Furtivos
También en arqueología existen profesionales y aficionados, aunque los primeros, al referirse a los aficionados, prefieren calificarnos de "furtivos" y "coleccionistas". Y me pregunto cómo calificarían estos profesionales, por ejemplo:- A quienes permiten que la destrucción de restos arqueológicos en nuestro país sea sistemática, sin poner los medios para evitarlo, como se puede comprobar con sólo leer los periódicos, en los que es raro el día que no aparece una noticia sobre estos destrozos, por ejemplo, la destrucción de más de 100 tumbas romanas en una plaza de Lugo como consecuencia de la construcción de un aparcamiento, tumbas cuya existencia ya conocían los arqueólogos y que, a pesar de ello, o bien estaban allí presentes y lo permitieron, o bien no estaban cuando deberían haberlo hecho para evitarlo.
- A quienes hace varios años se llevaron de un abrigo rocoso de Valltorta, en Tirig, cincel y maza en mano, unas pinturas prehistóricas con la excusa de su mejor estudio y análisis.
- A quienes han dirigido y dirigen los museos, que hasta hace muy poco tiempo han sido, y en la mayoría de los casos lo siguen siendo, meros almacenes muertos de colecciones", referenciadas con la única infórmación del lugar y época al que se supone pertenecieron, información a todas luces escasa; "colecciones", por otra parte, incomprensiblemente incompletas, como ocurre con el Museo Arqueológico ¿Nacional?, que, a pesar de su nombre, carece de piezas (puntas de flecha, hojas de sauce y de laurel, guijarros tallados, picos asturienses, arpones, azagayas, bastones, propulsores, etcétera) características de períodos prehistóricos concretos (Pebble-Culture, Azilense, Solutrense, Magdaleniense, Asturiense).
- A los ¿responsables? del Museo de la Fuente del Berro, en cuyos pasillos se apilan las cajas con cerámica y otros restos, en cuya entrada yace un cráneo y defensas de Elephas, ¿protegido? con sacos, periódicos y trapos, todo ello sujeto con adoquines y ladrillos.
- A quienes comienzan una excavación en Perales del Río y, de forma inexplicable, abandonan dicha excavación, dejando allí mismo una pieza arqueológica, en concreto una moledera, sin contar con que las excavadoras están trabajando a dos metros escasos del yacimiento.
Después de todo esto, cabe pensar que en el campo de la arqueología sólo hay "furtivos", con la diferencia de que unos poseen títulos académicos y otros no.-
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