El presidente de la Diputación de Córdoba ordena retocar un cuadro que reproducía su cara
El presidente de la Diputación de Córdoba, el socialista Julián Díaz, ha dado orden de que se desfigure su rostro en una pintura que le representaba como monje mercedario. El cuadro está expuesto en la iglesia de la Merced de esa ciudad.
El pintor Eduardo Corona había incluido la cara de Julián Díaz en un cuadro situado en el antepecho del coro de la citada iglesia como parte de los trabajos de restauración de la misma, incendiada en 1978. El templo forma parte de un convento levantado en la primera mitad del siglo XVIII que actualmente es sede de la diputación provincial, organismo que financia las obras de restauración.El presidente de la diputación conocía su presencia en la pintura, pero había advertido que de "formarse revuelo" ordenaría al artista modificar la cara del fraile para que desapareciera cualquier similitud con su persona. Julián Díaz envió ayer un oficio al pintor en el que le rogaba que "a la mayor brevedad posible" modificara la obra "de manera que ni ahora ni en un futuro pueda identificárseme con ninguno de esos personajes".
Corona, que no era partidario de desfigurar el rostro del fraile, pintó barba, bigote y más pelo al rostro de Julián Díaz, con lo que la figura del monje perdió cualquier parecido con el presidente de la diputación.
Díaz explicó ayer que ha tomado esta determinación por la trascendencia que había adoptado la historia, y porque no quiere verle "involucrado en malentendidos". Julián Díaz comentó en tono humorístico que los ciudadanos le habían parado por la calle "para que los bendijera".
En la pintura que adorna la iglesia quedarán, no obstante, dos caras conocidas en Córdoba, la del propio restaurador, Eduardo Corona, y la del arquitecto que supervisa las obras, Rafael de la Hoz, que aparecen en el cuadro como dos cautivos postrados ante la Virgen de la Merced en señal de agradecimiento.
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