragua, donde Washington persigue forzar la negociación entre los sandinistas y los contras, que tratan de derrocarlos con el apoyo de EE UU.

Cuando estas negociaciones internas obtengan resultados, la segunda fase consistiría, según Reagan, en discusiones entre EE UU y la URSS, no negociaciones de paz, dirigidas a buscar fórmulas para apoyar y garantizar los acuerdos alcanzados ya entre las partes en conflicto. El objetivo de estas discusiones entre las superpotencias sería elimmiar y verificar la retirada de los efectivos militares extranjeros. El último punto de la propuesta de Reagan es el ofrecimiento de una ayuda económica generosa por parte de Estados Unidos, para integrar a estos países en la economía mundial.

Anoche, el presidente tuvo la primera posibilidad de conocer las propuestas soviéticas a su oferta, que en principio se estimaba que sería negativa, en el curso de una entrevista que mantuvo en Nueva York con el ministro soviético de Asuntos. Exteriores, Edvard Shevardnadze. El diplomático soviético habló tambiéin ayer ante la Asamblea General de la ONU y presentó una visión del mundo y de las relaciones entre las superpotencias diametralmente opuesta a la ofrecida por Reagan.

Con su insistencia en los conflictos del Tercer Mundo, el presidente quiere advertir a Moscú que no está dispuesto a aceptar que la cumbre de Ginebra se convierta en una reunión monográfica sobre la reducción de armas nucleares, tema que la URSS plantea como prioritario.

Reagan, sin utilizar una retórica beligerante, lanzó sin embargo en Ia ONU un ataque contra la actuación de la URSS en el mundo y acusó a la superpotencia comunista de violar los tratados sobre Control de armamentos firmados en los años setenta con EE UU. El presidente prometió, no obstante, buscar "un nuevo comienzo" en las relaciones con la URSS y generar "un verdadero proceso de toma y daca" basado en la última propuesta soviética de reducción del 50% de los arsenales nucleares respectivos.

Semillas que hay que cultivar

El presidente consideró positivo el interés soviético por reducir las fuerzas estratégicas y anunció que se estudia cuidadosamente la contrapropuesta. "En la oferta", precisó, "hay semillas que deberíamos cultivar". Reagan explicó que las diferencias entre EE UU y la URSS son "profundas y permanentes", pero que "el único camino para resolverlas es comprenderlas. "Por ello", dijo, "es indispensable que discutamos en Ginebra las diferencias entre los dos países y revisemos las razones del actual estado de desconfianza mutua".

Para Reagan, los regímenes de Afganistán, Camboya, Etiopía, Angola y Nicaragua son el resultado de una ideología impuesta desde el exterior, están apoyados por ejércitos extranjeros, están en guerra con sus respectivos pueblos y esta guerra se extiende contra las naciones vecinas. La intervención soviética, "significativa y en algunos casos creciente", dijo Reagan, continúa y ha hecho mucho para empeorar las relaciones entre las superpotencias desde hace más de 10 años. La URSS, por el contrario, niega cualquier responsabilidad en los conflictos regionales y considera a los citados países como naciones soberanas liberadas por sus propios pueblos.

El presidente utilizó su intervención para dar una lección a la URSS de lo que es una democracia occidental, explicando que los norteamericanos no se acomodarán a las restricciones de la libertad, el uso de la fuerza y la subversión para imponer una ideología y consolidar y extender el totalitarismo".

Reagan anunció también ante la asamblea de la ONU que, en las próximas semanas, antes de la cumbre de Ginebra, formulará "nuevas propuestas" para conseguir, superar la actual división de Europa. "La paz basada en la particíón no es auténtica", dijo el presidente. "Nada puede justificar la continua y permanente división del continente europeo".

Aunque dejó la cuestión del control de armamentos en un segundo plano en su intervención, el presidente aseguró que EE UU continuará la "investigación de las pruebas" de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). Reagan confirmó que discutirá con Gorbachov en la cumbre de Ginebra "la vital relación entre sistemas ofensivos y defensivos, incluyendo la posibilidad de avanzar hacia un mundo más estable y seguro".

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