El Rey afirma que la cultura necesita anclarse en la memoria histórica

Catorce creadores, entre ellos tres extranjeros, recibieron a mediodía de ayer, en el Museo del Prado, las medallas de oro de las Bellas Artes de manos del rey de España. Uno de ellos, el arquitecto José María García de Paredes, fallecido poco después de la concesión, fue representado por su viuda, y su ausencia marcó el clima de los discursos que marcaron el acontecimiento. Una recepción en El Pardo completó la ceremonia.

En la ceremonia de entrega de los premios, don Juan Carlos pronunció un discurso de clausura en el que destacó que "la cultura necesita anclarse en la memoria histórica colectiva". En la recepción de El Pardo estaba esa memoria histórica colectiva aún viva -Joaquín Rodrigo, músico, próximo a cumplir los 90 años; Aurora Redondo, instalada ya en los 91- en convivencia con otros jóvenes creadores.Recibieron las medallas de oro de las Bellas Artes el historiador John H. Elliott; los cineastas Ricardo Muñoz Suay, Enrique Alarcón y Emiliano Piedra; el hombre del circo Arturo Castilla; Plácido Arango, presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, empresario; la coreógrafa Maya Plisétskaya; el notario Francisco Cuenca; los historiadors José María de Azcárate, Rafael Santos Torroella y Eleanor Sayre; el poeta y traductor portugués José Bento; el escultor Esteban Vicente Pérez, y el ya citado García de, Paredes, el arquitecto que realizó el Auditorio Nacional de Madrid.

Los discursos con los que concluyó la ceremonia en el Museo del Prado tuvieron en cuenta unánimemente la ausencia de García de Paredes. Además, tanto el Rey como el ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, así como John H. Elliott, que habló en nombre de los galardonados, ofrecieron sendas reflexiones acerca de lo que es hoy un concepto de la cultura. Para don Juan Carlos, ,, el arte es algo vivo y, por tanto, presente: la madurez de las obras y de los autores responde a lo que se ha llamado el espíritu del tiempo, que en el nuestro se cifra en la pluralidad de los mensajes y en la aspiración a que sean comprendidos por el mayor número de personas".El valor del mecenazgo

Elliott destacó la presencia del mecenazgo en la dinámica de la cultura: en virtud de sus beneficios, España puede acrecentar su potencia creadora actual. "Nunca se ha visto una España tan dinámica y auténticamente innovadora en todos los aspec-tos de la vida como se la ve hoy". Jordi Solé Tura, ministro de Cultura, subrayó esa vitalidad, pero advirtió: "Sin nuestros artistas no hay pasión, y sin pasión no hay impulso, y sin este impulso, los avances creativos y los cambios hacia una mayor tolerancia y convivencia pueden estancarse".

La reverencia de bailarina con la que Maya Plisétskaya saludó a los Reyes al recibir su medalla le dio al acto solemne del mediodía cierta dimensión de performance.

Por la tarde, los premiados, sus familias y sus amigos acudieron a una recepción ya tradicloñal en la Monarquía espanola: la que don Juan Carlos y doña Sofía ofrecen al mundo del arte. Desde Rocío Jurado hasta Eduardo Arroyo, pasando por Antonio Gala y Rosa Chacel, convivieron bajo la carpa del palacio con personalidades como la duquesa de Alba, cuya ausencia en una anterior recepción real a los grandes de España hicieron notoria los medios de comunicación, o Núria Espert y Pilar Miró.

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